La Hepatitis C es una inflamación del hígado causada por la infección del virus de la Hepatitis C, llamado VHC. Esta infección es silenciosa y puede ser adquirida de las más diversas formas, incluso al ir a la manicura. Por lo tanto, es importante informarse de que es consciente de lo que debe hacerse para evitar contraer este virus.

Cómo se adquiere la Hepatitis C

El principal medio de transmisión de la Hepatitis C es por la sangre contaminada con el VHC. Otras formas menos frecuentes de contraer el virus es a través de la relación sexual sin protección y también de madre para el feto durante el embarazo.

Síntomas

En la mayoría de los casos, los portadores del virus VHC no presentan ningún síntoma, lo que hace esta enfermedad muy peligrosa por atacar silenciosamente. Así como en la Hepatitis A, sólo la forma aguda de esta enfermedad hace que el paciente tenga determinados síntomas, como: malestar, vómitos, náuseas, piel amarillenta (ictericia) y dolores musculares.

Desafortunadamente, la mayoría de los pacientes sólo percibe que está con Hepatitis C cuando ella ya se ha desarrollado para la etapa aguda, anterior al crónico y ya presenta riesgo de cirrosis y cáncer en el hígado.

Prevención de la Hepatitis C

No existe vacuna contra la Hepatitis C, por lo que es esencial tomar algunos cuidados para evitar que su sangre sea infectada por el de otra persona portadora del virus. Vea algunas maneras de prevenir la Hepatitis C:

  • No utilizar drogas inyectables;
  • No compartir jeringas u otros objetos cortantes;
  • Verificar si todo material usado en la recolección de sangre para exámenes o aplicación de medicamentos inyectables es desechable;
  • Utilizar solamente su material individual de limpieza y remoción de cutículas cuando vaya a la manicura;
  • No hacer sexo sin condón;
  • Hacer piercings, tatuajes y acupuntura sólo en lugares bien higienizados y con agujas y materiales desechables;
  • Vacunarse contra las Hepatitis A y B para evitar las otras formas de la enfermedad;
  • Verificar las condiciones de higiene de los hospitales donde haga transfusión de sangre, después de que ésta es una de las maneras más fáciles de adquirir el virus.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico de la Hepatitis C se realiza por medio de exámenes que detectan la existencia de anticuerpos contra el VHC. Este examen, llamado anti-VHC, debe ser hecho especialmente por personas que hicieron transfusión de sangre antes del año 1993, pues la sangre utilizada no era examinada antes de la transfusión.

El tratamiento de la Hepatitis C se realiza mediante una combinación de una inyección de sustancia antiviral producida por nuestro cuerpo contra el VHC que debe aplicarse tres veces a la semana y una droga de uso oral llamada ribvara. El tratamiento puede durar entre seis meses y un año y las sustancias usadas son distribuidas gratuitamente por el SUS.

Durante el tratamiento, el paciente puede sentir los siguientes síntomas: dolor en el cuerpo, náuseas, fiebre además de otros posibles síntomas como pérdida de cabello, depresión, vómitos y adelgazamiento. Cuando la enfermedad ya está en su nivel más agudo, el paciente puede tener barriga de agua, cansancio extremo y confusión mental.

Después del tratamiento, las probabilidades en pacientes con cirrosis no pasan del 70%. Pero todavía varían dependiendo del tipo de VHC que contrajeron. En ningún caso las posibilidades de curación llegan al 100%.

Cuando se constata la presencia de la enfermedad, el tratamiento debe iniciarse inmediatamente y el paciente debe cesar el consumo de alcohol. Las mujeres que desean quedarse embarazadas necesitan hacer el examen anti-VHC antes de eso para evitar que su hijo ya nazca con el virus.