Tener hijos es una experiencia única y que hace que las mujeres descubran nuevos sentimientos, nuevas responsabilidades y, por supuesto, nuevas alegrías. Desde la gestación, pasando por la magia del momento del parto y siguiendo por los nuevos descubrimientos, como la primera sonrisa, la primera papila y el primer paso, la experiencia de la maternidad se muestra única e intensa.

No hay duda de que la relación entre la madre y sus hijos es fuerte, emocionante y eterna, lo que sólo se va probando cada vez más verdadero con el paso del tiempo. Y que dispara el primer pañal a la mujer que no se emocionó al oír a su bebé decir "mamá" por primera vez ...

Aunque exista toda esa poesía en el acto de ser madre, y que la experiencia de tener hijos sea algo realmente emocionante y hermoso , no siempre podemos conectarnos con nuestros pequeños (o no tan pequeños), especialmente cuando van creciendo y empiezan a interactuar con el mundo de manera más independiente.

Sin duda, la preadolescencia y la adolescencia en sí son períodos desafiantes en la vida de una mujer que es madre, y los cambios en el comportamiento de los hijos, que pasan a querer ser dueños de sí, a veces traen miedos y preocupaciones. Afortunadamente, existe como fortalecer la relación entre ustedes, y usted puede conocer algunos consejos valiosos a seguir:

1. Tenga como meta 12 abrazos diarios

Para la terapeuta familiar Virginia Satir, cuatro abrazos diarios son necesarios para nuestra supervivencia; ocho para el mantenimiento y 12 para nuestro crecimiento. La idea aquí es crear contacto físico mismo: abrace a su hijo todos los días cuando se despierta y siempre que él va a dormir.

El contacto físico, por medio del abrazo, del cafuné, del ojo en el ojo y de la sonrisa es algo que crea un fuerte lazo afectivo, especialmente entre la madre y sus hijos. Los adolescentes pueden no gustar mucho de abrazarse, entonces hay que buscar otras formas de conexión, como una conversación más intensa, demostrando interés por su vida, mientras ustedes hacen una merienda juntos. Demostrar verdadero interés por la vida de su hijo, y el abrazar siempre que sea posible, es una actitud que trae resultados positivos.

2. Juguen juntos

Cuando usted juega con su hijo pequeño y hace desorden con él, el cuerpo del niño va a liberar endorfinas y la oxitocina, lo que da la sensación de bienestar y ayuda a crear lazos estrechos entre ustedes dos. Crea situaciones diarias que involucra la risa y la diversión, así que el hijo crecer con menos ansiedad y sentirte conectado contigo. Apueste en bromas que le ayuden a crear valores sobre cooperación y liderazgo.

3. Deje la tecnología de lado

Cuando esté con su hijo, no quede chequeando sus redes sociales a menudo ni haga que se siente estresado con el exceso de fotos que usted quita de él. Creer: para los niños, su amor vale más en la práctica que en las fotos del Instagram. Cuando no hay interferencias tecnológicas, la conexión es más fácil y verdadera.

4. Entender los momentos de transición

Los niños no siempre logran lidiar muy bien con la transición de una fase a otra, y va a ser así por un buen tiempo, por lo que acaban teniendo comportamientos más agresivos y rebeldes a veces. La manera es mostrar que usted está allí, usar siempre el nombre de su hijo, mirar en sus ojos e intentar hacer que él sonríe y perciba que puede contar con su comprensión y con su apoyo.

5. Dedique tiempo exclusivo para cada uno de sus hijos

Si usted tiene más de un hijo en casa, es bueno que dedique un tiempo exclusivo a cada uno de ellos. Estamos hablando aquí de algo como 15 minutos al día, y en ese tiempo usted debe mostrar interés y atención para el niño o para el adolescente con el que está interactuando.

Una buena sugerencia es que cada uno tenga su día de elegir la actividad. En sus días, busque realizar tareas que involucren contacto y que, de preferencia, hagan su hijo divertirse y reírse bastante.

6. Deje que su hijo llore

A veces el llanto de su niño viene a la hora que usted menos espera, pero los niños lloran y siempre va a ser así. Dejar que su hijo llore es una buena forma de mostrarle que tiene la oportunidad de mostrar sus sentimientos y, además, usted puede aprovechar la ocasión para ayudarle a manejar sus problemas.

No digas a tu hijo que el llanto de él te deja triste o con rabia - en vez de eso, demuestra compasión e interés en ayudar. Cuando el niño siente que su frustración o su rabia se entiende, ella comienza a aprender a manejar estos sentimientos con más facilidad y, una vez que esto suceda, va a ser más relajado y cooperativo.

Es difícil no demostrar falta de paciencia o irritabilidad frente a su hijo, pero si usted aprender una manera de hacer esto va a tener los mejores resultados. 7. Aprender a escuchar y demostrar empatía

Demuestre interés por lo que su hijo habla, y siempre lo estimule a contar para usted cuáles son los puntos que le dejan feliz, lo que le angustia, lo que le deja con miedo y por ahí lo hará. Esto va a hacer que usted vea las situaciones desde la perspectiva de su hijo y, a partir de ahí, crea empatía.

8. Vaya con calma y viva el momento

El ritmo frenético de la vida adulta y llena de compromisos no se combina con la vida de un niño, entonces es bueno que usted se acostumbre a entender esto ya poner esa idea en práctica. Va con calma. Antes de dar una fruta a su hijo, por ejemplo, muéstrele cómo es la corteza y el olor del alimento, haga alguna broma y le ayude a entender que ese tipo de fruta hace bien para la salud.

Lo mismo vale para la hora del baño: huele el pelo de su hijo, demuestre que le gusta estar con él, escucha sus risas, entienda que él quiera jugar mientras está en la bañera y juegue con él también. Estar con su hijo en el momento presente es una alegría - no tenga dudas de ello.

9. Dale valor a la hora de dormir

Lo ideal es llevar al niño a la cama un poco más temprano del horario en que ella debe dormir. En ese momento, quédate al lado de ella, cuente alguna historia, muestre que la ama y hable sobre cosas legales, como algo diferente que sucedió en la escuela. Deja que el niño cuente algo también y, cuando esté haciendo eso, escuche todo con calma y atención. El bacana es no abandonar ese ritual del sueño cuando su hijo comienza a crecer.

10. Esté presente

Aquella historia de que el tiempo pasa demasiado rápido es la más pura verdad, entonces aproveche cada momento al lado de su hijo, pues cuando usted menos imagina él ya estará pensando en hacer universidad en otra ciudad.

La sugerencia aquí es simple: cuando esté con su hijo, realmente esté con él, evite quedarse pensando en problemas en el trabajo o en la ropa que necesita ser lavada sin falta. Interactua, viva, sienta las emociones de su hijo, lo abrace siempre que sea posible y no deje de preguntar lo que él piensa sobre la convivencia familiar. Si todas las familias fueran así, tendríamos niños y personas adultas mucho más felices.