¿Cuántas relaciones terminan a causa de desajustes que van prolongándose por demasiado tiempo hasta que se vuelven insostenibles? Cuando una relación termina, todos tratan de descubrir lo que ha ido mal, pero durante el noviazgo o el matrimonio, a veces las parejas dejan de dar la debida atención a problemas que pueden parecer inofensivos, pero que son capaces de llevar a un rompimiento y hasta el final De amor.
Las razones que llevaron a cada pareja a la decisión de estar juntas pueden ser las más variadas posibles. Lo que es común a todas ellas es el deseo de que la unión funcione. Estamos siempre relacionándonos, ya sea en el trabajo o con amigos. Y toda relación es un intercambio constante y requiere un ejercicio de tolerancia, flexibilidad y complicidad.
Toda relación tiene sus altibajos. Para que se consiga mantenerlo sano, hay que estar atento a los problemas que pueden surgir para que no se conviertan poco a poco en un peso insoportable. "Es precisamente lo que enfatiza la psicóloga clínica, especialista en relaciones, Pâmela Magalhães:" Exactamente por no tratarse de un cuento de hadas, son diversos las relaciones que invariablemente enfrentan crisis, pero el agravamiento y cronicidad de ellas pueden culminar en serios perjuicios para la relación. ".
Las relaciones pueden terminar por diversos motivos, pero hay algunos que pueden ocurrir con mayor frecuencia y que, si se detectan, pueden ser resueltos. La psicóloga Pâmela Magalhães enumeró los principales signos de una relación en desequilibrio, o sea, que está necesitando reparaciones. En el momento en que se es soltero, la vida sigue un rumbo decidido sólo por usted, sus elecciones, sus elecciones, sus elecciones, sus elecciones, sus elecciones, sus elecciones, sus elecciones, sus elecciones, sus elecciones, preferencias. Pero cuando la propuesta es por la vida a dos, ese funcionamiento necesita ser repensado: "Nadie está hablando para que se abdique de particularidades y de la individualidad, sino que tenga buen sentido, preservando su mundo, el mundo del otro y el mundo a dos . Las imposiciones, posturas egoístas y la insistente negación de la existencia del otro en nuestras elecciones siempre resultará en desentendimientos si el movimiento no incluye diálogo, intercambio de opiniones y empatía ", explica Pâmela.
Ella completa que insistir en una conducta individualista podrá alejar gradualmente el compañero, que se siente de lado, también se alejará poco a poco, creando así un escenario nada prometedor donde estarán socialmente casados y emocionalmente separados.
2. Problemas de diálogo
La comunicación es el punto clave para todos los tipos de relación humana. Es el principal instrumento de viabilización de una relación afectiva y lo que nos permite expresar y aprender. Mucha gente guarda para sí los pequeños problemas que van apareciendo, pero esos pueden transformarse en grandes cuestiones que podrían haber sido evitadas si simplemente hubiera un cambio. "Necesitamos ejercitar el diálogo siempre, dividiendo nuestros puntos de vista, anhelos, insatisfacciones y satisfacciones también. Nuestro socio sólo entenderá lo que pasa con nosotros a partir del momento en que contemos para él y viceversa. Cuanto más nos cerramos o incluso presentamos una comunicación deficitaria, impermeable y rígida, nos vamos a alejarnos del otro, hasta pasar a hablar lenguas tan diferentes al punto de que nadie más se comprende en la relación.
3. Indiferencia
Una relación amorosa precisa que ambos tengan el interés en agradar, ayudar y hacer que el otro se sienta querido y especial. Pero, por desgracia, muchas veces este cuidado no sucede o disminuye después de un tiempo. Lo que puede quedar es una relación fría y vacía, que no deja a nadie satisfecho.
"Si en su relación todavía hay discusiones, por increíble que parezca, todavía hay un amor herido peleando por supervivencia, literalmente. Si las actitudes y comportamientos, aunque visiblemente inadecuados o incluso agresivos, no nos impactan más, como donde el compañero fue o dejó de ir no nos importa, nada hiere, molesta o incluso mago, es que realmente alcanzamos la indiferencia ", alerta Pâmela Magellan.
4. Desconfianza
La confianza es pieza clave en cualquier relación. Sin ella las relaciones permanecerán superficiales, incrédulas y vacías. Para que exista entrega en una historia a dos, hay que creer en aquel que fue escogido para compartir una vida y así sumergirse sin temores en la relación. "Así como el excesivo celos puede llevar cualquier relación al agotamiento, cuestionamientos insistentes, intentos interminables de controlar al otro, como si el socio fuera una propiedad, pueden resultar en desconfianzas constantes y despersonalización del cónyuge. En este escenario nada pacífico y limitante, la relación podrá presentar discusiones e insatisfacciones, llevando la relación a las gravísimas crisis.
5. Falta de tiempo
La rutina caótica de los días de hoy sin duda alguna es agravante en el día a día de cualquiera. Pero si la elección es relacionarse y construir una familia es necesario administrar el tiempo, a fin de preservar la calidad de la convivencia. Las relaciones amorosas necesitan ser cuidados, necesitan tiempo para el entretenimiento, la relajación, el ocio y, sobre todo, el noviazgo.
Si este alejamiento es constante puede causar serios perjuicios y el debilitamiento del vínculo de la pareja. Evite priorizar constantemente el trabajo y la vida social, perjudicando los momentos con el socio y su familia. También es peligroso concluir que el otro va a entender la distancia, puede ser necesario conversar sobre la cuestión y así comprender si falta algo. 6. Inestabilidad del humor
Cualquier relación requiere flexibilidad, juego de cintura y ponderación. Son dos personas, es decir, dos cabezas diferentes que a veces van a concordar y otras, por más que sea evitado, vivirán impasas. Todo el mundo se irrita a veces, y dejar que fluir puede, en muchos casos, ser mejor que sostener. Pero es muy importante un intento de mantener el humor lo más estable posible para que no ocurran discusiones sin fundamento, que son agotadoras y que dificultan mucho la convivencia.
7. Disminución del contacto físico
Existen relaciones que desde siempre han tenido poco contacto sexual, y eso no tiene ningún problema si ambos se sienten bien. Pero si ese no es el caso y uno, o ambos, desea más intimidad de lo que tiene, eso puede transformarse en un gran problema. El enfriamiento del interés sexual conforme la relación se va extendiendo es una cuestión muy común en las parejas. Y muchas veces es el estopí de crisis graves. La psicóloga Pâmela Magalhães enfatiza la necesidad de la pareja de mantener el contacto físico: "Las insatisfacciones con el compañero y, principalmente la acumulación de ellas, implicará en la disminución del deseo no sólo sexual, como de cualquier iniciativa afectiva, como hacer un cariño, sentarse cerca, en el cuello o incluso distribuir besos y abrazos sin motivo aparente. Estas actitudes, aunque a menudo sencillas, cargan afecto y sirven de combustible emocional para la nutrición de la relación, haciendo que ambos se sienten deseados y reconocidos. Todas las personas les gusta, y mucho, de sentirse percibidas ".
8. Descalificación del otro
El incentivo del socio y el reconocimiento de sus cualidades y acciones correctas impulsan la relación hacia niveles de complicidad y admiración mutua. Este trabajo de estimular al compañero debe ser un ejercicio constante y de doble mano. Cuando ambos no perciben más la importancia de elogiar y apoyar, la relación puede desgastarse y, en un resultado contrario, hacer que cada uno se sienta desvalorizado y con propensión de también criticar. Cuando no se percibe el valor y las acciones del otro, cada uno queda de su lado lamentando que lo que hizo por la relación que no fue percibido o valorado, y así el alejamiento es inevitable.
9. Incompatibilidad de valores y planes
No son raras las relaciones donde se percibe que las expectativas y planes son desiguales. Tanto los valores de cada uno como lo que esperan de la relación y de la vida futura pueden ser incompatibles, y esa situación debe ser llevada con cautela. Al mismo tiempo, intentar cambiar el otro o imponer sus decisiones, raramente va a hacer efecto y lo más probable es que, una vez más, la relación se desgaste. Pamela Magalhães ejemplifica que "cuando el deseo de tener un hijo, por ejemplo, es de sólo una parte, esa situación puede generar mucho conflicto e insatisfacción. Si la pareja se mantiene rígida y poco maleable para la posibilidad de ceder o incluso repensar posicionamientos, sin duda la crisis no cesará ".
10. Falta de respeto
"Este deslizamiento puede aparecer claramente durante cualquier discusión de una pareja. Cuando hablamos de una relación sana, durante un desentendimiento ambos conversan y comparten puntos de vista, para que más elucidados puedan encontrar un denominador común y seguir adelante. Pero cuando enfrenta conflictos, la pareja actúa con ironía, sarcasmo, acusando, infiriendo o incluso agrediendo, al punto de descalificar y herir al compañero, estamos ante todo frente a mucha falta de educación y, con certeza, de mucho irrespeto " , señala Pamela.
11. Deseo constante de cambiar el otro
Mucha gente entra en una relación creyendo que con el tiempo ciertos detalles del compañero van a cambiar o mejorar. Esto puede incluso suceder, a niveles bajos, una adecuación a lo esperado, el intento de equilibrar lo que es con lo que el socio espera. Pero nadie cambia por obligación ya veces ni tiene esa intención. Cuando hay una frustración por el resultado que se esperaba y que no se alcanza, pueden aparecer cobranzas que no traerá saldos positivos.
La especialista en relaciones, Pamela Magalhães explica: "Sólo cambiamos cuando de hecho queremos, por nuestra única y exclusiva voluntad. Podemos incluso influenciar con lo que la gente nos apunta o incluso insista en pedirnos, pero cambiar incluso sólo cuando nos convencemos de que de hecho esa es la mejor opción. Por eso, insistir, discutir, hasta gritar con el compañero para que él cambie y se adecue la forma que usted cree ser ideal, puede generar peleas interminables, mucho estrés y poquísimo retorno ".
4 testimonios sobre las relaciones que fracasaron
Compruebe que los villanos que los encuestados creen haber causado el término de sus relaciones y cómo aparecen en la práctica:
Silvana, 31 años, periodista:
"Creo que en mi última relación la mayor culpa ha tenido fue mi mío. Después del nacimiento de nuestro hijo, empecé a sentirme muy presa ya que tenía una vida muy agitada antes del embarazo. No sostenía la barra y empecé a tener ganas de vivir otras cosas sin conseguir valorar lo que teníamos juntos. Creo que fue una suma de falta de entusiasmo por mi parte, incapacidad de sostener la barra de los primeros años del bebé. Pero también tengo que citar que para él su trabajo siempre fue más importante, lo que me frustraba. "
Denise, 32 años, productora:
" Aunque mi pareja es una de las personas que más admiraba, íntegro, y que no se trataba de un problema de comunicación, sino que se dedicaba mucho al trabajo y priorizaba el tiempo para eso, pero no nos hablábamos durante la semana, pero nos divertíamos bastante los fines de semana, pero después de tres años y medio yo quería más la intimidad, más comunicación, quería planificar nuestro futuro y él no se dedicaba a ello, ya pesar de haber dicho muchas veces que no estaba bien, para él todo estaba. Esa falta de comprensión de ambos desgastó nuestra relación hasta que yo no "sentía más deseo, no tenía más sentido y terminé".
Jéssica, 36, empresaria:
"Creo que lo que mató de una vez fue el hecho de haber abierto un emprendimiento juntos y trabajar al mismo tiempo. Hacíamos todo juntos, compras, trabajo, eventos, viajes. No tenía más sorpresa, no tenía tiempo para nostalgia. Cuando llegábamos a casa sólo hablábamos de lo que sucedió de cierto o de mal en la empresa y normalmente de lo que había dado mal. Nadie recordaba mucho de lo que funcionó. Y acabábamos discutiendo aún más, oendo a dormir sin hablarnos. Y así fue ... muero abajo. "
"La inseguridad fue el gran problema porque desencadenaba una serie de otros problemas como los celos, la posesividad y la desconfianza. Creo que la inseguridad depositada en el otro refleja una carencia suya que el socio no puede suplir. No hay quien sostenga una relación tan de largo ".
Después de leer este texto, usted podrá percibir que muchos comportamientos destructivos pueden pasar desapercibidos y así acabar con una relación feliz. Aproveche los consejos e invierta para que su relación sea duradera y sana para todos.