De acuerdo con el profesional, esto ocurre por dos causas principales: la ausencia de factor anticoagulante en la sangre o el exceso de factor pro-coagulante.

También explica que la trombofilia puede ser hereditaria - cuando el padre, la madre o ambos tienen el problema; o adquirida - cuando surge a lo largo de la vida por diferentes factores. Pero hay, también, un gran número de personas que tienen, sólo que de forma asintomática, o sea, nunca llegan a desarrollar cuadros de trombosis o embolia y, muchas veces, ni siquiera toman conocimiento de la trombofilia en sus vidas.

Aprenda más sobre los tipos de trombofilia existentes y sus síntomas, y vea cómo manejar este problema de la mejor manera posible.

Trombofilia hereditaria

Como el propio nombre sugiere, es aquella en que el paciente ya nace con factor de coagulación alterado - o coagula demasiado o tiene factores anticoagulantes disminuidos. Carlos Eduardo explica que todas las personas poseen algunas sustancias que no dejan la sangre coagular fácilmente. Pero en algunos, esto no se produce de manera correcta, entonces hay tendencia de la sangre coagular y esas personas son más predispuestas a formar trombos y tener una embolia.

"En ese caso el problema puede o no hacer que la enfermedad se manifieste con el paso de los años. Entonces, la gente no trata la enfermedad, sino la complicación o el riesgo de ella, prescribiendo anticoagulante para evitar que el paciente tenga trombosis debido a la trombofilia ", afirma el médico.

Trombofilia adquirida

Ya la trombofilia adquirida puede acometer a cualquier persona, siendo más probable en las de edad avanzada, que quedaron inmovilizadas por mucho tiempo o que tuvieron cáncer. El uso de la píldora anticonceptiva también es un factor que puede desencadenar la trombofilia. "En estos casos, la persona desarrolla un aumento de la cantidad de sustancias que hacen la coagulación de la sangre, condición favorable a formar trombo, entonces puede tener trombosis más fácilmente", explica.

Trombofilia en el embarazo

El embarazo y el posparto también son factores que pueden llevar al surgimiento de la trombofilia adquirida. "La gestante puede perder al bebé, tener una trombosis, una embolia. Entonces es importante hacer el acompañamiento con ginecólogo y, cuando lo considere necesario, también con un angiologista y hematólogo ", aclara el especialista.

El médico explica que cuando la persona sabe que tiene trombofilia, o si ya ha tenido trombosis anteriormente, va a usar anticoagulante durante y después del embarazo. Pero si no tuvo nada y ni sospechosa, es gestación normal, se indican los cuidados básicos como uso de media, práctica de deportes y control para mantenerse en el peso ideal.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

Los exámenes para diagnosticar el problema dependerá de la manifestación de los síntomas. "La trombofilia causa otra enfermedad, la trombosis. Pero hay pacientes que tienen de forma asintomática, ellos no desarrollan síntomas, llevan una vida normal ", dice el angiologista.

Cuando ocurre una trombosis y no se puede determinar la causa (si fue después de una cirugía, un cáncer, en el embarazo, etc.), esto hace surgir la sospechosación de la presencia de trombofilias. "Entonces se hacen exámenes genéticos para determinar si existe o no el factor hereditario", aclara.

¿Cómo es el tratamiento?

El médico que cuida de estos casos es el angiologista, pero los exámenes para identificar el tipo de trombofilia se pueden hacer también con un hematólogo. "Lo deseable es que los dos médicos participen juntos del tratamiento", dice Carlos Eduardo.

El tratamiento es continuo, basado en el uso de anticoagulante, que puede ser vía oral o inyectable. Esto varía de acuerdo con cada indicación y el historial de cada paciente. "Cuando sea posible, lo ideal es sacar el factor que está causando el problema. El anticonceptivo, por ejemplo. Si es la causa, entonces mejor no tomar. Pero, cuando eso no es posible, entonces entramos con el anticoagulante ", explica el médico.

Por lo que lo más importante es siempre buscar un especialista en caso de algún síntoma, algún factor de riesgo o cuando hay casos en la familia. Cuanto antes se identifique el problema, menor es la probabilidad de que se agrave y más fácil tratar para evitar complicaciones futuras.