Si en las generaciones anteriores las niñas menstruaban entre 14 y 16 años, hoy entre 9 y 13 años la primera menstruación o menarca, como es llamada, puede venir en cualquier momento. Aunque parezca precoz, los padres sólo deben preocuparse por la primera menstruación de las niñas si aparece antes de los ocho años de edad.

Antiguamente, la mayoría de las niñas eran asomadas por sorpresa y no entendía lo que estaba pasando. Hoy, las adolescentes aprenden en casa o en la escuela que la menstruación es un cambio biológico natural y que toda niña un día se enfrentará.

Sin embargo, menstruar por primera vez es una experiencia que viene acompañada por el miedo, la vergüenza y muchos cuestionamientos. Sin contar la incomodidad con los cólicos y con el uso del absorbente. La mayoría no le gusta que el padre sepa y esconde la "novedad" hasta de las amigas más cercanas.

Y no son sólo las preadolescentes que sufren con la primera menstruación. Los dilemas que envuelven el asunto también dejan a muchas madres en duda sobre cómo actuar ante la situación.

¿Cómo debo actuar?

Indique con naturalidad la primera menstruación de su hija. Por más emocionante que sea el momento, no es necesario hacer fiesta, dar regalos y mucho menos salir esparciendo para toda la familia. La menarca es un momento íntimo y necesita ser respetado.

Cada chica se ocupa de la situación de manera diferente. Por lo tanto, si su hija no acepta muy bien la novedad, evite decir frases como "pare de frescura" o "ya no estamos en el tiempo de su abuela." Lo que la niña necesita en este momento es de seguridad y de un tiempo para sí acostumbrarse y aceptar la menstruación con tranquilidad.

Recuerde que usted también ha pasado por eso y aproveche el momento para conversar con ella y dar consejos sobre la importancia de cuidar la salud íntima, sobre las relaciones sexuales. Explique que su cuerpo ahora está que se preparó para generar un niño y que esa sangre es el resultado del desprendimiento de células que se produjeron para forrar el útero como un "acolchado" óvulo que, si fuese fecundado, dará origen a un feto. Cuando el útero no recibe un óvulo fecundado, se desprende y es eliminado por el organismo.

No se olvide de insistir en que es un proceso natural, que sucede con todas las mujeres. Si cree que estos temas son demasiado delicados para usted, el ginecólogo puede ayudar y que no hay que olvidar que cuando ocurre la menarca lo ideal es llevar a la niña al médico, pero ella todavía no necesita tomar ginecológico, sólo cuando pase a tener actividad sexual.

Consultas y exámenes

Lleve a su hija a la primera consulta ginecológica, pero deje que ella entre en la sala de la médica sola, después de todo, ella puede querer preguntar cosas que no se siente a gusto cuando usted está cerca. Las orientaciones médicas siempre son muy bienvenidas!

Independiente de la edad, es esencial realizar el chequeo, por lo menos, cada seis meses. Hable acerca de estos cuidados a su hija y sugiera que vaya al médico de su confianza.

En la práctica

La ejecutiva de cuentas Luciane Lourenço cuenta que prefirió explicar con detalle el asunto cuando su hija menstruó por primera vez. "Yo preferí mostrar todo lo que sucede en el cuerpo de la mujer durante la menstruación, comenté también sobre la importancia de cuidar e incluso sobre relaciones sexuales con seguridad", dice.

Para ello, trajo un libro bastante didáctico, mostrando todo el proceso. "Yo y mi hija sentamos en la sala y yo fui explicando todo el funcionamiento, pero para hacerlo, pedí orientaciones de mi ginecólogo que me sugirió tener esa actitud durante una de las fases más importantes de mi hija", cuenta. Y para ella, fue bastante emocionante. "Como yo iba explicando a mi hija, ella fue entendiendo, haciendo más preguntas y acabamos pasando horas juntas conversando, creo que toda madre debería hacer eso, es una experiencia fantástica", comenta.

Sean amigas

Es importante que ustedes hablen sobre todos los asuntos. "La madre debe ser amiga de la hija antes de cualquier cosa, claro que los celos y la preocupación conduce a un cierto distanciamiento, pero hay que saber conversar sobre todos los asuntos. Me quedé asustada sí al principio, pero fui a pedir orientaciones profesionales y hoy , yo y mi hija sabemos manejar todas las situaciones juntas ", comenta Luciane.