Mientras algunas personas son categóricas al enumerar sus desventajas nutricionales para la salud humana, otras no renuncian al menos a un tipo de carne roja en sus comidas diarias. Después de todo, la carne roja hace o no hace daño a la salud?
Como la mayoría de los alimentos, la carne roja también tiene sus pros y los contras. A pesar de que hay muchos estudios sobre el tema, los resultados son divergentes e inconclusos y termina quedando por cuenta de nuestra conciencia decidir consumirla. La carne roja es rica en proteínas y nutrientes, entre ellos el hierro, el cinc y la vitamina B12 pero, por otro lado, también posee una cantidad enorme de grasa, que puede ser perjudicial para diversas funciones del organismo. A continuación, hay más pros y contras del consumo de este alimento.
Puntos a favor del consumo de la carne
Según el investigador Michael Roussel, en un artículo publicado en la revista científica American Journal of Clinical Nutrition, las personas que siguen una dieta con gran cantidad de vegetales, frutas y granos tienden a disminuir sus tasas de colesterol LDL (considerado perjudicial para la salud) en hasta un 10% cuando pasan a ingerir una cantidad moderada de carne magra todos los días.
En un estudio realizado por la Deakin University en la Escuela de Medicina de Australia, se ha probado que un individuo que ingiere una pequeña cantidad de carne roja al día será menos propenso a desarrollar depresión y disturbios de ansiedad.
Los puntos contra el consumo de carne
La Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, desarrolló un estudio en marzo de 2012 sobre el tema y llegó a la conclusión de que el consumo de carne roja está asociado a un aumento del 13% muerte. Sumándose a una porción de carne procesada (como un perro caliente o dos rebanadas de bacon), el riesgo salta al 20%.
Reza la leyenda que la carne a la parrilla es más sana, ya que no usa aceite en su preparación. Sin embargo, según Roussel, conforme las gotas gotean en el fuego debajo de la parrilla se forman compuestos llamados aminas heterocíclicas, que se asocian a la ocurrencia de cáncer.
Mientras los estudios de cuño científico no llegan a una conclusión definitiva, quien le gusta la carne roja debe dar preferencia a los cortes magros y controlar la cantidad consumida ya que, en materia de alimentación, los excesos nunca son aconsejables.