Embarazo en la adolescencia es un tema delicado - y una realidad presente. El Estatuto del Niño y del Adolescente considera adolescente al individuo de hasta 18 años de edad, lo que quiere decir que las niñas en edad escolar y, muchas veces, aún en fase de crecimiento y desarrollo físico se vuelven embarazadas.

Segundo informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), los países en desarrollo, categoría en la que está incluido Brasil, son responsables, juntos, por el 95% de los embarazos precoces en el mundo. Por año, siete millones de adolescentes dan la luz en esos países. Esto significa que, por día, unas 20.000 niñas menores de 18 años se convierten en madres.

La noticia del embarazo precoz puede ser un shock y motivo de preocupación. Es común que el embarazo no sea planeado y la adolescente debe lidiar con una mezcla de sentimientos - inseguridad, miedo, ansiedad, estrés. Además, en esta fase de la vida, gran parte de las adolescentes depende del apoyo y el apoyo de los padres, tanto financieramente como emocionalmente.

Para los padres, la noticia puede ser igualmente impactante. Aunque es normal sentirse decepcionada, nerviosa o preocupada en ese momento, la madre de una adolescente gestante necesita tener en mente que ese es un momento en que la hija la necesitará, tal vez más que en cualquier otro momento. Es posible que la adolescente se vea ante fuertes críticas y juicios de conocidos, alejamiento de amigos y abandono de responsabilidad por parte del padre del bebé; no estar sola en ese escenario es fundamental. El apoyo de la madre puede hacer toda la diferencia y ayudar mucho en la salud mental y física de la adolescente que enfrenta esa situación. Tener a alguien con quien hablar, dudar y compartir sus sentimientos es tan importante como la ayuda financiera y el seguimiento médico.

Si usted es una adolescente embarazada o madre de una, en el transcurso de esta materia encontrará consejos de cómo lidiar con la nueva realidad, buscando tanto la salud física como la emocional.

Estoy embarazada: ¿qué hacer ahora?

Descubrir que está embarazada en la adolescencia puede ser un gran shock y es común que en un primer momento la joven se vea confusa y sin saber cómo reaccionar a la situación. "El embarazo en la adolescencia, como otras no planificadas, coloca a la mujer ante cuestionamientos, angustias y sufrimiento. En el caso de las mujeres adolescentes, el sufrimiento se mezcla con el gran miedo de los padres, a la desesperación de ver sus sueños caer, a la incertidumbre de su futuro estudiantil, a la vergüenza ", cuenta la psicóloga Laura Ferreira.

Para enfrentar la nueva realidad de la mejor manera posible, buscar apoyo emocional y médico hace toda la diferencia. A continuación algunos consejos de expertos que pueden ayudar en ese momento.

Procese la noticia

Antes de lidiar con las otras personas, hay que lidiar con los propios sentimientos. "A los adolescentes que pasarán por este momento, tengan fuerza", puntualiza Laura. Encontrar la fuerza en sí misma es esencial durante toda la gestación - y también después de ella.

Comparta la noticia con personas de confianza

"Al principio, la adolescente puede tener miedo de contar a sus padres, por eso necesita dividir esa verdad con alguien para 'ganar fuerzas' para posteriormente conversar con los familiares, sugiere la psicóloga Viviane Rossi .

Contar para los padres que está embarazada puede ser muy difícil. Por lo tanto, buscar primero por alguien de confianza puede ser un paso importante para construir una base de apoyo. Puede ser un amigo, alguien de la familia, o cualquier persona cercana y con la que la joven se sienta cómoda.

Cuente a sus padres

Aunque es difícil, este es un paso necesario. "A diferencia de cualquier otro momento de la vida, cuando sola puede decidir sobre sí misma, en la adolescencia la mujer necesitará de los adultos a su alrededor para cuidar de sí y de su hijo", apunta Laura.

Lo más importante en ese momento es buscar una conversación transparente y respetuosa, de ambas partes. "La adolescente puede hablar de sus sentimientos, de sus dudas, sus preocupaciones, sus temores con el futuro, con la mayor claridad posible", indica Viviane.

Encuentre un mediador

Cuando la idea de conversar con los padres parece excesivamente difícil para la gestante, una sugerencia es buscar ayuda externa. "Es recomendable que, en caso de inseguridad, la adolescente también pueda llamar a alguien para acompañarla a la hora de contar para los padres, siempre que sea alguien que consiga respetar a todos los miembros de la familia", aconseja Viviane.

Busque apoyo profesional

No tenga vergüenza de buscar apoyo profesional para mantenerse sano emocionalmente. Viviane resalta que "una adolescente embarazada, sufre con varias cuestiones existenciales, inseguridad, baja autoestima, miedo y puede alimentar fantasías positivas o negativas sobre el futuro. Cuando ni siquiera el confort de quien la acoja es suficiente, ella puede buscar grupos de apoyo o psicoterapia individual ".

Mi hija está embarazada: cómo lidiar con la nueva realidad

Para los padres, el choque de descubrir que su hija está embarazada también es grande. Sin embargo, hay que saber lidiar con la situación y tener en cuenta que, en ese momento, su hija necesita de usted aún más. "El momento será duro para todos, pero ningún dolor justifica la violencia, sea física o verbal. A los padres, tengan calma y ponderación. Recuerden que cada dolor, decepción y angustia que pasa en su corazón aflige también a su hija sentada frente a él ", recuerda Laura Ferreira.

Es común que la adolescente busque principalmente el apoyo de la madre - tanto para ayudarla a enfrentar la nueva realidad como para guiarla en cuestiones prácticas de la gestación. Aunque no es fácil para la madre, estar disponible para su hija, sin juicios y con mucho respeto, es fundamental. "La madre necesita inicialmente cuidar, calmarse y tratar de ayudar a conducir esta nueva organización familiar. Ella también puede apoyar a su hija acompañándola en las consultas médicas, en conversaciones con el padre del bebé y su familia, orientándola en cómo cuidar de usted y del bebé que está en camino. "Puede intentar ser bastante compañera de la hija, ayudándola en el día a día y protegiéndola de eventuales críticas negativas", apunta Viviane Rossi.

Considere que su hija es adolescente y está llena de angustias. Como Laura destaca, es válido recordar que la joven aún no es adulta. "Su hija no entró en la máquina del tiempo, ella está embarazada", subraya la psicóloga. Se pone a disposición para aclarar dudas, conversar, ayudarla a luchar por sus derechos y empoderarla para hacer que las cosas ocurran de la forma menos traumática posible. Por último, tenga en cuenta que el apoyo y el apoyo no es sinónimo de tomar completamente las riendas de la situación y dejar a la adolescente sin voz: sus elecciones deben ser respetadas siempre. "La única conducta que no debe ser asumida es de ser la madre del bebé que será su nieto. Por más difícil que sea, cada una debe asumir su propio papel: una es madre, la otra es abuela ", opina Viviane.

Cuidados de la gestación en la adolescencia

Cuando el asunto es la salud física, no es necesario desesperarse: la madre y el bebé pueden pasar por esta etapa completamente sana. Así como en todo embarazo, es necesario tomar algunos cuidados y estar atenta a la salud, con la salvedad de que la gestación en la adolescencia necesita algunos cuidados redoblados - especialmente en el caso de gestantes más jóvenes, con el cuerpo aún no totalmente formado.

"Los principales riesgos son para el feto: la incidencia de parto prematuro pre-término crece cuando se trata de embarazo en la adolescencia. La incidencia de bajo peso al nacer también es mayor para bebés nacidos de adolescentes, una vez que su crecimiento intrauterino compite con el de la madre, que aún está en fase de crecimiento ", alerta Rodrigo Hurtado, ginecólogo de la Clínica Origen. El médico señala además que el nacimiento prematuro puede acarrear riesgos como complicaciones respiratorias.

Para asegurarse de que todo va bien, la asistencia médica es indispensable. "El prenatal en la adolescencia es de suma importancia para el seguimiento y prevención de posibles complicaciones durante la gestación", afirma Juliana Amato, ginecólogo y obstetra del Amato Instituto de Medicina Avanzada.

Los principales cuidados son, con el acompañamiento médico, el control del aumento de peso de la gestante y de crecimiento fetal. Además, la madre debe, como resalta Juliana "tener una alimentación balanceada y rica en nutrientes; evitar el cigarrillo, bebidas alcohólicas, ejercicios extenuantes y exceso de cafeína. Para Rodrigo Hurtado, además de las cuestiones puntuales del prenatal, la importancia de ese acompañamiento en una gestación en la adolescencia es aún mayor. "El prenatal sirve como una oportunidad de construir una relación de confianza entre el equipo de salud transdisciplinario y la paciente, promoviendo disminución de las posibilidades de nuevo embarazo no planificado a través de soporte psicológico y ginecológico con énfasis en aclaraciones sobre contracepción y cuidados con el recién nacido ", defiende.

Además de cuidar la salud del bebé, las gestantes no pueden olvidarse de cuidar de sí mismas - física y psicológicamente. "Para la madre, los riesgos son más psicológicos y sociales que físicos. La incidencia de depresión y disturbios de relación con familiares y con el compañero son mayores ", puntualiza el Dr. Hurtado.

La búsqueda de apoyo emocional puede colaborar mucho para la salud del bebé a largo plazo. "Los adolescentes que se vuelven madres sufren una presión psicológica de ellas mismas y de la sociedad, pudiendo ocasionar un rechazo al hijo si no tiene un apoyo bien estructurado", comenta la Dra. Amato.

Testimonios

Cada experiencia es única y las cosas no suceden de la misma forma en todos los casos. Después de todo, cada adolescente maneja el embarazo de forma diferente y la familia también reacciona de maneras distintas.

Angel Mesquita, youtuber del canal Madre a los 18, se quedó embarazada a los 17 años. En la segunda semana de retraso menstrual, descubrí que estaba embarazada en la segunda semana de retraso menstrual. En el fondo yo ya sabía que estaba embarazada y fui detrás de confirmar mi certeza. Hice el examen de sangre y estaba allí mi positivo. Luego fui a hacer la ecografía, dio ocho semanas de gestación, ya escuché el corazón y me apacentaba allí. Claro que no fue todo mil maravillas. Cuando tuve la certeza del embarazo, lloré, no quería creer, rehuse, me pregunté por qué de eso, porque de aquella 'burrice', como yo iba a sostener a aquel sercito, lo que mi padre iba a encontrar de mí, como yo iría a la escuela con esa barriga inmensa, como iba a ser vista por la sociedad. ¡Es una mezcla de sentimientos surrealistas! Mi madre siempre tuvo control de los absorbentes allá de casa; no de propósito, pero ella percibía cuando yo no usaba. Y así fue como descubrió. Fueron días de lloros y cuestionamientos, nada fácil. Para mi padre ya fue más difícil de contar, tanto que no conté. Quien contó fue mi madrastra. Los dos tuvieron un golpe, pero al fin me ayudaron y me ayudaron mucho. No es una tarea fácil ser madre, aún más joven, cuando aún dependemos de nuestros padres. Yo en el auge de mis 17 años quedé embarazada, erguí la cabeza y no dejé la peteca caer aunque con siete meses de gestación me separé del padre de mi hijo. El Kauan es una bendición, como todo niño. Inesperado, pero que se convirtió en un xodó para todos, sin explicación. "Mayor placer de mi vida, es cuidar y amar a mi hijo."

Iule M. cuenta cómo fue a lidiar con los desafíos durante la gestación y después del parto. En el comienzo fue muy difícil: mis padres se lastimaron mucho conmigo, me quedé muy mal, con vergüenza, con miedo. Es un susto para los padres y para la adolescente también. Todo lo que necesitamos es de apoyo, porque nos quedamos sin suelo en el momento que nos descubrimos embarazadas. Pero el tiempo fue pasando y ellos se fueron acostumbrando a mi embarazo, hasta quedaron ansiosos por el bebé nacer. Él nació de ocho meses, cesárea, pero todo estaba bien. He tenido depresión post parto, porque fue muy difícil acostumbrarse a la idea de que ahora tendría que aprender a cuidar de un bebé. Pero todo siempre mejora. Hoy tiene ocho meses y, poco a poco, voy a aprender a ser madre, con la ayuda de mis padres - sin ellos no podría crear mi bebé. Por eso digo a otras adolescentes que están pasando por lo que he pasado que tienen fuerza. "

Y en el canal de YouTube que al principio de la gestación, el más difícil fue tratar con la familia y con los juicios que recibía, confiera: "Cuando descubrí que estaba embarazada, en el fondo ya lo sabía, ya sentía también. Cuando la prueba dio positivo una ola de sentimientos comenzaron a mezclarse dentro de mí y yo no sabía si se quedaba feliz, si se quedaba triste, si lloraba, se gritaba. Me quedé sin reacción, fui a casa sin reacción. Mi mayor desafío fue tratar con la familia que, de cara, no entendió, y tener que lidiar con los cambios en mí, en mi cuerpo, los cambios hormonales, los cambios físicos. Era tanta cosa para pensar y la gente me estaba juzgando, aquello era una cosa que no entraba en mi cabeza y por lo tanto me dejaba estresada, lo que no hacía nada bien para el bebé. Mi madre se quedó conmigo desde el principio y esta conmigo hasta hoy, tanto ella como mi padre, mi relación con mis padres mejoró el 100%. Mis abuelos fueron un poco más complicados para entender tanto cambio en la vida de la nieta más joven que tenían. Tuve amigos que se alejaron, que se acercaron. Tuve el apoyo de quien no esperaba que tuviera. Y eso me hizo ver que no todos hallan eso el fin del mundo, por qué no lo es. Bate un miedo sí, de no conseguir hacer lo mejor por su hijo, de no hacer las elecciones correctas; y que no se puede formar y hacer una buena enseñanza superior; todo eso pasa por la cabeza de la madre joven. Tenemos que madurar temprano, poner a nuestro hijo en primer lugar y nunca olvidarse del privilegio que es ser madre. Mi embarazo está siendo una delicia ahora que ya he aceptado que soy madre y no tiene nada más sabroso que eso. "

Por más complicada y delicada que sea la situación, tener a alguien que ofrezca apoyo y amparo es fundamental para la adolescente gestante. Si su hija está embarazada, recuerde cómo puede sentirse y ayudarla como madre, hija y mujer a enfrentarse a cada etapa de la nueva realidad.