La ida por primera vez al ginecólogo es una situación que debe ser conducida de manera tranquila y que posibilite entendimiento sobre los procesos involucrados en este contexto, por lo que la búsqueda por información y el apoyo de la familia, principalmente de la madre, es fundamental.

Según los especialistas en ginecología infanto puberal, la primera visita al ginecólogo debe ocurrir cuando haya alguna duda, problema la incomodidad relativa al sistema reproductivo o cuando la niña tenga la menarca - primera menstruación, lo que venga primero.

La visita al consultorio ginecológico justo al inicio de la pubertad, incluso antes de la primera menstruación, también es indicada, pues de esta forma el médico podrá acompañar el desarrollo de la niña y establecer una relación de confianza.

1 - No aplazar la ida al ginecólogo

Muchos padres por miedo a que sus hijas inicien precozmente la vida sexual, no sólo no hablan de la sexualidad en familia, sino que además posponen al máximo la primera consulta de la joven al ginecólogo, pero esta postergación puede implicar mayores problemas, ya que puede haber empeoramiento de alguna enfermedad por tratamiento tardío o exponerse, por falta de apoyo o conocimiento, a un embarazo precoz o enfermedades de transmisión sexual.

Las chicas que perciban esta postura en los padres deben manifestar sus intenciones de ir al médico ginecólogo en una conversación que deje claro que el principal objetivo de la visita es el conocimiento técnico y específico del cuerpo y el mantenimiento de su propia salud a través del check up ginecológico .

Según la ginecóloga Dione Maria Ceschini Tanuri, el aplazamiento a la ida al ginecólogo también puede partir de la joven paciente. "Muchas chicas que entran en la pubertad o comienzan a menstruar pasan a temer la idea de tener la intimidad expuesta, de tener el cuerpo inspeccionado y palpado".

En este caso, la médica orienta que haya un diálogo entre la hija y los padres para que éstos expliquen sobre los cambios que ocurrir y refuercen la importancia del conocimiento del cuerpo, evitando que la restricción de la joven se transforme en miedo del médico.

2 - Manejar las limitaciones con el médico y la familia

Otro punto bastante conflictivo en este proceso es la elección del médico. Es común que la familia prefiera que el ginecólogo de la niña sea el mismo de la madre, pero muchas veces ésta puede no ser la mejor opción, ya que existe la posibilidad de que la joven paciente no se siente segura con él.

Si la joven no se siente la voluntad con el ginecólogo indicado por la familia, ella debe manifestarse y tener su deseo respetado, pues es fundamental que la primera consulta al ginecólogo sea libre de temores y desconfianzas, para poder asimilar las informaciones que va a recibir del profesional, sentirse tranquila para expresar sus dudas, saber que no tendrá su intimidad expuesta a ninguna otra persona y dejarse examinar.

Con respecto a la cuestión de estar o no acompañada de un responsable en la primera consulta, los especialistas del área dan la solución: ellos suelen definir que algún padre responsable esté presente en la entrevista inicial, para que ayude a responder preguntas sobre enfermedades en la infancia, y después permanezca o sea dispensado, de acuerdo con lo que la niña manifiesta que la hará sentir más la voluntad.

3 - Saber qué esperar de la consulta

La joven debe prepararse preparando la consulta para un día en que no esté menstruada, para poder hacer exámenes, higienizarse previamente y pensar en cuestiones a ser llevadas al médico - anotarlo todo en uno papel es una buena iniciativa.

Es importante también saber que la consulta implica solamente en los siguientes pasos:

  • Entrevista: El médico mide el peso y la medida de la paciente y hace preguntas sobre enfermedades, hábitos alimenticios, rutina de actividades y menstruación;
  • Examen físico: La paciente se queda sin ropa, cubierta por un delantal abierto en la frente, y acostada en las piernas erguidas y separadas para que el médico la evalúe las mamas, el abdomen y la vulva. Si la paciente ya es sexualmente activa se realiza también el examen Papanicolau;
  • Tira dudas: El médico responde preguntas de la paciente sobre su desarrollo corporal, menstruación, sexualidad, virginidad, enfermedades sexualmente transmisibles, métodos anticonceptivos y posibles molestias.

Por lo tanto, la primera visita al ginecólogo es una experiencia rica en conocimiento e indoloro. No tener miedo ni vergüenza del médico, buscar la propia experiencia, en vez de engañarse con testimonios de otras personas, llevar todas las dudas y mantener un diálogo y contar con el apoyo de la familia es fundamental para que esta vivencia sea provechosa y tranquila.