Limpiar la estufa puede dar mucho trabajo, principalmente cuando la boca y las rejas están incrustadas con grasa quemada.
Si va a intentar limpiarlas con detergente y esponja, la tendencia es que usted pase mucho tiempo frotando y gastando producto sin obtener el resultado deseado.
Para hacer este tipo de limpieza, es más interesante recurrir a algún truco que facilite nuestra vida, ahorrando esfuerzo y ahorrando nuestro precioso tiempo.
En el caso de las piezas de la cocina, el consejo que le ayudará a hacer la limpieza mucho más rápido consiste en usar sólo un poco de amoniaco, una esponja y una bolsa de plástico grande con zip lock - puede utilizar otro tipo de bolsa también, siempre que sea posible cerrarlo. Siga el paso a paso siguiente:
1. Retire las bocas y las rejillas de la cocina que desea limpiar
2. Coloque cada pieza dentro de una bolsa de plástico grande con zip lock
3. Aplique un poco de amoniaco dentro de la bolsa de plástico de preferencia con la ayuda de un spray
4. Cierre la bolsa de plástico, sellando bien toda la abertura. Esta etapa es importante para evitar que los vapores del amoníaco se propaguen
5. Con la bolsa cerrada, separe el amoniaco sobre la pieza, frotando ligeramente para que toda la superficie entre en contacto con el producto
6. Deje que el amoníaco actúe durante la operación noche. El otro día, usted notará que la grasa se soltó
7. Usando guantes protectores, quite la pieza de la bolsa de plástico y frote suavemente con una esponja para quitar la grasa
8. Lave la pieza normalmente y listo, ella estará limpia de nuevo!
Si usted tiene alguna duda a la hora de realizar el paso a paso, usted puede ver el vídeo completo aquí.
Cuidados en el uso del amoníaco
El amoníaco, a veces llamado simplemente de amoníaco, es un producto de limpieza que consiste en la solución hecha a partir del gas de amoníaco diluido en agua. Se puede utilizar como desengrasante de cocina, en la limpieza de vidrios, azulejos y madera y como método de eliminación de manchas.
A pesar de ser un producto muy eficiente principalmente en la eliminación de la grasa más incrustada, ofrece algunos peligrosos para nuestra salud.
Los vapores del amoníaco producen efectos irritantes en el sistema respiratorio, pudiendo causar tos, edema en la laringe y en el pulmón, crisis de bronquitis e inflamaciones, además de náuseas. En forma líquida, puede causar quemaduras en la piel y los ojos.
Debido a esto, se recomienda siempre usar guantes al manipular el amoniaco, además de mantener las ventanas abiertas para ventilar el ambiente. Otro cuidado es jamás mezclarlo con agua sanitaria (por lo demás, cualquier mezcla con agua sanitaria puede ser muy peligrosa).
No cuesta recordar también que todo producto de limpieza debe ser mantenido lejos del alcance de niños y animales.
Siguiendo estos cuidados, usted puede aprovechar el poder de limpieza del amoníaco para facilitar su vida con mucha más seguridad.