prolongar la vida útil de la ropa de invierno. Cuidados con ropa de lana

Uno de los grandes impasses a la hora de guardar abrigos de lana son los pelos, pelos y

pillings (aquellas bolitas que forman con el uso o en la fricción con otras piezas en el armario) a lo largo del modelo . Por increíble que parezca el cuidado es muy simple; basta con pasar cinta adhesiva presionándola contra el tejido. Si es muy superficial, puede cambiar la cinta por la parte áspera de una esponja multiuso (de lavavajillas). Otras opciones eficientes: rodillo adhesivo, el aparato "afectante" de lana y la cuchilla de afeitar; pero esta última necesita cuidados, pues puede desgastar la lana. Hay quien separa las chaquetas en bolsas de plástico, pero si se trata de una fibra natural (a pesar de sintética, lo mismo vale para la lana acrílica), es necesario que ella respire, principalmente para evitar que quede con aspecto amarillento. Por eso siempre se recomienda usar envases de TNT (que permiten la ventilación), además de lavar la pieza aunque no esté usando o aún ponerla para tomar un "baño de sol".

Las piezas de lana deben lavarse con delicadeza y preferiblemente con detergente neutro, ya que algunos productos de limpieza pueden cambiar el aspecto de la fibra. Otro detalle importante es comprobar si la pieza está realmente seca, ya que guardarla húmeda puede dejarla con olor.

Los cuidados son los mismos para otros modelos, independientemente del peso del tejido, pero con la excepción de las chaquetas, se aconseja guardarlos siempre doblados, pues tienden a estirar cuando están colgados.

Los consejos son equivalentes para cualquier tipo de lana (almohada, gabardina, tweed y melton) que son tejidos más porosos y piezas de mierda, como el tricot.

Da la longevidad a las piezas de cuero

El cuero es uno de los materiales más difíciles de ensuciar, pero necesita cuidados especiales, ya que su durabilidad depende de los cuidados de almacenamiento. Independiente del origen (vaca, avestruz, cocodrilo, serpiente, etc), el cuero posee colágeno en su superficie y puede resecarse cuando expuesto al calor, por ejemplo.

El ideal en el mantenimiento del artículo es lavarse cada 6 meses y de vez en cuando asegurarlo con un hidratante para cuero (o aceite de almendra puro), sacando los excesos del producto con un paño húmedo. No utilice hidratante corporal, sobre todo los que posean alcohol en la composición, pues reseca el material.

Ropa de cuero

, principalmente de colores claros, también pueden amarillear. Una alternativa es limpiarlas con una solución de agua y vinagre de manzana (o bicarbonato) con una esponja. Para cueros que presentan olor (generalmente en piezas que posean fabricación artesanal), humedezca un cojín de algodón con perfume y guarde en el bolsillo de la pieza.Cuero retiene mucho líquido, cuando es limpio es necesario dejarlo "respirando" fuera del armario por un día; y al guardar nunca doblar o lo reserve en bolsas plásticas, pues eso puede ocasionar moho. Prefiera envolver la ropa en un saco de TNT oscuro, ya que la luz también puede afectar el aspecto del producto; o bien dejarlo en un espacio del armario que no se accede con frecuencia, es decir, que no deje las piezas expuestas a la claridad.

Otra sugerencia es colocar un pedazo de madera de cedro (excepcionalmente este tipo) cerca de la ropa para absorber la humedad en el armario.

Mantenga el aspecto de la gamuza

Si el mantenimiento de las piezas de cuero

requiere cuidados, las ropas de ante (el mismo para las de chamois y nobuck) necesitan el doble. Es un material poroso de superficie aterciopelada y extremadamente permeable; el uso (incluso en calzados) y la forma incorrecta de lavar acaban ocasionando riesgos y manchas. La limpieza es la misma receta para quitar el amarillento del cuero (agua + vinagre de manzana), con la salvedad de que es indispensable presionar una toalla de papel al final del proceso para absorber el agua y dejar secando a la sombra - lo que lleva cerca de 3 días. Para quitar rasguños es un poco más complicado, ya que se debe hacer un raspado en la gamuza

con lija fina, cepillo con cerdas de nylon o de latón (que varía de acuerdo con el deterioro). En episodios más críticos, lo mejor es encaminar a una casa especializada en artículos de cuero. En todo caso, siempre es bueno estar atento a la etiqueta de composición de la ropa, pues siempre hay una receta de cuidados para prolongar su uso.