El cigarrillo es uno de los vicios más difíciles de dejar atrás. De acuerdo con una encuesta llamada Vigitel (Vigilancia de Factores de Riesgo y Protección para Enfermedades Crónicas por Encuesta Telefónica), divulgada por el Ministerio de Salud en 2012, cerca del 14,8% de la población brasileña mantiene el hábito del tabaco. Los resultados se refieren al año 2011, cuando se realizó la investigación, y causaron sorpresa, ya que es la primera vez desde que se inició la medición, en 2006, que ese porcentaje queda por debajo del 15%. Esta caída en el número de fumadores prueba que la gente está, sí, preocupada por los males causados por el tabaco, aunque no siempre es simple dejar de fumar.
Para tratar con la dependencia, el principal es tener fuerza de voluntad, pero algunos tratamientos pueden ser recomendados para contribuir con el usuario. Acompañamiento psicológico individual y terapias de grupo son ejemplos de tratamientos indicados para ayudar al individuo a comprender el vicio y aprender a controlarlo mejor.
Por su parte, chicles y adhesivos de uso continuo prometen traer un resultado expresivo, actuando directamente sobre la necesidad de nicotina del organismo. Estos productos teóricamente sustituyen al cigarrillo, porque actúan como repositores de nicotina para el cuerpo, inhibiendo el deseo y, de esa forma, contribuyendo a la curación del vicio. Es una solución casi perfecta y ampliamente difundida para el tratamiento de fumadores, pero una nueva investigación, realizada en Massachusetts, en Estados Unidos, demuestra que los adhesivos y chicles no son, de hecho, eficaces.
Los investigadores siguieron, durante diez años - entre los años 2000 y 2010 -, 1.916 personas. Entre ellas, 787 afirmaban haber abandonado recientemente el cigarrillo. Cada dos años, se realizaba una entrevista con los voluntarios para recabar información sobre el uso de adhesivos y chicles, períodos de expulsión del vicio y eventuales recaídas.
En todas las fases, aproximadamente un tercio de los participantes tenía algún tipo de recaída, no habiendo distinción, en ese aspecto, entre las personas que hacían y las que no hacían uso de productos de reposición de nicotina. Aparentemente, los voluntarios que usaban esos productos por su cuenta, sin una orientación especializada, tuvieron dos veces más tendencia a sufrir recaídas.
Los productos para ayudar a abandonar el cigarrillo son a menudo probados y suelen presentar resultados positivos en las personas que están empezando a desintoxicación. Exactamente por estos beneficios en estudios a corto plazo, muchos tratamientos recomiendan el uso de adhesivos, chicles y otros productos. La diferencia de estas pruebas para la reciente investigación es que ella acompañó a pacientes durante un largo período de tiempo, lo que hizo que sus resultados fueran diferentes.
La explicación para estos resultados es que los repositorios de nicotina funcionan a corto plazo como sustitutos del vicio en sí, pero no son capaces de frenar recaídas en un plazo más largo. Lo que médicos y psicoterapeutas recomiendan, para quien quiere dejar el vicio de una vez por todas, es que haya mucha fuerza de voluntad y perseverancia contra las recaídas. El apoyo de familiares y amigos, así como de un especialista - como un psicólogo o un terapeuta -, también es fundamental.