Toda mujer conoce el peso de una conjetura cuando se convierte en madre. La escasez de consejos, sugerencias, diagnósticos y evaluaciones viene de todos lados, incluso de parientes lejanos y personas desconocidas.

Es posible que ese comportamiento sea sólo un reflejo de nuestra cultura, que fue concebida en una sociedad donde la sabiduría popular era pasada a través de las generaciones, pero aunque la conjetura es prácticamente instintiva, encararlo con naturalidad puede ser complicado en determinadas situaciones .

La mayoría de la gente tiene buenas intenciones en sus consejos, pero eso no significa que usted debe acatarlas. Saber discernir entre los consejos y responder de forma firme y educada de acuerdo con cada situación son comportamientos fundamentales para afirmar su postura sin perder la clase e incluso lastimar a alguien cercano oa la familia.

7 personas que opinan en la creación de sus hijos y cómo lidiar con ellas

La psicóloga gaucha Franciele Legnaghi explica que la intimidad a través de la convivencia genera afecto y el afecto genera cuidados. Cuando nos gusta a alguien queremos lo mejor para esa persona y deseamos verla bien y feliz, por eso muchas veces compartimos experiencias e incluso hemos intervenido en ciertas conductas.

Los abuelos son las principales personas que opinan en la crianza de los hijos, lo que hasta cierto punto puede dar seguridad a los padres, pero cuando la interferencia se vuelve exagerada puede estresar y traer la sensación de incapacidad a los padres en relación a los padres los niños.

Otro riesgo es el de rompimiento de lazos familiares simplemente por no haber concordancia entre las opiniones. Según Franciele, en esos momentos la mejor forma de encarar la situación es subrayando que ustedes son los padres y que les gustaría intentar otra posibilidad, pero que reevaluarán la sugerencia ofrecida en otro momento.

Con los abuelos la convivencia tiende a ser más constante y duradera, por eso es posible que la "lluvia de conjeturas" nunca termine de hecho. Evalúe cada conjetura como si fuera el único y si confirme que la sugerencia no sirve para el momento, apenas sonría, agradezca y dispense el consejo educadamente. ¡Los lazos de familia agradecen!

2. Amigos que no tienen hijos

Quien nunca oyó consejos de personas que ni siquiera entraron en una maternidad que disparara la primera piedra. Sea la mejor amiga soltera o aquella tía de consideración que nunca se casó, las conjeturas pueden aparecer en cualquier fase de su vida.

Muchas veces estos amigos creen que saben lo que es mejor para usted y sus hijos sólo por el simple hecho de conocerte. Aunque exista una relación de cuidado entre ustedes es importante establecer límites para que la inconveniencia no interfiera en la amistad y genere fricciones futuras. Explicar su punto de vista como madre instruyendo la conversación para que la persona entienda lo mucho que es necesario mucho más práctica de lo que la teoría puede ser suficiente para evitar opiniones no deseadas en el futuro. 3. Colegios de trabajo

Es normal hablar con los compañeros de trabajo sobre los más variados asuntos, incluyendo familia e hijos. Y si es normal hablar sobre ese asunto, con certeza palpites al respecto es lo que no van a faltar. Aunque es perfectamente normal si aburra con ciertos comentarios por parte de las personas con las que tenemos una relación sólo profesional, es importante recordar que sólo puede querer ser empática, buscando familiaridades.

Acepte los consejos con una sonrisa y diga cómo prefiere hacer a su manera. Al final hay miles de detalles sobre su familia que sería imposible que alguien los conociera sin la convivencia. Manténgase firme en su postura, pero mantenga su trabajo y la buena relación con sus colegas también.

4. Profesores de su hijo

No importa la serie en que su hijo esté, ya sea en la guardería o incluso en la escuela secundaria, habrá un profesor listo para palpitar sobre la educación de su hijo. La verdad es que, aunque es aconsejable oír al tutor de sus pequeños y toda su sabiduría pedagógica, su hijo va a tener comportamientos diversos en casa y en la escuela.

Aunque el profesor es el responsable de la educación de su hijo mientras está bajo el techo escolar, la evaluación que puede ser capaz de hacer debe restringirse a la escuela, es decir, no debe opinar en la forma en que usted crea su descendencia , salvo en algunos casos. Tenga una conversación franca con el profesor o incluso con la dirección del colegio si es necesario. La escuela no debe ser responsable de la formación de la personalidad del niño, ese deber (y derecho) corresponde a los padres. Por lo tanto, tenga cuidado y no tenga miedo de interceptar cualquier opinión no solicitada.

5. Padres de amigos de la escuela

Ir a buscar a los niños en la escuela puede ser un ejercicio de paciencia para algunos padres. No, no me refiero a la puerta llena de padres aglomerados como en una subasta de la bolsa de valores. Hablo de las situaciones inminentes donde en cualquier momento puede surgir una "superhombre" o un "superpai" listo para lanzar su mejor consejo mágico, muchas veces se intrometen en la conversación entre a pesar de que el rostro no expresa las mejores facciones en esas horas, respire profundamente. Muchas veces la sonrisa y el silencio son la mejor combinación.

6. Parientes

Además de los padres, existen tíos, tías, primos, primas, cuñados, cuñadas, sobrinos, padrinos y una infinidad de personas que forman su familia. Todos ellos quieren pasar un poco de lo que saben y todos ellos quieren demostrar atención. Pronto todos ellos te dar algún tipo de consejo sobre cómo criar a tus hijos en algún momento de tu vida.

Las fiestas de fin de año y otras reuniones familiares pueden ser el momento perfecto para un "ataque de palpites", especialmente si los hijos son pequeños. Las opiniones sobre alimentación, hábitos de sueño, y actividades pedagógicas son las campeonas de los parientes con que usted tiene contacto esporádicamente.

Así como en el caso de los abuelos, es importante tener cuidado a la hora de elegir las palabras para dispensar el consejo, pero la importancia de mantener su decisión como soberana es la misma. Hable acerca de su visión, pero no se prolongue. La decisión es suya y usted no debe demostrar que es algo discutible. Quien sabe lo que es mejor para los hijos son los padres y las decisiones de cualquier naturaleza caben sólo a ellos.

7. Personas en la calle

¿Qué hacer cuando se está en la fila del banco, su hijo llora por estar impaciente y, antes de que se consiga calmarlo, la gentil señora al frente se gira con mil soluciones y diagnósticos posibles? Para muchas madres esta situación hipotética es la peor que involucra las conjeturas sobre la crianza de los hijos. Si no conocemos a las personas, tendemos a ser más rudas y menos comprensivas, sin miedo de lastimar. Hablar lo que piensa en esa hora es casi instantánea y la respuesta atravesada puede ser inevitable.

Para evitar estos momentos, la táctica de la sonrisa funciona bien. Rechazar el consejo con una mirada y respuestas cortas puede evitar que la conversación indeseada se prolongue, además de "educar a un adulto" en relación a otras mamás.

Ser padre y madre es complejo y ningún hijo viene con manual de instrucciones. Escuchar la experiencia del otro puede ser importante y de gran valor, pero todo con límites y dentro de lo posible.

Crear hijos sanos es educarlos con límites y afectividad en proporciones exactas. De esta forma estaremos preparando a nuestros pequeños para la convivencia con el mundo. Dar límites de forma afectiva (educada y sincera) a nuestros parientes y amigos es una forma de colocarse adecuadamente frente a esa situación. De esta forma enseñamos a nuestros hijos de manera ilustrativa y también reforzamos la jerarquía de la familia.