El drenaje linfático, también conocido como masaje linfático, es una técnica que intenta auxiliar al organismo en un proceso natural para eliminar las toxinas resultantes del trabajo del metabolismo y drenar los líquidos que deben ser eliminados. Se aplica con movimientos rítmicos y de presión leve para estimular el sistema linfático a trabajar a un ritmo más acelerado.
El sistema linfático es responsable de regular el sistema inmunológico, filtrar la sangre y eliminar toxinas que pueden perjudicar al organismo y causar enfermedades. Cuando este sistema se vuelve lento o ocurre algún tipo de bloqueo en su funcionamiento, el cuerpo tiende a acumular toxinas.
Al contrario de lo que mucha gente piensa, el drenaje linfático no tiene que doler ni dejar hematomas para funcionar. La idea es que sea suave e incluso relajante.
La incomodidad puede ocurrir si alguna región masajeada es más sensible por inflamación, acumulación de líquidos o cicatrices recientes de cirugía. Si aparecen manchas rojas después de las sesiones de masaje, es señal de que los movimientos fueron muy agresivos y hubo ruptura de vasos.
¿Quién puede hacer el drenaje linfático?
La principal indicación del drenaje linfático es para quien quiere amenizar la celulitis, en el pre y postoperatorio de cirugías plásticas, también sirve para varices, piernas cansadas, tensión premenstrual y alivio de dolores musculares. El masaje puede ser realizado aisladamente o asociado a otros tratamientos
¿Cuáles son los beneficios del masaje linfático?
Los beneficios del drenaje linfático, dados por la mejora de la circulación y la eliminación de toxinas, ayudan a prevenir varios problemas de salud. Además de ayudar a limpiar los bloqueos y estimular el drenaje de los líquidos atrapados entre las células, el drenaje linfático también puede mejorar el metabolismo, favoreciendo la quema de las reservas de grasa del cuerpo.
El masaje estimula el sistema inmunológico, necesario para mantener el cuerpo fuerte y sano y alivia los efectos negativos provocados por el mal funcionamiento del sistema linfático, como dolores en las articulaciones, dolores de cabeza, cólicos menstruales, acné, enfermedades respiratorias e incluso depresión.
El masaje linfático también puede combatir la celulitis. La celulitis comienza con un proceso de retención de líquidos que ocasiona la mala oxigenación de los tejidos. La técnica evita la celulitis justamente por eliminar el exceso de líquido y toxinas.
Si se aplica bien, el masaje disminuye la retención de líquidos en el abdomen, los muslos y el culote, áreas del cuerpo más propensas a la acumulación de grasa. Por lo tanto, otro beneficio del masaje linfático es ayudar a reducir algunos centímetros en la silueta.
La recomendación es hacer al menos diez sesiones para obtener algún resultado efectivo, pero ya en la primera sesión es posible notar una mejora visible de la hinchazón.