Actualmente, existe una atención mayor hacia la humanización del parto, en el sentido de deconstruir la idea de que el parto es algo dolorido o "casi insoportable" para la mujer, y transformarlo así en una experiencia única, sana, instintiva, es decir, resaltar que éste es un acto fisiológico y natural.

En este contexto, la ocitocina está siempre en pauta, debido a su importante relación con el momento del parto. Pero el asunto, inevitablemente, causa muchas dudas entre las personas. Por ejemplo, mucha gente cree que la ocitocina está presente sólo en el cuerpo de la mujer, pero eso no es verdad. O bien, que la ocitocina sintética pueda ser usada "sin problemas".

Alberto Guimarães, un obstetra y ginecólogo en la Facultad de Medicina en Teresópolis y dominar la Escuela Paulista de Medicina (Unifesp), defensor de los conceptos de entrega humanizado, explica que la oxitocina es una hormona producida por la glándula pituitaria o hipófisis. "Es una hormona que está involucrada en varias situaciones, y vale la pena destacar, no está involucrada solamente en la mujer, es decir, no es sólo la mujer que produce ocitocina, el hombre también produce, claro que en cantidades diferentes", dice.

La ocitocina es, incluso, conocida popularmente como "hormona del amor", pues está íntimamente ligada a la sensación de placer, al bienestar físico y emocional y al vínculo entre madre y bebé.

Clave esencial para hacer más fuerte el vínculo afectivo entre mamá y bebé, la ocitocina tiene su ápice durante el trabajo de parto. "Ella es producida por el cerebro, pudiendo tener su liberación aumentada durante las situaciones más íntimas como abrazar, besar y acariciar al bebé", comenta Guimarães.

La ocitocina y el parto normal

Esta hormona tiene un papel muy importante en el trabajo de parto. Es responsable de las contracciones uterinas, de forma compasiva - lo que hace que el cuello uterino sufra dilatación evolucionando hacia el parto, y provoque el descenso del bebé al canal de la pelvis femenina, además de prevenir el sangrado de la madre. "La ocitocina es una de las razones para que haya una contracción uterina, y es esa contracción que va a llevar a la dilatación del cuello del útero y promover la salida del bebé por el canal vaginal", resalta Guimarães.

El obstetra destaca que un parto normal, sin usar la ocitocina sintética, es decir, sin colocar en la vena un remedio o una sustancia producida, es muy importante. "Porque así la ocitocina es liberada de manera lenta, como si fueran pulsos, y de ahí la propia contracción uterina es como si fuera una ola: ella tiene un auge y ella para", explica.

Guimarães comenta que la manera que el cuerpo tiene de liberar ocitocina es a través de un mecanismo muy fino, que logra controlar esa cantidad en la liberación, de manera que el propio organismo se va adaptando a ese esfuerzo para, incluso, tolerar el dolor. "Y aún, después del parto, la ocitocina va a promover la contracción del útero para evitar la hemorragia. Imagínese que, con la salida del bebé, el útero podría quedar blando, como, por ejemplo, una 'ducha conectada saliendo agua todo el tiempo'. Para evitar esto, el útero se contrae y el principal factor para esta contracción es la ocitocina. Entonces el papel de ella en el trabajo de parto es extremadamente importante ", añade el obstetra.

El momento del parto, en la expulsión del bebé, se describe como una "oleada de hormonas" y dentro de estas hormonas está la ocitocina, la adrenalina, en el momento final de la salida del bebé del útero. "Este momento es lo que va también muy hormona, a través de la placenta, para el bebé. Y muchos investigadores entienden que ese momento es extremadamente importante, donde el bebé también va a estar lleno de ocitocina, esa hormona que va a permitir después de que exista las relaciones sociales, una relación entre la madre y el bebé ", resalta Guimarães.

Es importante destacar que algunos factores ayudan en la liberación de la ocitocina en el trabajo de parto, lo que hace que el organismo empiece a enviar señales al cerebro, liberando la hormona para todo el cuerpo. Entre ellos, de acuerdo con Guimarães, están:

Promover un ambiente acogedor y con poca luz;

Privacidad;

  • Ambiente de confianza, de disponibilidad y de respeto;
  • Estímulo de los pezones por medio de movimientos similares al de lactancia.
  • La ocitocina y la lactancia
  • La relación de la ocitocina con la lactancia justifica una vez más el hecho de que esta hormona se llama a menudo de "hormona del amor". "En la cuestión de la lactancia, es interesante imaginar que la ocitocina promueve una sensación de bienestar en la mujer. La hormona ayuda a nacer el bebé, ayuda a contraer el útero y va a dar más confianza a la mujer en el trato del bebé, en la relación de la mujer con las personas a su alrededor, en la confianza de la mujer que 'va a dar cuenta' de cuidar de la mujer el nuevo niño que acaba de llegar; y todo eso puede reflejar en esta cuestión de la leche ", destaca Guimarães. "Si la madre se queda segura, tiende a producir más leche y, además, la ocitocina hace que la leche salga de la mama y vaya al bebé. Es como si, cuando el bebé fuera a aspirar, la ocitocina ayudara a la leche a salir de la mama e ir a la boca de él, sucediendo la eyección de la leche ", añade el obstetra.

Existen hasta algunas situaciones en que se utiliza la ocitocina sintética - un spray colocado en la nariz de la madre, que va a provocar esa eyección de leche -, según recuerda Guimarães.

Ocitocina sintética: en qué casos se utiliza

El obstetra explica que la ocitocina sintética es una ocitocina que va a actuar en receptores específicos, en los mismos receptores que la ocitocina natural actúa, o sea: en el útero, en las mamas, en la contracción uterina y en la prevención de la hemorragia. "Entonces, podemos pensar que la ocitocina sintética sustituye a la natural, pero no es así. Pero, sí, ella es extremadamente importante en algunas situaciones ... Por ejemplo, la mujer está en trabajo de parto, pero las contracciones son ineficaces y distantes, y esa mujer no produce la ocitocina natural de manera adecuada, ahí podemos utilizar la ocitocina sintética para ayudar en esas contracciones ", comenta Guimarães.

En relación a la lactancia, en algunas situaciones puede ser necesario el uso de la ocitocina sintética en forma de spray, con el objetivo de ser colocado en la nariz de la madre para que eso provoque la eyección de la leche.

Sin embargo, el gran problema está en el uso indiscriminado de la ocitocina sintética. La hormona puede, por ejemplo, ser inyectada en la vena a dosis exageradas, pudiendo así causar serios riesgos a la mujer y al bebé. "Los riesgos del uso de la ocitocina de forma indiscriminada es de alguien tomar una vena, tomar algo de ocitocina e inyectar directamente en esa vena, porque el efecto de la ocitocina natural es el impulso. Entonces, la dificultad es de ti conseguir simular de manera natural esa ocitocina. Entonces, si la persona está internada, con el suero, y siente un dolor terrible al recibir esa hormona sintética, debe ser por cuenta de un goteo mayor en las venas, y el útero se sentirá como una contracción muy fuerte y esa exageración en la contracción estorba la llegada de sangre en el útero para oxigenar al bebé ", explica Guimarães. "Así, uno de los riesgos de la utilización indiscriminada de la ocitocina sintética es exagerar en la dosis y eso obstaculiza en la oxigenación del feto, o, eso lleva a un dolor prácticamente insoportable y llevar a la mujer a la desesperación porque realmente la contracción puede tener características muy fuertes" , añade el obstetra. "Otro punto importante es que si en el trabajo de parto la utilización de la ocitocina viene con una dosis muy alta, durante un tiempo muy grande, los receptores de esta ocitocina ya están trabajando y, en una eventual hemorragia posparto, la gente pierde esa arma que podría ser útil para parar de sangrar. Y, con eso, la ocitocina no hace más efecto porque ella ya fue muy utilizada en su función. Entonces, en un momento en que yo necesitaría una medicación que ayudara en esa contracción, ya no puedo contar más, por el uso en la hora equivocada ", resalta Guimarães.

Pero, aclara el obstetra, es claro que la ocitocina sintética, así como una cesárea bien indicada, puede y debe ser utilizada. "Pero eso es, de manera muy juiciosa ya su tiempo, así ella puede, sin duda, ser útil", destaca Guimarães.

Para el obstetra, es muy importante conocer la fisiología del parto. "Incluso para reevaluar qué intervenciones son justificables, entendiendo el fino mecanismo involucrado en este equilibrio hormonal, a fin de respetar la fisiología del parto, evitando consecuencias para el binomio madre-hijo", finaliza.

Ahora usted ya conoce un poco más sobre las funciones de la ocitocina y sabe de su importancia en lo que se refiere al parto. Pero, lo más importante de todo, cuando el asunto es parto, es estar segura e informada sobre sus elecciones. Para eso, es esencial conversar mucho con su médico de confianza, sacar todas sus dudas y dejar claro cuáles son sus voluntades. El embarazo es una fase que, naturalmente, requiere aprendizaje, y es, sobre todo, un momento mágico en la vida de la mujer (y de toda la familia!) Y debe ser vivido de esa manera.