Es inevitable reconocer que la tecnología, en constante perfeccionamiento, ya ha revolucionado y aún revolucionará mucho más la búsqueda de información, las relaciones personales y profesionales y la comunicación como un todo. Si, hace varios años, el teléfono se convirtió en un elemento esencial en la rutina de la mayoría de los adultos, esta dependencia del aparato se hizo aún más evidente a partir del momento en que se convirtió en medio de acceso a Internet - teniendo hoy, esta como su mayor función. Y los niños y adolescentes tampoco quedaron exentos de toda esta revolución: por el contrario, tienden a aprender cada vez más temprano sobre las funciones de la tecnología, especialmente a través de los teléfonos móviles, y, por consiguiente, a desearlas en su día a día .
Pero, ¿cuál es la edad ideal para dar un celular al hijo? Esta es la duda que asombra a la mayoría de los padres, que entienden las importantes utilidades del aparato, pero reconocen también los riesgos que su uso inadecuado puede ofrecer.
¿Cuándo debo un celular a mi hijo?
¿Es posible hablar en una edad determinante: 7, 8, 10, 12 años? ¿O la respuesta puede variar de acuerdo con las particularidades de cada niño / adolescente?
Andrea Ramal, doctora en Educación por la PUC-Rio y consultora, destaca que vale reflexionar bastante antes de entregar un celular a un niño antes de los 12 años de edad. "Eso no significa que niños de 6 o 7 años no tengan grandes competencias tecnológicas y que no puedan usarlas en actividades de ocio o de aprendizaje, en casa o en la escuela. Pero para tener el propio aparato electrónico, con conexión a internet y autonomía de uso, es necesario tener la suficiente madurez intelectual y emocional ", explica.
"El problema no es la tecnología. Ella no es buena, ni mala. El problema es que Internet se convierte en el único ambiente desde el que se ve el mundo. La moderación, el equilibrio y el monitoreo son fundamentales ", subraya la educadora.
Es decir, no hay una edad fija, predefinida. Depende más de la madurez del niño. "Los padres deben observar si el niño tiene el discernimiento necesario para usar estos dispositivos con progresiva autonomía, así como para lidiar con los problemas que pueden traer acoplados, como por ejemplo el volumen de mensajes en grupos de WhatsApp, el acceso a los contenidos que pueden no ser propios para la edad, pero que no tenemos el control de envío / recepción, el control de saber cuándo usar y cuando se apague (por ejemplo, durante la clase) ", explica Andrea.
Cuidados después de dar un celular al hijo
Después de entregar un celular al hijo, y por más que se confíe en él, es imprescindible estar atenta a la manera como el aparato ha sido usado. Las principales orientaciones para los padres en este sentido son:
Dialogar permanentemente:
- es importante conversar abiertamente con el niño sobre acciones que representan un mal uso del celular, como por ejemplo el acceso a contenidos no apropiados a su edad o la falta de límites de uso (no reconociendo cuando el aparato debe dejarse de lado). "Hay que mencionar estos puntos no sólo una vez, sino en un diálogo permanente, buscando formar esa conciencia y autonomía progresiva en el uso", destaca Andrea. Monitorear:
- de acuerdo con la educadora, vale monitorear el uso en los primeros meses, para ver si el celular está siendo un instrumento de ayuda o, en realidad, está obstaculizando la rutina del niño. Establecer límites:
- como forma de monitoreo, de acuerdo con Andrea, vale la pena establecer límites de tiempo diario para el uso de los aparatos electroelectrónicos. "Un consejo es negociar el cambio de minutos de uso de los aparatos por tareas importantes, como hacer deberes de casa o alcanzar buenas notas", explica. Dar el ejemplo:
- es esencial que los padres den buenos ejemplos de cómo lidiar con el celular para que los hijos tengan en quien se refleje de forma positiva. "Si no quiere que los hijos dejen de conversar en las comidas porque quedan en el celular, es fundamental mantener el propio aparato apagado en esos momentos", ejemplifica Andrea. No permitir que sea el único medio de comunicación:
- establecer límites de tiempo diario para el uso de los aparatos electroelectrónicos ya es una manera eficiente en este sentido, pero, más que eso, es importante continuar estimulando en el niño el interés por las relaciones y programas "presenciales", como los paseos en familia, los juegos con los amigos, las actividades como jugar pelota o andar en bicicleta. Explicar, sin terrorismo:
- "al conversar con el niño, explicar que la Internet es como si fuera una calle de una gran ciudad. "¿Qué padres dejarían a su hijo andar solo, atravesar las calles en medio del tránsito caótico, conversar con extraños, caminar en medio de la multitud? Para atravesar la calle en las primeras veces, el niño sostiene en la mano de los padres, ¿verdad? Lo mismo ocurre en el caso de un niño que se conecta sola por el celular. Ella quedará expuesta a un mundo que tiene cosas buenas, pero muchos riesgos. Los padres necesitarán conducirla de la mano, inicialmente, hasta que tenga la debida madurez. Diálogos así demuestran que no se trata de 'prohibir por prohibir'. El niño entiende el sentido y tiene más posibilidades de seguir esa orientación ", destaca Andrea Ramal. Es importante dialogar con el niño y hablar sobre los riesgos que un celular puede ofrecer, pero eso sin hacer tanto terrorismo (y correr, así, el riesgo de atizar aún más la voluntad de usar de forma equivocada unidad).
La edad ideal para dar un celular al hijo puede ser: 9 años en una familia y 12 años en otra, por ejemplo. Lo más importante es la madurez de cada niño y, también, la atención que los padres están dispuestos a dedicar a esta cuestión. Al final, el monitoreo, los buenos ejemplos y el diálogo claro y constante pasarán a ser responsabilidades fundamentales de los padres en esta etapa de la vida del niño.