La inflamación es una respuesta natural del sistema inmunológico a un daño o lesión en alguna parte del cuerpo. La vista de esta forma, es un proceso benéfico, pues muestra que nuestro organismo ha sido capaz de detectar y está tratando de combatir una infección causada por gérmenes patógenos, un trauma o incluso una irritación debida a una sustancia tóxica.

El problema incluso está cuando la inflamación deja de ser aguda (como en un dolor de garganta simple o la hinchazón causada por una torsión en el tobillo) y pasa a ser crónica. En este caso, nuestro organismo está sujeto a desarrollar complicaciones como sobrepeso, hipertensión, diabetes, problemas cardíacos, mal de Alzheimer e incluso algunos tipos de cáncer.

La inflamación siempre es el resultado de algún tipo de estrés en el organismo, que puede ser causado por un alimento, una sustancia presente en el ambiente y algunos comportamientos relacionados con nuestro estilo de vida. Por lo tanto, pensando en preservar su salud, es interesante conocer y evitar estos 11 hábitos que favorecen la inflamación:

1. Consumir condimentos procesados ​​

La mayonesa, la salsa de ketchup, la salsa de barbacoa y otros condimentos procesados ​​contienen muchos aditivos químicos como aromatizantes, colorantes y conservantes, que sobrecargan el hígado e irritan el intestino, favoreciendo la inflamación.

Además, vale recordar que un poco de pimienta hace bien para la salud y hasta ayuda a acelerar el metabolismo, pero en exceso ella puede causar irritaciones en todo el tracto gastrointestinal, dando lugar a inflamaciones en el esófago, estómago, intestino y recto.

2. Consumir muchos alimentos procesados ​​en general

No son sólo los condimentos: galletas rellenas, salchichas de paquete, comida congelada, margarina, refrescos y jugos de pozo también son ricos en aditivos químicos, con destaque para el sodio y la grasa trans.

El sodio favorece la retención de líquidos, que causa hinchazón y es una de las principales causas de la inflamación abdominal, perjudicando la digestión. La grasa trans, a su vez, es altamente inflamatoria, causa un desequilibrio en los niveles de colesterol y contribuye a la formación de radicales libres. También está presente en alimentos fritos y carnes procesadas o ahumadas, como bacon, mortadela, salami y salchichas.

3. Consumir muchos productos de origen animal

Carnes grasas, leche, mantequilla y quesos son ricos en grasa saturada, que favorece la inflamación por su contenido de ácido araquidónico. Por lo tanto, es aconsejable restringir el consumo de estos alimentos y dar preferencia a las carnes magras.

4. Tener una dieta rica en azúcar

Las moléculas de azúcar que ingerimos al consumir chocolate, pasteles, helados y dulces en general representan un factor de estrés para nuestro organismo, favoreciendo la inflamación en varios sistemas y órganos, principalmente en el intestino. En consecuencia, nuestra capacidad de regeneración disminuye, haciendo más difícil reparar daños en los tejidos - un buen ejemplo de ello es el "pie diabético", la condición que dificulta la cicatrización de heridas en personas con diabetes debido al exceso de azúcar en la sangre.

Otra consecuencia de la inflamación causada por el azúcar es una aceleración del envejecimiento, ya que favorece el estrés oxidativo en las células de la piel.

5. Tomar mucho refrigerante y otras bebidas gaseosas

Además de los males causados ​​por el azúcar, el gas presente en estas bebidas promueve una distensión del abdomen y favorece la inflamación, perjudicando la digestión. En el caso de las bebidas light, diet o cero, este efecto se agrava por los edulcorantes artificiales.

6. Exagerar en el café

Usted está cansado de saber que el café contiene cafeína, una sustancia estimulante que puede ayudarnos a despertar por la mañana. Sin embargo, si se consume en exceso, la cafeína puede favorecer la inflamación en el organismo.

Esto ocurre porque causa impactos sobre el sistema digestivo, los niveles de azúcar en la sangre y el funcionamiento de las glándulas adrenales (que producen la adrenalina), pudiendo simular una situación de estrés - que resulta en inflamación.

7. Consumir bebidas alcohólicas en exceso

Aunque el vino tinto sea fuente de resveratrol, que contiene propiedades antioxidantes y protectoras del corazón, ninguna bebida alcohólica es exactamente sana.

Además de no ofrecer los nutrientes esenciales para el organismo, el alcohol es un factor que despierta la inflamación, con destaque para encías, garganta, esófago, estómago, hígado e intestino - favoreciendo incluso la formación de tumores malignos.

8. Inhalación de vapores tóxicos de velas y otros aromatizadores

Las velas perfumadas y aromatizantes de ambiente están de moda, pero hay que tener cuidado con la elección de estos productos. Muchos de ellos emiten los llamados componentes orgánicos volátiles, que son bastante tóxicos y pueden causar irritación en los ojos, nariz y garganta, despertando la inflamación.

De esta forma, es mejor dar preferencia a velas y aromatizadores hechos a partir de aceites esenciales naturales en vez de fragancias sintéticas.

9. Fumar

Si inhalar vapores de velas y aromatizadores de ambiente ya puede ser un hábito peligroso, ni necesitamos decir que inhalar el humo del cigarrillo es a menudo peor. Además de mandar un cargamento de toxinas dentro de nuestro organismo, lo que ya causaría inflamación por sí solo, el cigarrillo también disminuye la actividad del aparato mucociliar, el revestimiento de moco y pequeñas pestañas que protege nuestras vías aéreas al empujar microorganismos fuera de los pulmones.

Así, una de las consecuencias de la reducción del movimiento mucociliar es que los pulmones y los bronquios se vuelven mucho más sujetos a las infecciones, perdiendo los factores de inflamación del organismo.

10. No dormir suficiente

El sueño es el momento en que nuestro cuerpo trabaja para regenerarse y amenizar los procesos inflamatorios. Cuando tenemos una rutina de sueño de baja calidad o en cantidad insuficiente, nuestro organismo tiene dificultades para mantener el sistema inmunológico funcionando de forma correcta, pasando a aumentar los niveles de inflamación.

Por lo tanto, trate de asegurarse de 7 a 9 horas de sueño todas las noches en un ambiente oscuro y tranquilo - y sin usar el teléfono en la cama antes de dormir.

11. Tener una vida estresante

Es imposible pasar toda la vida lejos de problemas, pero hay que saber lidiar con ellos o buscar una rutina diferente. Cuando estamos en una situación de estrés, ocurre un aumento de la liberación de la hormona cortisol, que, en exceso, despierta la cadena de reacciones de la inflamación.

Además, el estrés favorece la acumulación de peso, perjudica el funcionamiento del sistema inmunológico y aumenta las posibilidades de una enfermedad cardíaca o algunos tipos de cáncer. Por eso, intenta equilibrar una vida agitada con momentos de ocio con la familia y los amigos.

Como usted puede percibir por la lista presentada, no es de hoy que los hábitos que favorecen los procesos inflamatorios son señalados como villanos de nuestra salud. Tener una dieta inadecuada, abusar del alcohol, fumar, dormir poco y tener una vida estresante son factores de riesgo para diversas enfermedades. Por eso, el gran secreto para evitar la inflamación y sus consecuencias está en lo que usted ya sabe: hacer buenas elecciones en relación a lo que usted consume y su estilo de vida, privilegiando siempre su bienestar.