Ella está presente en las pesadillas de por lo menos nueve de diez mujeres y no discrimina a nadie a la hora de elegir quién va a atacar. Puede ser delgado, más fino, incluso las atletas, los modelos y las mujeres musculosas sufren con este problema y hacen todo para mantenerlo lo más lejos posible de la taza. Estamos hablando de la temida celulitis.

La celulitis es el resultado de la acumulación de grasa en la capa más profunda de la piel, que junto con la retención de líquido y el envejecimiento del tejido conectivo, provocan nódulos de grasa. En gran número, tales nódulos se encargan del tejido conjuntivo comprimiendo y haciendo surgir la celulitis.

Las áreas en las que más se producen son las nalgas, los muslos y la barriga, las áreas que más suelen quedar expuestas en la playa y en la piscina, lo que hace que en el verano la preocupación y los cuidados aumenten.

Existen dos tipos de celulitis, la del tipo superficial, aquella que sólo se puede ver cuando apretamos la piel y también la del tipo más visible, que puede ser vista fácilmente e incluso bajo una vestimenta si es clara.

Los motivos para que ocurran son varios. Puede ser en función de una variación hormonal, debido a una predisposición genética o consecuencia de una alimentación inadecuada. Para combatirlas, además de invertir en una alimentación sana y en la práctica de ejercicios, existe una aliada importantísima y accesible a todos, el agua.

Cuando se ingiere en abundancia, el agua contribuye con la mejora de la circulación, haciendo que los intercambios celulares sean más fáciles, lo que evita la acumulación de toxinas y la inflamación de la piel. En el libro "El secreto del agua" del reconocido dermatólogo y profesor de la Universidad de California, Howard Murad, el profesional afirma que el agua es el mejor medio de transportar las grasas del cuerpo, pero que la ingesta diaria recomendada para cualquier persona de pelo menos de 2 litros, no basta para hidratar completamente las células. Y cuando no están debidamente hidratadas, dejan de funcionar en su capacidad máxima, causando el envejecimiento precoz de la célula.

Según Murad, tan importante como beber agua es asegurarse de que llegue hasta las células funcionando con potencial máximo. Pero ¿cómo garantizar que el agua llegue a las células? La tesis del profesor afirma que la mejor manera de lograrlo es a través de la ingestión de alimentos ricos en agua como el melón, la sandía, el tomate y la calabaza, por ejemplo, que llegan a tener niveles de agua superiores al 90%.

Esto ocurre porque cuando el agua viene de los alimentos, las células tienen mayor capacidad de absorberla, pues viene acompañada de nutrientes y sus moléculas aceleran el proceso de penetración del agua para la célula. En el libro, el profesor aborda la importancia de la práctica de actividades físicas como medio de estimular y mantener las células activas e hidratadas. Por eso, incluso la práctica de actividades moderadas ayuda a los músculos a retener más agua que tejido graso. La teoría sólo viene a reforzar lo que hace mucho tiempo ya es señalado por médicos y especialistas como secreto para mantenerse sano y hermoso: mantener hábitos saludables con la práctica de ejercicios regulares, hacer una alimentación balanceada, rica en frutas, legumbres y granos principalmente beber bastante agua.

Este puede no ser el más grande de todos los secretos de belleza, pero seguramente es un consejo precioso. ¡Comience a poner en práctica hoy mismo!