y de cigarrillos durante el embarazo, algunas mantienen estos hábitos nocivos sin que perciban las innumerables consecuencias derivadas de ellos. La ingestión de bebidas alcohólicas puede representar un gran riesgo para la salud del bebé

, además de no ser recomendable para la salud de la madre. La ciencia aún no ha podido determinar a partir de qué cantidad el alcohol pasa a ser perjudicial, por lo que es preferible no arriesgar. La placenta humana es completamente permeable al paso del alcohol, de modo que el hígado del niño, aún en formación, absorbe buena parte del alcohol que la madre ingiere. Los daños sufridos por el feto pueden ser irreversibles, por diversos motivos. Si en un organismo adulto la bebida ya causa estragos, para un bebé el efecto puede ser catastrófico. Además, el hígado del feto absorbe la sustancia dos veces más lentamente que el de una persona adulta. Esto significa que el alcohol permanece por mucho más tiempo en el organismo del bebé que en el de la madre. Estos factores son responsables de numerosas complicaciones durante el período de gestación, como las ocurrencias de aborto espontáneo y también el preocupante parto prematuro. Según expertos, el riesgo de aborto espontáneo es casi dos veces mayor en gestantes que cultivan el hábito del consumo de alcohol.

Pero los problemas no paran ahí. Después del nacimiento, el niño puede presentar diversos tipos de alteraciones físicas y neurológicas, muchos de ellos irreversibles, debido al consumo de bebidas alcohólicas por la madre. Los más frecuentes son retraso mental, cambios faciales, compromiso del crecimiento y serios problemas de comportamiento. Estas consecuencias son mayores o menores de acuerdo con la fase del embarazo en el que se ingiere el alcohol y la cantidad de alcohol ingerido.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 12 mil bebés nacen con la llamada Síndrome Fetal del Alcoholo

Síndrome del Alcoholismo Fetal

( SAF ) cada año. El número corresponde a 2,2 bebés afectados por cada mil nacidos vivos. "Síndrome del Alcoholismo Fetal" es el nombre dado al conjunto de alteraciones en el feto causadas por el consumo de alcohol durante el embarazo. En el desarrollo neuropsicomotor e intelectual, además de disturbios conductuales como la hiperactividad, disminución del tamaño del cráneo (microcefalia), deformaciones faciales, pies torcidos, alteraciones del corazón, mayor sensibilidad a las infecciones y mayor tasa de mortalidad neonatal. En algunos casos, el niño no presenta deformidades físicas en el momento del nacimiento, pasando a presentar síntomas de naturaleza neurológica posteriormente, una vez que la SAF suele manifestarse hasta que el niño cumpla tres o cuatro años de edad. Por eso es tan importante cortar el consumo de alcohol tan pronto como se descubra la gestación. Esto garantizará un embarazo más tranquilo y un desarrollo más sano para esta nueva vida.