El herpes es una enfermedad benigna causada por un virus. En general, el virus del herpes tipo 1 afecta la mucosa de la boca y el entorno de los labios y el contagio se hace casi siempre por contacto directo, pero puede ocurrir también por el intercambio de objetos como vasos, tazas, cubiertos y lápices de labios, ya que normalmente el " el virus se encuentra en la saliva de las personas que a veces no presentan ningún síntoma.

Cuando las lesiones resultantes de la enfermedad aparecen en los órganos genitales, el contagio casi siempre será el resultado de contacto sexual. En este caso, el herpes tipo 2 se considera una Enfermedad Sexualmente Transmisible (ETS).

Hay un tipo más grave de la enfermedad, el herpes zoster, causado por el mismo virus de la varicela, o varicela. Las lesiones son similares a las del herpes tipo 1, pero alcanzan un área más extensa, pudiendo alcanzar también los órganos internos.

En cualquiera de los casos, la primera infección produce el herpes primario. A partir de la segunda vez que la enfermedad se manifiesta, la forma es siempre recurrente. No se trata, pues, de reinfección, sino de activación del virus que permanecía latente en el organismo. La activación del virus puede ser desencadenada por variados factores como la exposición prolongada a rayos solares, fiebres o cualquier trastorno físico o psíquico.

Prevención

Para prevenir el herpes simple tipo 1, evite el contacto directo con la persona infectada y no comparta objetos como vasos, tazas, cubiertos y lápices de labios. En el caso de las personas que ya tienen este tipo de herpes, es importante mantener la boca siempre hidratada y evitar el sol, aunque no haya ninguna herida aparente, para prevenir la aparición de lesiones.

El herpes simple tipo 2, por ser considerado un ETS, puede ser evitado con el uso del preservativo en todas las relaciones sexuales y el herpes zóster puede prevenirse a través de la vacuna. En todos los casos, la sugerencia es mantener la buena salud del sistema inmunológico, por medio de la práctica regular de ejercicios físicos, alimentación sana y combate al estrés.

Tratamiento

En general, el tratamiento se limita a la prevención de complicaciones secundarias y al alivio de los síntomas, ya que ningún tipo de herpes tiene cura. Las pomadas diversas y la medicación oral pueden atenuar el prurito y la sensación de quemazón. Además, el aminoácido lisina - utilizado en la fabricación de proteínas y vital para el crecimiento y mantenimiento de los músculos y órganos - previene y trata los síntomas del herpes, evitando también la reincidencia.