Antiguamente, cuando las familias vivían, en gran parte, en la zona rural, y cada hijo más significaba también más ayuda para los padres - fuera en la labranza, fuera en las tareas de la casa -, las parejas solían tener "ninhadas" mucho más grandes que las de actualmente. Con la realidad de las grandes ciudades y el cotidiano corrido que la mayoría de las familias posee actualmente el número de hijos disminuye considerablemente, y es cada vez más común encontrar parejas que optan por tener sólo un brote.

Mucho más allá de una exigencia socioeconómica e incluso cultural, tener un hijo único es una gran responsabilidad. Lauren Sandler, autora del libro "One and only: la libertad de tener un solo niño y la alegría de ser uno" - algo como "Sólo uno: la libertad de tener un hijo único y la alegría de ser uno" -, defiende que los niños creados sin hermanos no son diferentes de los otros niños, y destaca algunos mitos sobre el asunto que necesitan ser quebrados.

1 - Hijos únicos son muy solos

Según Sandler, esa no es una verdad. "Hijos únicos no son solos o, al menos, no son más solos que las otras personas", dice, explicando que cada fase de la vida tiene sus momentos de soledad, para cualquier persona - sea ella hija única o no.

2 - Hijos únicos son egoístas

No hay motivo para creer que, sólo por no tener hermanos, el niño se volverá más egoísta. La autora, que también es hija única, cree que hijos únicos tienen, incluso, relaciones de amistad más profundas y generosas que las personas que conviven con sus hermanos.

3 - Hijos únicos son mimados

Todo depende de la disposición de los padres en la crianza del hijo. Ser mimado o no es una cuestión que involucra más la conducta paternal que la existencia de hermanos. Un niño criado sola no será necesariamente más mimada que las demás, si sus padres se esfuerzan para no dar a ella todo lo que pide.

4 - Hijos únicos son antissociales

No hay motivo, según Sandler, para creer que un niño sin hermanos tendrá más problemas que los demás para socializar. Si durante la infancia o la edad adulta, los hijos únicos encontrarán las mismas dificultades que cualquier otra persona para hacer amigos. "Todos los datos disponibles nos muestran que, una vez que el niño va a la escuela, ella estará socializando", dice la autora.

5 - Hijos únicos no saben trabajar en grupo

Puesto que los padres, como educadores, están dispuestos a hacer que el niño entienda la importancia de trabajar en equipo, es muy probable que crezca entendiendo el concepto. Que ella aprenda cómo lidiar con las otras personas, considerar las opiniones ajenas y decidir qué grupos le son más convenientes, no depende únicamente de haber convivido con hermanos en casa.

La verdad, de acuerdo con Sandler, es que no se puede juzgar a un solo hijo sólo por esa característica familiar. Ser hijo único, así como no ser, no quiere decir que el niño tendrá ese o aquel rasgo de personalidad, específicamente. Todo va a depender de la manera en que esa persona será educada y de las experiencias que vendrá a tener durante la vida. Al final, cada individuo es un ser único - y debe ser considerado como tal.