Recibir un elogio después de pasar un tiempo eligiendo ropa, accesorios, caprichando en la marca y en el pelo. Los elogios espontáneos hacen bien para la autoestima, pero algunas mujeres no se sienten seguras al recibirlos. En general, no ven los elogios como verdaderos y siempre buscan saber cuál es la segunda intención del comentario.

No sentirse a gusto con elogios es algo más común de lo que se imagina y puede tener varios motivos. Pero cuando se vuelve algo muy recurrente, merece atención, pues puede perjudicar hasta las relaciones de la persona.

Uno de los factores que provocan este tipo de comportamiento es la autoexigencia . Por ejemplo, una persona que se halla gorda y recibe el elogio de que está magra, puede pensar que la otra está usando un tono irónico o de burla. Otras no se sienten a la altura del elogio o lo entienden como un cobro.En respuesta, quien no sabe manejar con elogios

usa frases como "es su impresión", "son sus ojos", "se imagina, ni se quedó tan bueno como para protegerse de la interacción con los demás. La inseguridad es otro motivo para este tipo de reacción, principalmente cuando los elogios parten del sexo opuesto. Sin embargo, las mujeres necesitan estar atentas a los elogios que reciben a la hora de la conquista.

Es necesario saber identificar elogios sinceros o cuando la intención es sólo llevar a la mujer a la cama. Pero ¿cómo saberlo? No hay reglas para hacerlo, es una cuestión de sensibilidad.

Si usted se identifica con las características descritas, sepa que la mejor forma de cambiar este comportamiento no es someterse a cirugías plásticas o tratamientos estéticos para cambiar lo que no está bien. Lo ideal es buscar ayuda psicológica para comprender mejor cuáles son las causas de esa dificultad y hacer el ejercicio del autoelogio , aprendiendo a gustar de sí misma.