Muchas personas pueden haber notado en algún momento el surgimiento de una pequeña bolita blanca amarillenta en la piel, especialmente en la cara, sin saber de qué se trata o por qué sucede.
Eso no es más que un milium, pequeño quiste causado por una obstrucción justo debajo de la epidermis, que es la capa más superficial de la piel. Pero es común que, al principio, muchos se imaginan si se trata de acné, ya que hay una similitud visual.
La diferencia es que el milium no está formado de sebo, sino de queratina, una proteína de la cual la capa más superficial de la piel está constituida.
Debido a esto, estas lesiones tienen una apariencia más dura y un poco voluminosa, lo que puede causar incomodidad estética, ya que, incluso con maquillaje, pueden seguir apareciendo.
Como surge el milium
La aparición de milium no tiene una causa definida. En general, surge de forma espontánea, cuando algunas células se proliferan, haciendo que la piel muerta se quede "presa", formando las pequeñas bolsas. Esto puede suceder con cualquier tipo de piel, tanto aceitosa como seca o normal.
El dermatólogo Marian Orlandi explica que el milium en la piel puede ser sólo una o múltiples lesiones, que son las llamadas milías.
Según ella, estas bolitas surgen principalmente alrededor de la nariz y los párpados. Pero pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluso en la región genital.
Los siguientes tipos de milium
De acuerdo con el dermatólogo, el milium en la piel puede manifestarse de dos formas diferentes:
Milium primario: La forma primaria se manifiesta en recién nacidos, aparece en la región alrededor de la nariz y suele desaparecer espontáneamente entre dos y cuatro semanas después del nacimiento.
Milium secundario: La forma secundaria puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y en cualquier edad. Se da por proliferación de células de la epidermis, que puede ocurrir tanto como consecuencia genética o por procesos de cicatrización después de traumas, procedimientos o enfermedades de la piel.
En ambos casos el diagnóstico no necesita exámenes. Se hace sólo un análisis clínico por el médico dermatólogo, que evaluará cada uno e indicar, si es necesario, algún tipo de tratamiento.
Cómo quitar y tratar?
En general, el tratamiento consiste en la remoción de las lesiones por el dermatólogo a través de extracción simple, pero delicada y cuidadosa, realizada siempre en consultorio. "No se recomienda la remoción en casa, ya que puede haber infección bacteriana y, en casos más graves, provocar cicatrices no deseadas", alerta.
Hay, también, otras opciones como peelings químicos, peelings de cristal / diamante, láseres y limpieza de piel. "No hay urgencia de tratamiento, pues es una lesión benigna que no causa dolor ni picazón. Pero, a menudo, hay una incomodidad desde el punto de vista estético y, más raramente, puede crecer ", explica.
En algunos casos, cuando hay tendencia genética, pueden aparecer nuevas lesiones. En estas situaciones específicas, los procedimientos para la remoción deben realizarse con más frecuencia. Además, es recomendable hacer limpieza diaria y adecuada de la piel, exfoliación semanal y uso de cremas que contienen ácidos. "Son maneras de evitar la acumulación de queratina, pues estimulan la renovación de las células reduciendo la formación de un nuevo milium", finaliza.