Al contrario de lo que muchas personas creen, la micosis no es un problema que afecta a las uñas. También puede afectar la piel y el cabello, principalmente en épocas más cálidas como el verano. Aprende todo lo que necesitas sobre ella para evitarla y tratarla correctamente.

¿Qué es?

La micosis es una infección causada por diferentes tipos de hongos, microorganismos que existen en la naturaleza hace millones de años y están en prácticamente todos los ambientes, desarrollándose con más facilidad en lugares calientes y húmedos. Ellos están en contacto permanente con la capa superficial de nuestra piel, y conviven en equilibrio con nuestro organismo, pero cuando ellos logran penetrar en nuestro cuerpo, provocan una infección, la micosis.

Las micosis se desarrollan con mayor frecuencia en las uñas, en la piel y en el cuero cabelludo, áreas donde hay mayor cantidad de queratina, alimento del hongo. Además de estos lugares, también puede desarrollarse en partes del cuerpo como ingle, manos, pies, tronco y miembros, cuello, órganos genitales y en las mucosas.

Además de la incomodidad, la micosis también causa alteraciones estéticas y facilita la entrada de bacterias y virus en el organismo.

¿Cuáles son los síntomas?

Las señales de la micosis son incómodas y varían según el tipo y la extensión del problema. Los síntomas más comunes son picazón, cambios en la piel con la aparición de manchas rojas y descamación, fisuras y grietas entre los dedos de los pies y manchas deformadas y dolorosas en las uñas.

En la piel pueden surgir el llamado paño blanco, caracterizado por manchas blancas y descamación en el tronco, en el pecho y en la espalda, las frieiras o pie de atleta, que provocan picazón, enrojecimiento y fisuras doloridas entre los dedos de los pies y las manchas rojizas en los pliegues del cuerpo, como las axilas y la ingle. En las uñas, la micosis hace que queden más gruesas, quebradizas y blanquecinas. En el cuero cabelludo pueden haber pequeñas lesiones, descamación y picazón.

¿Cómo ocurre la contaminación?

Los ambientes con humedad y calor son ideales para el desarrollo y la reproducción de los hongos. Por eso, playa, piscina, sauna, baños y vestuarios están entre los locales que más favorecen la contaminación. Esto ocurre porque la humedad hace que la piel quede más fina, por lo tanto más susceptible a la penetración de los hongos. Por lo tanto, al asistir a estos lugares, redobla la atención.

¿Cómo prevenir?

La mejor manera de prevenir contra las micosis es mantener al día la higiene personal. Evite prestar sus objetos personales como toalla, zapatilla, ropa, calzado y cepillo de pelo, que pueden ser un canal de contaminación, si son compartidos por personas contaminadas.

Evite quedar descalzo, enjuague bien el cuerpo, principalmente entre los dedos de los pies, debajo de las mamas, en las axilas y en las virutas y no quede con ropa mojada por mucho tiempo, si transpire mucho, tenga siempre una pieza de reserva.

Tenga su propio kit de uñas con alicates de uñas, tijeras y lijadas, y manténgalas siempre esterilizadas. En el salón, asegúrese de que las manicuras realizan el procedimiento correctamente.

Los animales domésticos también pueden transmitir micosis, por lo tanto, a cualquier signo de alteración en el pelo o descamación, busque el veterinario.

Evite usar ropa y calzado muy apretados y siempre que sea posible, prefiera medias y camisetas de algodón.

En casa, mantenga los ambientes siempre limpios y secos para evitar la proliferación de hongos.

A cualquier signo de micosis, busque un médico para hacer el diagnóstico e indicar el mejor tratamiento.

¿Cómo tratar?

El tratamiento de la micosis también depende del tipo de hongo, de la extensión y de la región afectada. Hoy en día, hay opciones muy eficientes para eliminar el problema con rapidez. Las micosis de piel, por ejemplo, pueden ser tratadas en el período que va de 1 a 4 semanas, ya las de uña demoran un poco más para ser tratadas, pudiendo llevar hasta seis meses.

Después del diagnóstico médico, se recetan medicamentos de uso tópico, pomadas y sprays, pero en situaciones más complejas, es necesario administrar medicamentos de uso oral.

En caso de sospechas de micosis, evite la automedicación, sólo un profesional de la salud puede diagnosticar el problema exacto, ya que algunas infecciones causadas por bacterias pueden tener síntomas similares a los de una micosis.