Cualquier persona que se involucra en una relación lo hace con la intención de que sea bueno y que funcione. Y en esa voluntad de emplacar una buena relación, es natural y también esencial que cada uno intente adaptarse al otro ya la vida compartida. Pero a menudo, esa adaptación puede confundirse con privaciones que no concuerdan con las necesidades de una relación y que pueden ser prácticas que acaban por traer malas consecuencias. Estas lecciones dolorosas que vamos aprendiendo a lo largo de la vida y de las relaciones no siempre pueden ser pasadas de alguna manera: hay que vivirlas para realmente comprender cuánto pueden ser nocivas y de allí retirar una enseñanza para toda la vida.

¿Cómo percibir que un comportamiento puede estar siendo malo o que estás siguiendo un camino que posiblemente te traerá problemas en breve? La sexóloga y psicoanalista Lelah Monteiro resume: "Cualquier relación, sea de padres e hijos, de cónyuges, profesional o incluso de amistad, que me traiga más ilusiones que realizaciones, más sufrimientos que alegría, más aislamiento que socialización, estos son implicaciones nocivas ".

A continuación, algunas de las lecciones que más se aprende acerca de las relaciones después de experimentarlas:

1. No alejarse de los amigos

Esta quizás sea la lección más común de las relaciones. Sin embargo, mucha gente no percibe o finge no ver que eso está sucediendo y esa no es una buena idea. Se puede esperar que los amigos se esfuercen por comprender que cuando se está involucrado o apasionado, sea natural que los momentos sociales disminuyan y que la persona quiera aprovechar al máximo esa sensación.

Pero la responsabilidad de acercarse, la mayoría de las veces, cae sobre la persona que está saliendo, por ser ella misma que acaba alejándose o no teniendo tiempo. Las relaciones van, pero las amistades se quedan. Es importante siempre tener esto en mente. Aunque los amigos comprendan un alejamiento, no se puede esperar que se mantengan fieles a la amistad si no reciben más atención.

La psicoanalista Lelah Monteiro explica: "por regla general cuando me alejo de mi familia o amigos, de lo que aprecio para estar con el otro, para agradar mi asociación, comienzo anularme por el otro o por causa de él. Este es un camino que te llevará al aislamiento y te aleja de lo que realmente te gusta. Si usted se apartó de los amigos porque su pareja lo exigió, salga de la misma cuanto antes. Impedir la vida social de alguien jamás será una actitud de amor.

Testimonio: "Tuve una amiga que se alejó mucho de mí cuando comenzó un nuevo noviazgo. Llegó al punto de ocultar que estaba conmigo cuando atendía al novio en el teléfono. Ella iba a ser la madrina de mi hija, pero con esa conducta nada amistosa, perdió el puesto. Daiane, de 35 años.

2. Las personas se van

Es necesario percibir que, por más que se planea, se entregue y se invierte en una relación, él siempre puede terminar. Ninguna promesa o responsabilidad asumida podrá evitar que los vínculos se deshacen si la relación no va bien. Por eso, aceptar que la vida tiene sus ciclos y que la persona no va a querer estar a su lado para siempre es fundamental para aprender sobre las dinámicas de la vida y de las relaciones.

A veces la implicación es tan grande que no se acepta un término o si sale muy herido de una separación por no haber pensado que esto podría suceder. Es siempre importante tener en cuenta que la gente se involucra, pero nada garantiza que esa participación será eterna.

3. No desistir de su camino

Este es un asunto complejo, después de todo, si existe una relación, no es para construir una vida juntos? Claro que sí. Esto se configura en un problema cuando la elección de salir de su camino no es porque usted realmente quiere seguir al otro, sino porque su pareja o pareja requieren o por usted creen que ellos merezcan más que usted. Lelah Monteiro sugiere que siempre se pregunte: "¿cuánto quiero agradar al otro, olvidándose de mí y de mis proyectos de vida?".

Desistir de sus planes como una facultad, una profesión o incluso el sueño de tener hijos, por ejemplo, puede terminar trayendo grandes frustraciones si usted un día se toma sola y sin haber seguido sus sueños. La sensación de pérdida de tiempo y de deslealtad puede ser sofocante.

Testimonio: "Después de la separación, mi ex marido sugirió que volviera a la ciudad donde vive con nuestro hijo, asegurando que yo tendría ayuda financiera (la ciudad es mucho más cara) y la vivienda. Paré mis proyectos, entregué mi casa y acepté su oferta. Después de un mes de mudanza, fui despejada del apartamento por su familia y terminé retrasando los caminos que había trazado antes. Michele, de 33 años.

4. Siempre observar al socio

Las relaciones deben ser alimentadas y cuidados constantemente. Aunque parezca que está bien, no se debe perder la atención. Observar, escuchar e invertir tiempo en su pareja (y él en usted) es un trabajo que debe ser rutinario y considerado como muy importante. Puede existir una carencia de tiempo y atención dedicados al otro, y muchas relaciones terminan porque no hubo ese cuidado. Aunque sea sin querer, cuando se percibe puede ser demasiado tarde para resolver.

Testimonio: "Pasé un tiempo sin tener casi ningún interés en mi marido. Él siempre se quejaba y yo creía que lo amaba. Después de un tiempo me di cuenta de que en realidad yo no tenía más deseo por él, la relación era más una amistad y yo mantuve por miedo a perder. El problema es que lo dejé muy triste por un largo período, me arrepiento de eso. Sonia, 56 años.

5. Falta de sexo puede ser un problema

Cuando se trata de una pareja que siempre ha tenido una vida sexual poco activa, normalmente no se genera problema cuando el sexo es raro. Pero cuando el deseo de uno es mayor o menor que el del otro, si permanente, puede traer gran incomodidad en la relación. A pesar de no ser todo en una relación, el sexo no deja de ser parte importante, un indicio de que aún existe cariño, interés y atracción. Se necesita esfuerzo para mantener ese aspecto de la relación siempre sana y, para ello, lo mejor es apostar en una comunicación abierta.

6. No sirve insistir

Choramingar, correr atrás, insistir en encuentros, nunca funciona cuando el asunto es relaciones amorosas. No sirve de implorar por amor o por una relación si el otro no tiene la misma disposición. También de nada va a cobrar un amor prometido. Lo más probable es que usted salga despedazado y se siente humillado. De acuerdo con la psicoanalista Lelah Monteiro, la reflexión a ser hecha es "qué ideas fijas de realidad estoy insistiendo cuando ya tengo demostraciones que éste no es el camino, o la persona?".

Insistir también puede no ser una buena opción cuando la relación no es satisfactoria. Sin olvidar que toda relación pasa por altos y bajos, es importante que usted perciba el límite de esos períodos. Si hace mucho tiempo que la relación es infeliz, es hora de repasar si realmente vale la pena. 7. Monitorear la vida del otro no evita una traición. • Vigilar a alguien no impide una traición. La traición ocurre por falta de seguridad, amor o varios otros problemas, y no porque simplemente hay espacio para eso. La inseguridad más allá de lo sano te hace perder tiempo y energía, desgastándose inútilmente, y es capaz de empeorar la situación con tanto desentendimiento y sofoco.

Testimonio: "Tuve una relación de muy celos, más de mi parte, y eso me enseñó mucho sobre confianza. En el móvil o en el ordenador, algo que pudiera ser signo de traición transformó mi vida en un infierno cada día. Eso me causó muchos traumas y por más que me quedara 'arriba' terminé siendo traicionada de la misma forma. Hoy en día me prohíbo de investigar, no vale la pena ". Aline, de 28 años.

8. Amores se van, la personalidad queda

Los asuntos divergentes siempre aparecerán en las relaciones, incluso en las parejas más equilibradas. Con el tiempo, es normal y hasta esperado que cada uno tienda a adecuarse al otro, incluso cambiando algunas ideas y perspectivas.

Lo que puede ser un problema es cuando una persona va poco a poco abriendo sus opiniones y voluntades, deja de hacer actividades que antes eran rutinarias o cambia sus principios sólo para evitar conflictos y agradar al compañero. Dependiendo del grado de esa omisión, la relación puede quedar viciada y cuando realmente quieres expresarte, tal vez no haya espacio para ello. Cuando una relación como ésta termina, puede surgir una fuerte sensación de inseguridad.

9. No someterse a relaciones abusivas

Lo que cada uno considera como una relación abusiva es variable. Pero hay ciertos límites que pueden pasar desapercibidos a alguien que está enamorado o muy involucrado emocionalmente. Violencia física o verbal, celos excesivos o control de sus actividades son fuertes indicios de una relación abusiva.

En la esperanza de que la relación mejore o del otro cambie su comportamiento, muchas personas se permiten estar en una relación como ese. Esta es siempre una lección muy dolorosa y que justamente por eso debe servir para toda la vida.

10. Asumir sus errores

La mayor lección que se puede aprender a lo largo de la vida es que todos se equivocan y que en estos errores viven grandes enseñanzas. Pero para aprender de los errores y crecer ante un obstáculo es necesario, ante todo, ser capaz de visualizar y asumir sus fallas. Si es al contrario, y la responsabilidad por los problemas siempre se asigna al otro, usted puede perder una buena oportunidad de entender y mejorar sus relaciones futuras.

Las lecciones que se pueden aprender en relaciones siempre se renuevan. A cada nuevo vínculo es posible perfeccionarse y entender más las formas en que las personas conviven y se relacionan. Aproveche nuestros consejos y quizá usted podrá evitar que esas lecciones sean muy dolorosas.