Una boda al aire libre es una opción hermosa y romántica. Puede ser en el campo, con la naturaleza alrededor creando un clima cálido o al borde de una piscina, en la mañana o al final de la tarde para disfrutar de la belleza de la puesta de sol.
Sin embargo, para organizar este tipo de celebración, la pareja necesita observar una serie de detalles. Ver consejos sobre cómo organizar una boda al aire libre para que todo salga como planeado.
El mayor enemigo de los novios que planean hacer una boda al aire libre es el clima. Incluso si las previsiones meteorológicas indican un día perfecto y soleado para la fecha de la boda, lo mejor es siempre prevenir y comprobar si el lugar tiene una estructura adecuada para casos de lluvia.
Si no tiene, toldos o tiendas son buenas opciones y protegen no sólo de la lluvia, sino también de sol fuerte, calor y sereno. Ellos necesitan ser reforzados, pues el viento fuerte también puede estorbar.
El lugar para la boda al aire libre también debe ser de fácil acceso y disponer de infraestructura adecuada, con baños y amplio estacionamiento, todo para proporcionar confort a los huéspedes. Los accesos internos calzados también son imprescindibles para que todos puedan circular con comodidad, además de colaborar para que el servicio de buffet consiga desempeñar su trabajo tranquilamente. En los lugares con tierra, hierba, piedras o arena, una solución es colocar un piso falso.
La decoración para la boda al aire libre no necesita ser exagerada, ya que el paisaje natural decora el ambiente. Si la ceremonia se realiza durante el día, una sugerencia es aprovechar la belleza natural del lugar y complementar con una decoración sencilla, preferentemente usando flores y tejidos.
Si la ceremonia es al final de la tarde y se extiende hasta la noche, dé atención especial a la iluminación. Las velas y las antorchas combinan muy bien, pero pueden no ser suficientes. Busque orientación de un buen profesional, que seguramente indicará alternativas para mantener el ambiente todo iluminado.