Antiguamente, las mujeres recibían una educación dirigida al matrimonio y una mujer de éxito era aquella casada y con hijos. Muchas de ellas acababan aguantando a la compañía de hombres que no eran exactamente lo que querían, después de todo, ellos daban duro todo el día para sostener la casa y la familia. Además, estas mujeres vivían en una redoma, sin trabajar fuera y sin conocer a otros hombres, lo que minaba completamente su sentido crítico en la relación. Pero las cosas cambiaron. En las últimas décadas la mujer ha vivido una sucesión de cambios en lo que se refiere a su vida en sociedad. Esta nueva forma de lidiar con el mundo influenció cambios también en las relaciones y el papel que ellos pasaron a desempeñar en esta nueva fase de las mujeres. Las mujeres de hoy sólo dependen de los hombres si lo desean. Las mujeres del siglo 21 trabajan y cuidan de sí, algunas también dividen su tiempo con los hijos y otras con el compañero.
Este nuevo estilo de vida femenino, hizo a la mujer más crítica y quizás incluso demasiado. Después de todo, ahora es ella quien paga sus propias cuentas y decide lo que quiere o no para su vida.
Impacto en las relaciones
Esta renovación dejó a las mujeres más fuertes y presentes en la sociedad, pero también acabó generando algunos efectos colaterales. Hoy las mujeres hacen muchas cosas y siempre buscan hacerlas con perfección y acaban cobrando eso en las relaciones. Por fin, el exceso de crítica acaba haciendo que la mujer reclame demasiado, nunca esté satisfecha y que el hombre no cambie por no aceptar que quieran cambiarlo.
Pero estos cambios en el comportamiento femenino tuvieron un papel muy importante en los casos de relaciones enfermizas. Antes la mujer aceptaba la forma con que el hombre la trataba sin cuestionar, hoy la mujer sabe muy bien que las relaciones enfermizas con celos excesivos y posesividad no le hacen bien y que ella puede salir de esas relaciones en cualquier momento. La mujer no tiene tanto miedo de quedarse sola, pues sabe cuidarse.
Muchas mujeres, ya precavidas de los riesgos de una relación, ya abren el juego y muestran cómo son luego de cara para que el hombre vea si es ese tipo de relación que él quiere o no. Parece no existir más la necesidad de cambiar para agradar al macho alfa, sino a ser fiel a la propia personalidad, valores y gustos.
Las mujeres permanecen en una relación por motivos diferentes a los de antes. La mujer ahora quiere un compañero, un compañero y no un ser superior dentro de casa que decide todo por ella, incluso que decide lo que le gusta y lo que no le gusta.
Las relaciones siguen siendo muy importantes para el universo femenino, pero dejaron de ser la única cosa que importa. Para un hombre estar con una mujer ellos necesitan estar caminando lado a lado, sin superioridad de ninguna de las partes y con cariño, atención, comprensión y entrega de ambos.
Solteirice sin miedo
En vista de estos factores, muchas acaban optando por la vida de soltera. Las mujeres aprendieron que no necesitan un hombre del lado para sentir que son alguien y que ellas pueden gozar de su propia compañía.
Algunas no tienen tiempo para las relaciones, otras ya se lastimaron mucho y prefieren quedarse solas. Hay algunas que prefieren estar con amigos que en una relación con un hombre, pues las posibilidades de incompatibilidad son grandes.
Además, la mujer centrada, que se valora e invierte en sí misma, se vuelve mucho más atractiva que las que viven buscando un compañero e intentando llamar la atención de los hombres. Esas mujeres saben de su importancia y capacidad y no abdican de su vida por ideales fantasiosos.
Firmeza y pie en el suelo a menudo pueden parecer fría, pero te mantiene preparada para los altibajos de la vida de soltera o comprometida. Pero, independientemente del estilo de vida que usted elija, es crucial mantener el equilibrio.
Aunque hoy las mujeres tienen más libertad en la elección entre relacionarse con alguien o permanecer soltera, todavía existe un poco de prejuicio contra las mujeres que optan por no construir una familia en el estilo tradicional. Pero si usted se siente bien soltero y el lado afectivo de su vida está bien servido con amigos y familiares, no hay porque temer quedarse sola.