El embarazo es un momento muy especial en la vida de una mujer, pero también un período lleno de incertidumbres. Muchas cosas malas pasan por la cabeza de las gestantes, principalmente las de primer viaje. Los problemas en la hora del parto, complicaciones con la propia salud y la del bebé están en la lista de las preocupaciones más comunes.

Conozca 5 miedos comunes en el embarazo y entienda por qué no es necesario preocuparse tanto.

1 - Aborto espontáneo

La mayor parte de los abortos espontáneos ocurre en el primer trimestre del embarazo, pero la mayoría de las gestaciones prosiguen sin complicaciones hasta el nacimiento del bebé.

Por más traumática que la experiencia pueda ser, no hay motivo para que la madre se culpe por lo ocurrido, ya que no tiene relación con el comportamiento de la madre. Aunque las causas del aborto espontáneo aún no han sido totalmente aclaradas por la medicina, es probable que un embarazo sea naturalmente interrumpido cuando el embrión presenta alguna malformación que le impide sobrevivir.

Vale recordar que seguir las orientaciones médicas y hacer el prenatal correctamente garantiza el control del estado de salud de la madre y del bebé y puede ayudar a disminuir el riesgo de aborto u otras complicaciones.

2 - Machacar al bebé durante el sexo

Acabe con la idea de que la penetración puede lastimar al feto, eso no sucede. En casos de placenta previa, dilatación antes de lo previsto o riesgo de parto prematuro, el obstetra puede prohibir las relaciones sexuales durante la gestación. Fuera de esas restricciones, el sexo durante el embarazo es común, sano y no representa ninguna amenaza para el bebé.

3 - Dolor del parto

Este quizás sea el mayor fantasma que aún asombra a las futuras mamás. Pero tanto miedo del dolor del parto llega a ser comprensible. Las historias que las madres, tías y abuelas cuentan sobre el asunto, describen las aflicciones de dar a luz.

A pesar de la tradición del sufrimiento en el parto, la realidad actual se muestra diferente, ya que la gestante recibe apoyo de médicos y enfermeros desde que llega a la maternidad. A las primeras señales del trabajo de parto, puede contar con medicamentos analgésicos o relajantes para aliviar las contracciones iniciales. Cuando la dilatación alcanza cerca de 6 centímetros, es decir, cuando la mujer está lista para el parto, recibe la anestesia y no siente más dolor.

4 - ¿Y si algo va mal durante el parto?

Después del dolor, otra gran preocupación de las gestantes que se preparan para un parto normal es en cuanto a complicaciones e imprevistos que ponen en riesgo la vida de la madre o del bebé, haciendo necesaria una intervención de los médicos.

Aunque el embarazo ha corrido sin problemas, en casos de sufrimiento fetal, mal posicionamiento del bebé en el canal del parto y problemas de placenta, por ejemplo, puede ser necesario realizar un parto cesáreo o usar el fórceps - instrumento quirúrgico usado para ayudar a retirar el bebé del canal de parto en casos de emergencia.

Lo importante es confiar en el obstetra que usted eligió para realizar el parto, seguramente indicará la opción más segura para madre e hijo en un momento como este. Recordando que el fórceps sólo se emplea para ayudar al bebé cuando la cabecera ya está a la vista y que hoy, la cesárea se considera una cirugía segura.

5 - Anestesia

El miedo a la anestesia del parto está ligado al tiempo en que la anestesia raquídea era la única usada. Inyectada con una aguja muy gruesa, este tipo de anestesia facilitaba la fuga del líquido que baña el sistema nervioso, causando fuertes dolores de cabeza.

Hoy, la anestesia ráqui sólo se utiliza cuando es necesario, en los últimos momentos del parto normal. Los médicos dan preferencia a la anestesia peridural, que no perfora la membrana que envuelve la médula y ofrece riesgos o secuelas ni para la madre ni para el bebé.

6 - Después del parto, el cuerpo no vuelve a la normalidad.

Que el cuerpo cambia después del embarazo, eso no se puede negar, pero ese cambio no es necesariamente para peor. La principal sugerencia es engordar sólo lo necesario y practicar ejercicios durante los nueve meses. Pero no sirve tener prisa, ya que el proceso para volver a la forma después del embarazo puede tardar de seis meses a un año.

Al contrario de lo que se dice, los senos pueden quedar hasta más bonitos por la lactancia y la grasa acumulada en la región en el abdomen tiende a disminuir con el tiempo.

Otro miedo común es el de quedarse con la vagina ancha después del parto normal. Sin embargo, los expertos aseguran que la región tiene músculos que dan suficiente elasticidad para volver a la normalidad meses después del parto.