Si tienes sobrinos, es muy posible que tu celular esté lleno de fotos de ellos, aún más si son pequeños. ¡Al fin, las tías adoran mimar y exhibir a sus sobrinos para todo el mundo!
Los lazos que se crean entre los tíos y sus sobrinos son muy especiales, pues ellos son adultos y maduros, pero al mismo tiempo logran conectarse bien con el universo infantil. Conozca algunas de las razones por las cuales esta relación es tan importante para los niños:
1. Ellos hasta parecen los padres, pero con una visión diferente
Los tíos son mucho más jóvenes que los abuelos y tienen una edad muy parecida a la de los padres de sus hijos sobrinos. A los ojos de un niño, el resultado de ello es un adulto responsable como su padre y su madre, pero al mismo tiempo más comprensivo.
Estas características permiten que se creen lazos de complicidad y sinceridad entre tíos y sobrinos, aunque los niños tengan una buena relación con sus padres.
2. Existe una relación de confianza y responsabilidad
En general, tíos y tías tienen reacciones menos exageradas que padres y madres cuando los niños les cuentan sobre trampas o incluso cuando empiezan a surgir las primeras paixonites. Así, los niños se sienten más cómodos con los tíos para conversar sobre ciertos temas, sean experiencias buenas o malas.
Al mismo tiempo, tíos y tías siguen siendo parte de la familia y se preocupan tanto como los padres en relación al bienestar de los niños. Si hay alguna situación que amenace la seguridad de sus sobrinos, los tíos todavía son adultos responsables que sabrán cómo actuar. 3. Tíos y tías son el equilibrio perfecto entre proteger y permitir la relación entre tíos y sobrinos es más relajado que entre padres e hijos por una razón obvia: los tíos no tienen obligación de crear y educar. De esta manera, pueden ser más permisivos y hacer la alegría de los niños que quieren comer el postre antes del almuerzo, por ejemplo.
Al mismo tiempo, tíos y tías son personas adultas y son vistas como figuras de autoridad por los niños. Así, cuando los tíos niegan algún pedido que pueda ser perjudicial de alguna forma, los niños suelen entender y respetar.
4. Tíos y tías tienen las mejores historias sobre el pasado de los padres
Tal vez tu madre nunca te cuente sobre el día en que ella saltó la ventana para pasear con el novio, pero su tía te va a contar y todavía va a risa! Por ser los principales responsables de la crianza de los niños, los padres a veces sienten necesidad de mantener cierta seriedad, evitando "dar mal ejemplo".
Las tías y los tíos, por otro lado, pueden darse el derecho de contar historias divertidas y no muy elogiosas, incluso sobre los padres de sus sobrinos. Esto no quiere decir que los tíos van a romper reglas importantes para la familia, pero sí que son mucho más flexibles. 5. Ellos conocen todo el contexto familiar de sus hermanos y sobrinos. Tales y tíos son las mejores personas para recordar la historia familiar. Después de todo, no sólo conocen a sus sobrinos desde el nacimiento, pero también conocen a su madre o su padre desde muy temprano.
Esto ofrece a los tíos y tías una visión más amplia de la relación entre padres e hijos, lo que les permite actuar como excelentes mediadores cuando surge algún conflicto entre las generaciones.
6. Tíos son amigos incondicional por toda la vida
Claro que existen casos de amistades que duran toda la vida, pero es un poco raro mantener los mismos amigos de la infancia hasta la vida adulta. Conforme el tiempo pasa, muchas veces percibimos que la amiguita del jardín de infancia ya no tiene nada que ver con nuestro momento actual.
Con los tíos y las tías, la relación de amistad es mucho más duradera. Ellos saben ser padres y amigos según la ocasión y acompañan nuestros cambios en el transcurso de la vida. Cuando los sobrinos son pequeños, tíos y tías son excelentes para jugar, llevar al parque, tomar helado, dar los mejores regalos y compartir las aventuras infantiles.
Después, conforme los sobrinos van creciendo, tíos y tías son las mejores personas para aconsejar sobre las nuevas situaciones y dividir sus experiencias. Ellos representan un equilibrio entre la madurez de quien ya pasó por aquello y la comprensión de quien sabe que ese problema forma parte del desarrollo.