¿Ha oído hablar de los probióticos, cierto? Ellos son microorganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidades adecuadas, proporcionan beneficios para nuestra salud.
Entre esos beneficios, están la colonización del intestino y la protección de sus mucosas, evitando que las toxinas, sustancias alergénicas y microorganismos maléficos sean absorbidos por nuestro cuerpo.
Además, las bacterias probióticas son capaces de avisar a nuestro sistema inmunológico cuando necesita entrar en acción, regulan las sustancias inflamatorias y aún reducen el riesgo del desarrollo de algunos tipos de cáncer.
Los probióticos se pueden encontrar en productos como yogures y leches fermentadas que contengan una tasa mayor de estos microorganismos. ¿Y dónde entran los prebióticos en esa historia?
Los prebióticos son sustancias derivadas de los carbohidratos, principalmente fibras, que no podemos digerir, pero que son los alimentos preferidos de los microorganismos probióticos. De esta forma, una dieta prebiótica contribuye al mantenimiento de los probióticos, permitiendo que colonizen nuestro intestino y desempeñen sus funciones.
En las farmacias y en las tiendas especializadas, usted encontrará una serie de suplementos - a veces bastante caros - para una alimentación prebiótica. Sin embargo, sepa que usted puede encontrar estas sustancias en su alimentación diaria. Conozca los alimentos más ricos en prebióticos y añádalos a su plato:
1. Raíz de achicoria
La raíz de achicoria es conocida por tener sabor similar al café, pero sin suministrar cafeína para quien la consume. Cerca del 47% de las fibras de estas raíces están compuestas por la inulina, una fibra alimentaria insoluble que alcanza el colon y alimenta nuestra flora intestinal.
2. Diente de león
Aunque es más consumido en forma de té hecho a partir de sus raíces, el diente de león tiene en sus hojas una buena fuente de inulina. Pueden ser consumidas crudas, en forma de ensalada, y ayudan a aliviar el estreñimiento ya mejorar el sistema inmunológico.
3. Ajo
Muy popular en diversos platos de nuestra cocina, el ajo tiene el 11% de sus fibras compuestas por la inulina y el 6% compuestas por fruto-oligosacáridos, otra sustancia prebiótica. Esta planta promueve el crecimiento de las bifidobacterias y dificulta la reproducción de microorganismos maléficos.
4. Cebolla
Casi siempre en conjunto con el ajo a la hora de preparar el condimento del día a día, la cebolla también es rica en inulina y fruto-oligosacáridos, dos tipos de prebióticos. Este vegetal ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico y facilita la digestión.
5. Ajo-poro
De la misma familia que el ajo y la cebolla, el ajo-poro tiene un 16% de fibras del tipo inulina, lo que ayuda a mantener la salud de nuestra microflora intestinal y facilita la quiebra de la grasa. Además, este vegetal también es una buena fuente de vitamina K.
6. Aspargo
Ofreciendo alrededor de 2,5 gramos de inulina cada 100 gramos, el aspargo ayuda a mantener nuestros probióticos ya prevenir ciertos tipos de cáncer. Además, este vegetal también es una buena fuente de proteína, con cerca de 2 gramos en esa misma cantidad.
7. Banana
¿Te gusta el plátano? Si es así, sus microorganismos probióticos agradecen! Aunque el plátano en sí tiene pequeñas cantidades de inulina, el plátano verde es rico en almidón resistente, que tiene efectos prebióticos.
8. Cebada
Famosa por ser componente básico de la cerveza, la cebada provee de 3 a 8 gramos de beta-glucana cada 100 gramos del cereal. Esta sustancia es un prebiótico que promueve el crecimiento de bacterias benéficas en el tracto digestivo, además de reducir el colesterol malo (LDL) y la tasa de glucosa de la sangre.
9. Avena
Los copos de avena son ricos en fibra beta-glucana, que favorecen las bacterias benéficas de nuestro intestino, mejoran el control de la glucosa en la sangre y reducen el riesgo de surgir varios tipos de cáncer. Además, la avena aumenta la sensación de saciedad.
10. Manzana
Las manzanas son ricas en una fibra llamada pectina, que corresponde a aproximadamente el 50% del total de fibras de esa fruta. La pectina también es un excelente alimento para los microorganismos probióticos, además de ayudar a nuestro organismo a combatir las bacterias maléficas ya disminuir la tasa de colesterol en la sangre.
11. Cacao
¿Eres fan de chocolate? ¡Pues sabes que las buenas bacterias de tu intestino también son! Por cierto, casi eso: a ellos les gusta el cacao, una excelente fuente de flavonoles. Estas sustancias son beneficiosas para las bacterias buenas, ayudan a disminuir las tasas de colesterol malo y aún fortalecen la salud del corazón.
12. Semillas de linaza
Por ser rica en fibras, la linaza ayuda a regular los movimientos peristálticos, disminuye el colesterol malo y reduce la cantidad de grasa que nuestro organismo es capaz de digerir y absorber. Y, por supuesto, estas fibras hacen muy bien para los probióticos.
13. Yacon
El yacon, un tubérculo de origen en los Andes que se asemeja a la patata dulce, es rico en fibras prebióticas como los frutos oligosacáridos y la inulina. Estas sustancias ayudan a nuestro cuerpo a absorber mineras, fortalecen el sistema inmunológico y regulan las grasas en la sangre. 14. El harina de trigo es un residuo originado por la transformación del trigo en harina que corresponde al revestimiento externo del grano. Casi el 70% de su contenido de fibras corresponde a un tipo especial llamado oligosacárido de arabinoxilano, que tiene efecto prebiótico para las bifidobacterias.
15. Algas
Las algas no se consumen con mucha frecuencia fuera de la cocina japonesa, pero son un alimento prebiótico muy poderoso. Sus efectos incluyen beneficios para la reproducción de las bacterias probióticas, el bloqueo en el crecimiento de bacterias perjudiciales y la mejora de nuestro sistema inmunológico.
Ahora que ya lo sabes todo, es hora de dar una mano a las bacterias probióticas y ayudarlas a desempeñar sus funciones en nuestro intestino, pues sólo tenemos que ganar con eso. Y lo mejor: todos estos son alimentos que usted encuentra en supermercados o casas de productos naturales por precios mucho más en cuenta que los suplementos prebióticos vendidos en tiendas especializadas.