Tomar decisiones cuando se trata de la educación de los hijos no es una tarea muy simple o fácil. Todo lo que los padres hacen y la manera que educan a los hijos pueden tener una cierta influencia en la vida futura del niño. Por lo tanto, las madres y los padres en general buscan buscar la mejor manera de lidiar con cada situación adversa que pasan con el hijo, a fin de educarlo para ser un adulto consciente y de carácter. Cuando el hijo acaba haciendo algo que no debe, una de las cosas que pasa en la cabeza de los padres es: castigarlo. Un ejemplo de lo que puede ser considerado un

castigo

es dejar el hijo una semana sin visitar el amiguito para jugar o aún quedarse un mes sin videojuego. Hay padres y madres que no renuncian al tradicional castigo y que creen que esa es la mejor forma de educar. Sin embargo, existen alternativas para enseñarle a actuar de la forma considerada correcta y que no significan necesariamente un castigo. Estas opciones incluyen métodos más positivos, que aprecian las buenas actitudes y que no enfatizan sólo los errores que el niño comete. Usted, la madre que desea optar por estos métodos alternativos, consulte a continuación de lo que se trata.

Evite el problema por adelantado.

Esta táctica se refiere a prevenir ciertas actitudes que el niño puede tener. Por ejemplo, si usted sabe que su hijo pide varios dulces cuando va al mercado, combine con él por adelantado un límite de dulces que puede elegir si tiene que ir con usted al mercado.

Otra sugerencia es preparar a los hijos antes de ir a lugares públicos, como restaurantes y centros comerciales. Pero, ¿cómo hacerlo? Hable con él antes de salir de casa y combinar con él lo que puede o no hacer en el lugar. Si lo hace todo conforme a lo que ustedes han combinado, aprecie la actitud, dando las felicitaciones para él por haberse comportado. Establecer rutinas también ayuda en el día a día de la familia. Por ejemplo, animarle a guardar siempre sus propios juguetes. ¿Cómo? Haga un cartel donde puede dibujar pequeños helados, y cada vez que lo organiza todo, puede dibujar uno. Cada 10 o 20 helados dibujados, él gana un delicioso helado.

Distrate para sacar el foco de lo que quieres que haga.

Forzar al niño a hacer lo que usted quiere es el camino hacia la barranca. Si usted quiere evitar que él haga eso, distraiga con otra cosa y él hará lo que debe. Por ejemplo, una buena manera de hacerlo comer verduras y verduras es crear platos divertidos con su hijo, en lugar de obligar a comer.

Hable lo que puede o no hacer. Y explique el porqué de forma sucinta. Los niños no van a prestar atención a largas y complejas frases, pero las reglas, cuando se explican de forma directa y cuando es posible, de manera divertida, cumplen bien su papel. Por ejemplo, en vez de castigar a un hijo por haber golpeado al otro, diga que "hermanos son para jugar, no para golpear". De esta forma, la información importante llamará más atención.

Aprecie lo que él hace como manda la regla. En vez de enaltecer los errores que los hijos cometen, prefiera valorarlo por las veces que él sigue la regla y cumple lo que ustedes combinan. Exaltar el lado positivo es una alternativa mejor que castigarlo por lo que hizo de mal, según expertos.

Use su creatividad de madre en la educación de su hijo. Con amor, respeto y mucha conversación es posible extinguir el tradicional castigo y optar por medios más positivos de lidiar con los problemas comunes que toda familia tiene. Recuerde: cuando se trata de usted y su hijo, siga su instinto de madre y usted sabrá lo que es mejor para él.