Atenta a las peticiones de las consumidoras, la industria cosmética desarrolló productos capaces de dejar el pelo lisino, sin dañarlo y aún dar aquella ayuda para mantener los hilos sanos durante más tiempo.
Después de la fiebre del cepillo progresivo, la técnica del cepillo permanente agradó a las mujeres que sueñan con dejar la cabellera lisa sin necesidad de recurrir a productos con principios activos que ponen en riesgo la salud. El cepillo permanente
es indicado para quien ya ha hecho otros tipos de alisamiento o relajación, pero también puede ser usado por quien nunca hizo nada. El tratamiento sólo no es recomendado para quien tiene cabellos muy gruesos, pues el efecto es mínimo. Incluso quien tiene luces o balayage en el pelo puede hacer ese cepillo, pues además de dejar el pelo más bonito, ella tampoco daña los hilos. La fórmula del cepillo permanente
tiene tioglicolato de amonio asociado a aminoácidos, sustancias que consiguen reponer en el cabello los nutrientes perdidos en otros procesos químicos. El resultado es un cabello más liso y sedoso, sin ese aspecto artificial y "chapado".
La aplicación del cepillo permanente toma alrededor de tres a cuatro horas, después hay que quedarse dos a tres días sin lavar el pelo. El secreto para los cabellos lisos durante más tiempo con el cepillo con tioglicolato de amonio se encuentra en el mantenimiento. Lo ideal es usar champús adecuados para el cabello con química y al menos una vez al mes hacer una hidratación más profunda.
El tiempo necesario para el tratamiento el pelo es más de seis meses, pero depende del crecimiento del cabello. Cuanto menos rizado el pelo, mayor es el intervalo entre la reaplicación. El cepillo permanente cuesta un poco más caro que el cepillo progresivo, pero vale la pena por el resultado y por la duración del efecto.