Como es difícil entrar en un supermercado con los niños a la tira, pues ni entramos derecho en el estacionamiento y ellos ya están soñando y pidiendo las golosinas que tanto aprecian.
A los padres caben la difícil tarea de seleccionar lo que es importante dar a su hijo, y lo que traerá la felicidad de los mismos. ¿Quién nunca pasó por esa situación? Estos momentos causan una gran angustia a los padres que seleccionan lo que deben o no colocar dentro del carrito de compras.
Por otro lado vemos que esas golosinas forman parte de muchas familias, que por no preocuparse o incluso por utilizar los dulces y salchichas como forma de calmar a los hijos, aun por no tener límites, aumenta la creciente estadística de la obesidad infantil en Brasil .Se hace más complicado aún cuando los padres ya fueron desde pequeños acostumbrados por sus genitores a comer en abundancia, y los salchichas, aperitivos y dulces formaron parte de su historia de vida.
Según una investigación que acabó de realizarse en São Paulo por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), éste reveló que el 80% de los niños brasileños ingerían azúcar por encima del nivel recomendado por los nutricionistas. Y más: mientras tanto, el 89% consume grasa más allá de los estándares considerados saludables.
"Estos datos sólo confirman que la obesidad infantil se ha convertido en una epidemia debido a los cambios en los hábitos alimentarios de los niños y de la población en general. "La genética es un factor importante en la obesidad de los niños, pero no existe obesidad si no hay un desequilibrio entre la ingesta alimentaria y el gasto energético", afirma la pediatra Lilian G. Zaboto, miembro del Departamento de Obesidad Infantil de ABESO.
Un aspecto importante a ser citado es que los padres sirven de modelos para sus hijos siendo imprescindible que éstos se organicen para servir alimentos que son adecuados y saludables para sus niños, además de también comportarse de forma que éstos vean que estos padres también se comportan se comporta adecuadamente en relación con la alimentación. Muchos cobran de sus hijos comportamientos que ellos mismos no siguen, haciendo la situación confusa en la cabeza de los niños. De esta forma podemos pensar tanto en relación a la alimentación como también la práctica de actividades físicas. ¿Cómo podemos querer a nuestros hijos sanos si no les servimos como ejemplo? De acuerdo con la Encuesta de Presupuestos Familiares (POF), el exceso de peso entre niños de 5 a 9 años subió del 10,9%, en 1974, al 34,8%, en 2009. Entre las niñas del mismo grupo de edad , el sobrepeso aumentó del 8,6% en 1974 al 32% en 2009. Las actitudes simples pueden cambiar estas estadísticas mejorando la salud de nuestros hijos, empezando por un cambio en la calidad de los alimentos presentados a la mesa, como en los aperitivos. Nada es difícil cuando nos proponemos cambios que pueden ser graduales, preservando el sabor y el aspecto de los platos preparados.
Poder parar y reflexionar sobre la dinámica de la casa, los hábitos que plantamos puede ser un camino efectivo, y no faltan sitios con recetas y estrategias para el logro de esos cambios, y nada mejor que empezar ahora, cosechando salud y felicidad dentro de casa .