No hay quien resista a un pan francés fresco, recién salido del horno, con una deliciosa mantequilla que derrite sólo con el calor del miolo que acaba de asar desde hace pocos minutos. Sin embargo, esa delicia toda dura poco: algunas horas después de traer su pan francés de la panadería, él ya va a estar medio marchito. El otro día, entonces, está seguro de que su pan va a estar duro, muy diferente de cuando lo compró.
Simplemente tirar fuera de estos panes de mañana no es una solución, ya que el desperdicio de alimentos nunca es una buena idea. Entonces, ¿qué tal aprender a conservar el pan francés por más tiempo, ahorrando sus idas a la panadería? En este artículo, traemos dos formas de conservar su pan, una con congelación y otra sin. Elige tu método preferido y asegúrate de un pan fresco cuando quieras.
Congelando el pan francés
Si compró una cantidad de panes franceses más grande que usted va a comer, la mejor opción para conservarlos es a través de la congelación, como explica el youtuber Flávia Ferrari.
Cuanto más rápido ponga los panes en el congelador, mejor será el resultado. Por lo tanto, no sirve esperar que el pan se quede duro para decidir congelarlo con la esperanza de que vuelva a estar bien, porque eso no va a suceder.
Coma su pancito y, si decide que los demás van a quedarse para más tarde, ya aproveche para seguir el paso a paso y dejarlos frescos durante más tiempo.
1. Embale los panes en bolsas propias para congelador, siempre separando en porciones pequeñas que usted pueda comer de una vez;
2. Tira el máximo de aire posible de dentro de la bolsita y amarre bien; 3. Guarde en el congelador por hasta tres meses, retirando sólo lo que usted consume. 4. Para descongelar, el primer paso es humedecer la corteza del pan con un poquito de agua;