Hay controversias si la enfermedad suele tener mayor incidencia en mujeres o se afecta igualmente a ambos sexos. Pero lo que es claro es que el grupo de edad más susceptible al desarrollo de la enfermedad está entre los 20 y los 40 años de edad. Las burbujas duran alrededor de tres semanas, después de lo que suele desaparecer. Pero, por ser una enfermedad crónica, vuelve a aparecer después de algún tiempo. Las crisis recurrentes pueden resultar en el espesamiento de la piel (hiperqueratosis). Según el dermatólogo Izabella Maia, el diagnóstico de la disidrosis es clínico: a partir de una historia clínica detallada, es decir, descripción sobre el desarrollo de la enfermedad, es posible establecer las causas y saber si realmente se trata de disidrosis. El dermatólogo explica además que algunos exámenes pueden ser pedidos, como el examen micológico directo, en el caso de sospechosa de infección fúngica; el parche-test, en casos relacionados con la dermatitis de contacto; y la biopsia, cuando no sea posible identificar el agente causal. El dermatólogo también afirma que la disidrosis puede ser confundida con cuadros de dermatitis atópica, dermatitis de contacto alérgica, dermatitis de contacto por irritante primario, eczema numular, entre otras enfermedades dermatológicas, siendo posible la distinción a partir de un examen de la piel.

La disidrosis no tiene cura, pero puede ser controlada de varias formas. A continuación, usted conoce las causas, síntomas y tratamientos para la enfermedad.

¿Cuáles son las causas de la disidrosis?

La disidrosis es causada por una inflación en la piel que crea pequeñas burbujas, que estallan, dejando la piel con apariencia escamosa. Alrededor de la mitad de las personas afectadas presentan tendencia a desarrollar alergias, teniendo otros tipos de manifestaciones alérgicas en su historial, como dermatitis o incluso bronquitis.

Según Izabella Maia, las causas de la disidrosis no están completamente establecidas. A pesar de ello, puede clasificarse en dos tipos: disidrose idiopática o verdadera, cuando no es posible identificar el origen de la enfermedad; y las erupciones disidrosiformes, cuando la disidrosis aparece relacionada con otro problema, como la dermatitis atópica, la dermatitis de contacto, la farmacodermia (reacción alérgica a medicamentos), y dermatofítides (reacciones alérgicas a un hongo).

Entre otros desencadenantes de la enfermedad están el estrés físico o mental y el lavado muy frecuente de las manos. La enfermedad es más frecuente durante el verano o en cambios bruscos de temperatura, y parece estar relacionada con la producción exagerada de sudor en las manos y los pies, aunque el líquido presente dentro de las burbujas no sea sudor.

Es importante señalar que la disidrosis no es una enfermedad contagiosa: no existe peligro de transmisión, incluso entrando en contacto directo con la piel de otra persona.

¿Cuáles son los síntomas de la disidrosis?

En las crisis de disidrosis, la piel se inflama. Esto hace que los espacios creados por la inflamación entre las células de la piel se llene de fluido. Es así como surgen las pequeñas burbujas características de la enfermedad. El dermatólogo Izabella Maia nos ayudó a montar una lista con las principales características y síntomas de la enfermedad:

Burbujas:

pequeños salientes que, cuando cocidas, pueden evolucionar hacia burbujas mayores y erupción del fluido existente dentro de ellas. Aparecen en grupos, nunca solas. Hay dos tipos de burbujas características de la disidrosis: burbujas pequeñas salientes y burbujas opacas más profundas, niveladas con la piel o poco elevadas. Este segundo tipo no se rompe con facilidad.

Picazón:

  • no siempre hay picazón, pero es posible que las burbujas cocinen y se sienten doloridas. La picazón puede empeorar con el contacto con sustancias irritantes. Fisuras (ralladuras):
  • cuando se rasca las burbujas, pueden romperse, liberando el líquido interno. Al curar, la piel puede ser más gruesa y seca, pudiendo agrietarse. Las grietas pueden ser bastante dolorosas y tomar semanas o meses para curar. Quemazón o fiebre in situ, dolor y / o hinchazón:
  • estos síntomas pueden aparecer si hay un proceso infeccioso in situ. En este caso, busque un médico para tratar la infección y volver a controlar los síntomas. En algunos casos, las crisis de disidrosis pueden ser acompañadas por la hinchazón de los ganglios linfáticos, lo que puede causar sensación de hormigueo en el antebrazo.
  • ¿Cómo tratar? Hay varios tratamientos para la disidrosis, pero el tratamiento más común se realiza con la aplicación de medicamentos de uso tópico, como cremas o lociones. Se utilizan para combatir los síntomas, ya que, como ya se ha dicho, la enfermedad no tiene cura.
  • Según la dermatologa consultada, sólo en casos más serios se indica el uso de medicamentos por vía oral. Además, en el caso de la presencia de infección secundaria, se indica el uso de antibióticos, y en los casos más resistentes a los tratamientos convencionales, se pueden utilizar inmunosupresores y fototerapia. Tratamiento tópico

Las pomadas y cremas usadas para tratar la dishidrosis suelen aplicarse dos veces al día y tener vaselina, aceite mineral o grasa vegetal en su fórmula, para tratar de mantener la hidratación de la piel. Algunos de los tipos de pomadas utilizadas son:

Cremas y pomadas a base de cortisona:

alivian los síntomas de la disidrosis y aceleran el proceso de cicatrización. Para una mejor absorción, la región afectada puede estar involucrada en una película de plástico durante unos minutos. Pero cuidado: el uso prolongado puede desgastar y resecar la piel, además de abrir espacio para infecciones secundarias.

Cremas a base de urea:

exfolia e hidrata la piel, evitando el desarrollo de la enfermedad y aliviando los síntomas.

  • Pomadas inmunosupresoras: evitan la aparición de burbujas, pero, como alteran el sistema inmunológico, aumentan las posibilidades de contraer una infección de piel.
  • Solución de permanganato de potasio o acetato de aluminio: "se secan" y neutralizan burbujas con mucho líquido y tiene efecto antiséptico, pero debe usarse con precaución: su aplicación puede ser dolorosa y los residuos dejados en la piel pueden causar quemaduras.
  • Además, es importante el uso de una buena hidratante, ya que la disidrosis deja la piel reseca. Es importante recordar que, con la excepción del hidratante, todos estos medicamentos deben ser prescritos por su médico, considerando su caso específico.
  • Tratamiento por vía oral Como ya se ha dicho, el tratamiento por vía oral está indicado para casos ligeramente más graves de la enfermedad. En estas situaciones, el médico puede indicar un antihistamínico (antialérgico), para mejorar los síntomas de picazón y ardor; un corticoide, para disminuir la cantidad y el tamaño de las burbujas; o un antibacteriano, en casos crónicos. El médico examinará cada caso para determinar cuál es el medicamento más adecuado.

Cambio de alimento

El dermatólogo Izabella Maia explica que, en algunos casos, la disidrosis puede surgir como consecuencia de la alergia a níquel. En ese caso, ingerir alimentos con ese metal desencadenaría la enfermedad. Si el caso es ese, es necesario un cambio alimentario, evitando alimentos enlatados, alimentos ácidos, alimentos cocidos en ollas de acero inoxidable, ostras, espárragos, frijoles, setas, cebollas, maíz, espinacas, tomate, guisante, trigo integral, pera, té, chocolate y levadura en polvo.

Tratamientos para los casos más graves

Cuando ninguno de los tratamientos anteriores se ha demostrado eficaz, el médico puede recomendar la fototerapia, con la exposición de la herida a la luz ultravioleta, lo que fortalece la piel, disminuyendo la irritación. En casos aún más graves, es posible que el médico haga recomendaciones de inyecciones de toxina botulínica (botox), disminuyendo el funcionamiento de las glándulas de sudor.

Durante el tratamiento, es muy importante que se tenga en cuenta la higiene adecuada de la región afectada, que debe realizarse con agua tibia y jabón neutro. La piel debe ser bien seca después de la limpieza, e hidratada por lo menos dos veces al día. Es importante también evitar el contacto con sustancias irritantes.

Tratamientos caseros para disidrosis

Hay algunas cosas que se pueden hacer en casa para controlar la enfermedad y evitar las crisis. En el área afectada se puede aplicar en el área afectada para reducir la inflamación y la picazón, prevenir las infecciones bacterianas y acelerar el proceso de eliminación de las bacterias. cicatrización de la piel.

Compresas de agua fría

En el caso de que las burbujas estén muy irritadas y haya picazón intensa, aplicar compresas de agua fría con gasa u otro tejido limpio y de textura suave puede aliviar esa sensación.

Solución de vinagre blanco

El vinagre blanco actúa en el equilibrio del pH de la piel, evitando el crecimiento de los hongos. Para aplicarlo, mezcle una taza de vinagre para cada litro de agua y sumerja los pies o las manos en esa mezcla durante 15-20 minutos, dos veces al día.

Infusión del pasto seco de la manzanilla

La manzanilla tiene varias sustancias anti-inflamatorias que pueden reducir las reacciones alérgicas en la piel. Para lograr este efecto, coloque el pasto seco de manzanilla en un vaso con agua hirviendo y deje en infusión durante 15 minutos. Deje enfriar y, con una gasa limpia, aplique la infusión en la región afectada. Aplique de dos a tres veces al día.

Crema de guisantes y yogurt

Bata en la licuadora un puñado de guisantes frescos con la cantidad necesaria de yogurt para que la mezcla se convierta en una crema consistente. Pase esta crema en la zona afectada y deje que actúe durante 10 minutos. Retire en la secuencia con un algodón embebido en agua tibia.

Zumo de repollo

Con un rollo de macarrón, amas varias hojas frescas de repollo, hasta que dejen salir un poco de su zumo. Recoger ese líquido y aplicar con una gasa en el área afectada. Deje durante 10 o 15 minutos y luego lave las manos o los pies normalmente.

Crema o mantequilla de aguacate

Las vitaminas D y E presentes en el aguacate ayudan en la formación del colágeno, estimulando la regeneración de la piel. La mantequilla de aguacate se puede comprar lista en las tiendas que trabajan con los aceites esenciales y las mantequilla vegetales, pero la crema de aguacate se puede hacer en el país. Para ello, aplastar bien un poco la pulpa del aguacate y pasar en la región afectada, retirando después de 15 minutos.

Té de caléndula

La caléndula contiene sustancias cicatrizantes y calmantes que ayudan a aliviar la picazón ya secar las burbujas causadas por la deshidrosis. Para poder disfrutar de todos sus beneficios, es necesario prepararla en forma de infusión.

Ingredientes

2 cucharadas de flores caléndula

200 mL de agua

Modo de preparación

Ferva el agua en una olla y, a continuación, apague el fuego y coloque las flores de caléndula en el agua, dejando reposar durante 10 minutos . En la secuencia, coja, deje enfriar un poco hasta que esté caliente y aplique en compresas limpias en la región afectada, dejando de 5 a 10 minutos.

Té de jazmín

Las flores de jazmín son conocidas por sus propiedades analgésicas, antioxidantes, antibacterianas, anti-inflamatorias, calmantes y digestivas. En la forma de té, todavía ayuda a controlar el colesterol y previene la aparición de problemas cardíacos. A continuación se muestra cómo prepararlo:

  • Ingredientes
  • 1 litro de agua

1 cucharada de flores de jazmín

Modo de preparación

Ferva el agua en una olla y, a continuación, apague el fuego y coloque las flores de jazmín. Dejar enfriar totalmente para sólo después coar y aplicar en la región afectada, con compresas o gazes.

Los remedios naturales pueden ser muy útiles en el control de diversas enfermedades, pero no sustituyen la consulta y la indicación de un médico.

Medidas preventivas

  • Algunas actitudes pueden ayudar a prevenir los brotes. Compruebe las medidas preventivas indicadas por el dermatólogo Izabella Maia:
  • Lavar las manos con agua tibia;

Secar bien las manos y los pies.

Mantener los pies limpios y secos;

Retirar los anillos antes de lavarse las manos.

Usar jabones sin perfume;

Utilizar hidratantes a lo largo del día;

  • Evitar rascar las burbujas;
  • Evitar el uso de productos irritantes;
  • Dar preferencia para el uso de zapatos de cuero y medias que faciliten la evaporación del sudor.
  • No olvide consultar a un dermatólogo para descubrir el origen real de la enfermedad y recibir una dirección correcta en relación al tratamiento.
  • Y, como ya se ha dicho, a pesar de que la disidrosis no tiene cura, es posible controlar sus síntomas hasta que prácticamente desaparezcan. Basta con seguir el tratamiento médico indicado y adoptar los cuidados preventivos y usted conseguirá evitar todas las molestias causadas por esta enfermedad.