Ya hemos escuchado muchas veces la frase: "Tener hijos es padecer en el paraíso" y aunque en muchas situaciones nos ponemos a pensar realmente en la veracidad de esa frase, en momentos en que nos ponen a prueba con sus rabietas, enfrentamientos, dificultades en la escuela pero la gran verdad es que es maravioso poder compartir su compañía, dar risa, rodar en el suelo, jugar a la pelota.

El niño tiene una inocencia maravillosa, son seres de una pureza extrema, dan carcajadas por cualquier cosa, todo es gracioso, todo es motivo de broma. Los adultos perdimos con el tiempo muchas de las cualidades que teníamos cuando niño, pocos son los que conservan algún aspecto de esa época tan llena de fantasías y alegrías.

La gran pregunta es: ¿qué podemos aprender de ellas?

¿Es posible recuperar un poco de esa época maravihosa? ¿Será que ellos mismos siendo más jóvenes y con menos vivencia de vida tiene algo que enseñarnos? La buena noticia es que es posible sí.

Véase a continuación 10 cosas que podemos aprender de los hijos y entender cómo colaboran con la evolución de los padres:

Los niños ven a las personas con el corazón puro, y los adultos acabamos endureciendo esa visión hasta en función de las situaciones que vivimos en nuestras vidas vidas, pero ¿podemos dejar de generalizar y ponernos más verdaderamente al otro y permitir una mirada más dulce? ¿Vamos a intentarlo? Enseñar la vida bajo otras perspectivas.

  1. El niño aprende en la escuela las reglas de tránsito y cuando están en el coche con los padres apuntan la señal y muestran que ahora ellos también tienen conocimiento. ¿Y qué pasa si los padres irrespetan la señal, qué mensaje nuestros hijos aprender? Entonces, vamos a respetar la señal, el otro, con la misma certeza y determinación que un niño hace cuando aprende las leyes. Ellos las toman en serio. El amor incondicional es un aspecto que sólo aprendemos cuando generamos un hijo, un amor que supera todo, donde nos damos de forma total y genuina.
  2. Mágoa es un sentimiento que el niño definitivamente no carga, ella pelea en un día con un amiguito y al día siguiente es el mejor amigo de nuevo, una prueba que debemos aprender a respetar al otro ya perdonar.
  3. Ellos son como CDs virgen, aprenden todo el tiempo, curiosos, están siempre en busca de novedades, explorando al máximo el mundo a su alrededor. No debemos perder nunca el estímulo de aprender, de estudiar, ellos son nuestros mejores ejemplos.
  4. El sueño es algo que nos motiva a vivir el día a día y con nuestros hijos percibimos cuánto sueña es algo fantástico, un estímulo siempre positivo.
  5. Despiertan todos los días sonriendo, enfrentan el día con ligereza y buen humor, vale la pena seguir el ejemplo de ellos.
  6. El respeto a los animales es algo que queda claro en las relaciones que establecen con ellos, el cariño, el cambio del afecto.
  7. Los niños son simples, no complican las situaciones, quieren hacer o no, sus respuestas son puntuales, la indecisión no se hace presente.
  8. Nuestros hijos crecen y caminan hacia la vida, ya no podremos decidir qué hacer, dónde van, ni elegir a sus parejas. Con ellos aprendemos que no podemos controlar a las personas ni a las situaciones.