A veces, por el más puro desconocimiento, acabamos jugando fuera algunas partes de los vegetales que son riquísimas en nutrientes.
En algunos casos, estas partes descartadas son más nutritivas que las partes que acostumbra consumir, pero todos los beneficios van directamente a la basura.
Hojas, tallos y cáscaras de una serie de frutas y vegetales pueden no ser muy famosos en la cocina, pero con un poco de creatividad, se pueden aprovechar en nuestras comidas diarias.
Una sugerencia para aumentar las posibilidades de aprovechamiento es congelar esas partes que serían descartadas hasta obtener la cantidad suficiente para hacer una torta o un caldo de vegetales, por ejemplo.
Para aprovechar aún más los beneficios, dé preferencia a los alimentos orgánicos, que son libres de agrotóxicos. Y, por supuesto, al consumir alimentos con cáscara, los cuidados con la higienización deben ser redoblados para evitar contaminaciones.
Compruebe algunas partes de alimentos que no se deben tirar fuera y sepa cómo aprovecharlas:
1. Hojas y tallos de brócoli y coliflor
Los vegetales crucíferos están entre los más sanos disponibles para nuestra alimentación, por lo que debemos aprovechar al máximo.
Los tallos y las hojas de los brócoli y de la coliflor, por ejemplo, son ricos en antioxidantes, que combaten los radicales libres, y en ácido fólico, esencial para la síntesis de los hematíes y para el desarrollo del feto.
En lugar de tirar estas piezas a la basura, puede hacerlas salteadas o añadirlas a sopas, caldos, tartas saladas y ensaladas.
2. Hojas de zanahoria
Si usted tiene la suerte de encontrar zanahorias aún con las hojas, sepa que usted no debe tirar esas partes verdes fuera, ya que tienen seis veces más vitamina A que la raíz en sí.
Una excelente forma de aprovechar las hojas de la zanahoria es colocarlas en el procesador con un poco de aceite de oliva, queso y nueces para hacer una deliciosa salsa pesto.
3. Parte blanca de sandía
Sí, la parte blanca de sandía, que forma parte de la corteza y generalmente va a la basura, es comestible y hace bien a la salud. Se puede consumir en forma de jugo, dulce e incluso picles.
Por ser rica en citrulina, esa parte de la fruta promueve un efecto de dilatación de las arterias, mejorando la circulación sanguínea. En consecuencia, puede ayudar a reducir la hipertensión e incluso a mejorar el rendimiento sexual de los hombres al favorecer la erección.
4. Cáscara de pepino
¡Llega a descascar el pepino! Además de ser comestible, la corteza de este vegetal es especialmente rica en vitamina K, que participa en la coagulación sanguínea y es importante para la salud de los huesos.
Siempre que estén bien lavadas, puede consumir las rebanadas de pepino con la cáscara, ya sea en ensaladas, smoothies o jugos.
5. Cáscara y fibras de la naranja
La corteza y las fibras de la naranja (aquella parte blanca) contienen pectina, que ayudan a prolongar la sensación de saciedad.
La parte blanca, específicamente, es rica en hesperidina, un flavonoide que está asociado a la disminución de los niveles de colesterol en la sangre, a la reducción de la presión arterial y al combate a las inflamaciones.
La forma más fácil de consumir las fibras es no quitarlas al consumir la fruta. Ya en el caso de la cáscara, usted puede utilizarla rallada como condimento de tortas, tortas y salsas.
6. Hojas externas de la cebolla
Pueden incluso parecer inútiles, pero sepa que las hojas de la capa más externa de la cebolla son ricas en un antioxidante llamado quercetina, que ayuda a reducir la presión arterial.
Para utilizarlas, usted puede congelar algunas hojas hasta tener una cantidad suficiente para hacer un caldo de vegetales o, a continuación, añadirlas a las sopas para dar un sabor más.
7. Hojas de remolacha
Al igual que sucede con la zanahoria, puede ser más difícil encontrar remolachas aún con las hojas. Pero si tienes esa suerte, aprovéchalos.
Estas hojas son ricas en calcio, vitamina A y vitamina C, además de tener más hierro que la misma cantidad de hojas de espinacas.
Para aprovechar las hojas de la remolacha, puede picarlas y saltarlas con un poco de ajo molido y aceite de oliva.