El buen funcionamiento de los riñones es esencial para la salud y para el funcionamiento del organismo como un todo, pero a menudo el cuidado con los órganos acaba siendo descuidado.

Algunas enfermedades no presentan síntomas aparentes en un primer momento y el diagnóstico sólo se hace cuando ya están en estado avanzado, lo que complica el tratamiento y compromete la curación. Es el caso de las Enfermedades Renales Crónicas, también conocidas como DRC, término que se refiere a las enfermedades que afectan a los riñones por un período superior a 3 meses.

En el organismo, los riñones son vitales y tienen la función de filtrar la sangre, controlar los niveles de agua y sal del cuerpo eliminando las toxinas y cualquier sustancia tóxica y residuos del organismo a través de la orina, además de ayudar a controlar la hipertensión arterial, las sales minerales, las hormonas, los nutrientes y estimular la producción de glóbulos rojos.

Con grados de gravedad diferentes, las principales enfermedades renales son la nefritis, la infección urinaria, el cálculo renal, la obstrucción urinaria, la insuficiencia renal aguda y la crónica, los tumores renales, las enfermedades multisistémicas, congénitas y hereditarias y las nefropatías tóxicas . Los factores como el historial de enfermedades renales, la hipertensión y la diabetes, tanto de la propia persona como de alguien de familia, se consideran de riesgo y pueden aumentar las posibilidades de desarrollar una enfermedad renal.

Quien es parte de ese grupo, debe redoblar los cuidados para controlar la presión, la glucemia, observar alteraciones típicas de las enfermedades renales como el aumento en los niveles de calcio y fósforo y, principalmente, hacer un seguimiento con un médico nefrologista. A través de exámenes de laboratorio realizados periódicamente, es posible observar la regularidad del funcionamiento de los riñones y hacer un diagnóstico precoz, si surgen problemas.

Síntomas como hinchazón en las piernas, la cara, el cólico renal, la infección urinaria, la orina oscura, con espuma o sangre, pueden estar relacionadas con los problemas renales y deben ser analizados.

Si los exámenes clínicos cercioran que los riñones no funcionan correctamente y ya no pueden filtrar la suciedad del organismo, las alternativas son el trasplante y la hemodiálisis.

Para realizar un trasplante, es necesario encontrar un donante compatible, lo que no siempre es fácil y obliga a la mayoría de los pacientes a someterse a hemodiálisis, un proceso en el que una máquina realiza el proceso de filtración.

Sin embargo, algunas medidas simples pueden ayudar a preservar la salud de sus riñones por un largo período.

Beba agua

La ingestión de al menos 2 litros de agua al día ayuda a filtrar y purificar los riñones, además de colaborar en el proceso de eliminación de la sal. Quien bebe poco agua, sobrecarga los riñones afectando ese proceso de filtración.

Control del peso

El sobrepeso también hace que los riñones, así como todos los órganos del cuerpo queden sobrecargados, además de poder desencadenar la hipertensión y la diabetes, que dañan los riñones.

Alimentarse bien

Una buena alimentación, pobre en grasas y rica en vitaminas y fibras colabora con la preservación de las funciones renales, sobre todo el consumo de alimentos ricos en vitamina K, presentes en el limón, el brócoli, el bolo, la espinaca, en la coliflor y en las hojas verde-oscuras, que ayudan a prevenir el surgimiento de piedras en los riñones y cálculos renales.

No abusar del alcohol

En pequeñas proporciones, el alcohol puede tener función duriética ayudando el trabajo de los riñones, pero en exceso, la ingestión de alcohol tiene el efecto contrario y causa daño a los riñones, además de favorecer el desarrollo de problemas como la hipertensión y compromete la salud del hígado.

Cuidado con el cigarrillo

No es sólo el pulmón que se perjudica con el cigarrillo, también afecta los riñones formando pequeños bloqueos en los tubos por donde la sangre corre, contribuyendo al surgimiento de los problemas de presión y de enfermedades renales.

No abusar de los medicamentos

Quien abusa del uso de los medicamentos, desde los controlados, hasta un simple analgésico puede acabar comprometiendo el funcionamiento de los riñones a largo plazo, por eso, evite la automedicación y no abuse de los medicamentos.

Si observa cambios en la orina, cansancio excesivo, hinchazón y sobre todo si tiene problemas como la presión arterial alta o la diabetes, o la historia familiar, busque un especialista y cuídese.