El síndrome de los ovarios poliquísticos alcanza cerca del 10% de las mujeres en edad reproductiva. Ella suele aparecer en la pubertad y va hasta la menopausia, causando un desequilibrio hormonal. Toda mujer produce hormonas masculinas, llamadas andrógenos. El problema es que ese desequilibrio hace que el organismo pase a producir las hormonas en mayor cantidad, aumentando la posibilidad de la aparición de quistes en el ovario e interfiriendo en el proceso de ovulación.

Las mujeres que sufren con este problema ovulan con menor frecuencia y generalmente tienen ciclos menstruales irregulares, la menstruación aparece cada dos o tres meses. Entre los síntomas más comunes están también el aumento de peso, exceso de pelos en el cuerpo, surgimiento de acné, mayor oleosidad de la piel y caída del cabello.

Diferencia entre quistes en el ovario y ovarios poliquísticos

La diferencia entre el quiste en el ovario y los ovarios poliquísticos está en el tamaño y el número de quistes. En el síndrome de los ovarios poliquísticos, existen pequeños quistes en gran cantidad. Los quistes de ovario son únicos y mayores.

Ovarios poliquísticos y el embarazo

Además de los cambios internos en el funcionamiento del organismo y de las transformaciones externas que incomodan a las mujeres, el síndrome de los ovarios poliquísticos puede interferir en la salud reproductiva. Es responsable de cerca del 30% de los casos de infertilidad femenina y puede elevar las posibilidades de abortos espontáneos. Muchas mujeres descubren que tienen el problema solamente cuando intentan quedarse embarazadas y no pueden.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de los ovarios poliquísticos puede ser hecho por ultrasonido, por exámenes de dosificación hormonal o aún a través del examen de tacto, realizado en las visitas de rutina al ginecólogo. El ovario poliquístico llega a tener el doble del volumen de un ovario normal.

Aunque todavía no existe cura para el síndrome de los ovarios poliquísticos, es posible hacer un tratamiento para aliviar los síntomas. El tratamiento ideal puede variar de mujer a mujer, pues depende de la edad de la paciente y de los síntomas más intensos. El más simple y más conocido es la utilización de la píldora anticonceptiva, que regulariza los ciclos menstruales y aún ayuda a amenizar las molestias.

Si la mujer desea quedar embarazada, el tratamiento es diferente. El más indicado se realiza con un medicamento por vía oral que induce la ovulación. La mayoría de las mujeres responden bien al tratamiento y pueden quedar embarazadas.

Infográfico - Infertilidad en números