Con el aumento de la competencia en las profesiones que exigen un aspecto físico cercano a lo que se considera perfecto, y principalmente con la gran visibilidad alcanzada por esas profesiones, millones de personas - principalmente mujeres - se sienten obligadas a seguir un patrón de belleza que no siempre es el ideal para su tipo físico y, definitivamente, no es el ideal para su salud.

La verdad es que la llamada "dictadura de la belleza" hace que muchas mujeres se sometan a procedimientos estéticos peligrosos y dietas alimenticias rigurosas. Sin embargo, la búsqueda del cuerpo perfecto, al contrario de lo que muchos creen, no es una tendencia reciente en la sociedad. Hace muchos siglos la gente trata de encajar en patrones determinados por aspectos culturales del lugar en que viven. Lo que hubo, sin duda, fue un cambio continuo y lento de esos patrones. En la época del Renacimiento, por ejemplo, la mujer ideal no era delgada; debería tener caderas anchas e incluso un poco de grasa en la región del abdomen, ya que eso era considerado sensual.

Pasan los años, se van los patrones. La industria de la moda no se restringe a dictar tendencias de vestuario; a través de su representación más humana -las modelos de pasarelas y fotos comerciales, esa industria alcanza una gran influencia en la vida de niños y adolescentes que sueñan, un día, formar parte de ella. Y, una vez que el patrón actual es la completa delgadez, las niñas de todas las edades se sienten impelidas a imitarlo, aunque hay un precio alto a ser pagado.

Entre los males causados ​​por esta búsqueda incesante, uno de los más graves es la llamada "Anorexia Nerviosa".

¿Qué es?

El trastorno psicológico, que hace que la persona se vea más gorda de lo que de hecho es, normalmente comienza en la adolescencia, cuando el individuo es más susceptible a presiones sociales eventualmente sufridas por los amigos o en el ambiente escolar. Los individuos que desarrollan la anorexia nerviosa suelen, en paralelo, desarrollar uno o varios tipos de comportamiento compulsivo. La mayoría dirige estos comportamientos para el control absoluto de los alimentos ingeridos y de la ganancia de peso, llegando a fases extremas de completa abstinencia alimentaria en etapas más avanzadas.

Causas

La medicina aún no ha determinado una causa específica para la anorexia nerviosa. Algunas investigaciones dan cuenta de que factores genéticos pueden estar involucrados, además de problemas psicológicos como la baja autoestima, una visión distorsionada de sí mismo y la presión sufrida en el ambiente social.

Complicaciones

La enfermedad puede causar daños a los más diversos sistemas del cuerpo humano. Conforme se agrava el cuadro psicológico del paciente el disturbio alimentario deja de ser sólo de ese orden y pasa a perjudicar otras áreas de la salud. Algunos de estos efectos colaterales de la anorexia pueden ser:

Retraso en el desarrollo y crecimiento - cuando en adolescentes;

  • disminución o aceleración del ritmo cardíaco;
  • problemas diversos relacionados con el sistema digestivo;
  • disminución de la densidad ósea;
  • anemia;
  • descontrol hormonal;
  • subnutrición aguda.
  • Tratamiento

El tratamiento de la anorexia no debe estar orientado sólo a la ganancia de peso. Como el problema es originado por algún disturbio psicológico, éste es un sector que merece la atención del paciente, así como de las personas con quienes él convive.

Se indica una integración de terapia individual, grupal y familiar para que el ambiente en que el paciente esté inserto pueda colaborar para la mejora de su cuadro psicológico. Es esencial que la familia y los amigos entiendan el problema y sus consecuencias, para que no los juzguen pequeños o sin mayor importancia.

Un asesoramiento nutricional también debe iniciarse, regulando la ingesta de alimentos sanos y necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo.

La participación de personas próximas en el proceso de recuperación puede facilitar la comprensión por parte del paciente del absurdo de los patrones de belleza exigidos por los medios actuales. Apoyo psicológico y confianza en personas de la convivencia diaria son instrumentos fundamentales para lidiar con problemas como la anorexia.