Pasar el día todo sentada es una consecuencia de la vida moderna, principalmente para quien trabaja en oficina. Sin darnos cuenta, pasamos horas y más horas en la misma posición, lo que puede traer problemas de salud.
Además de los dolores musculares y de los problemas de circulación, pasar el día todo sentada puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes o tener un ataque al corazón, según un estudio publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Una forma de amenizar los maleficios de esa posición es ejercitarse y alargar el cuerpo, y las posturas de yoga son excelentes en esos aspectos. Además, esta práctica también ayuda a aliviar el estrés y controlar la ansiedad.
Conozca algunas de las mejores posiciones para combatir los efectos de un día entero sentada en la silla de la oficina y comience a practicar hoy mismo:
1. Kapotasana - Postura de la Pombo
Después de pasar todo el día sentada sobre sus nalgas, ellas merecen una buena alargada, ¿verdad? Para ello, usted puede recurrir a la postura de la paloma, que es excelente para alargar y relajar los glúteos.
Comience colocándose con las manos y las rodillas en el suelo y, a continuación, lleve el pie derecho hacia adelante, hasta que quede entre sus manos. Dobla la rodilla derecha y gira el muslo hacia fuera, trayendo el talón justo delante del muslo izquierdo.
Inclínese hacia delante, espere de 20 a 25 segundos y repita la posición con la pierna izquierda.
2. Baddha Konasana - Postura del sastre
La tensión en la ingle puede ser resultado de posiciones inadecuadas que asumimos durante el día, como quedarse mucho tiempo de piernas cruzadas o apoyando el peso más de un lado que del otro.
Para aliviar esta incomodidad, se siente en el suelo y dobla las rodillas, permitiendo que abran lo máximo posible. Sosteniendo los tobillos, traiga sus talones lo más cerca posible de su hueso púbico, siempre manteniendo las plantas de los pies juntas.
Puede presionar suavemente el lado interno del muslo para ayudar a relajar la ingle. Incline hacia delante y cuente con diez respiraciones.
3. Gomukhasana - Postura de la cara de Vaca
Cuando pasamos mucho tiempo sentados, la espina se curva, los hombros quedan caídos y se contrae el pecho, lo que dificulta nuestra respiración y puede terminar causando ansiedad.
El alivio para estos síntomas está en la postura de la cara de vaca, que consiste en alinear el brazo derecho con la oreja, apuntando hacia arriba, manteniendo la palma de la mano hacia la pared detrás de usted y el pulgar apuntando hacia el lado derecho. Dobla el codo y pare por un instante.
A continuación, extienda su brazo izquierdo hacia el lateral, con la espalda de la mano hacia la pared frente a ella y el pulgar apuntando hacia abajo. Dobla el codo e intenta poner una mano en la otra. Usted también puede usar un cinturón o una toalla para unir las manos.
4. Uttanasana - Postura del estiramiento intenso
Además de alargar todo el cuerpo, la posición uttanasana nos deja con la cabeza hacia abajo, lo que favorece el flujo sanguíneo hacia el cerebro y le ayuda a aclarar su mente.
Para reproducirla, abra los pies en la distancia de la cadera, doble ligeramente las rodillas e incline hacia adelante. Si usted siente la espina un poco curvada o las pantorrillas tensadas, mantenga las rodillas dobladas.
A los pocos, conforme a esta posición, usted podrá estirar las rodillas. Recuerde que el objetivo es alargar la espalda, no estirar las piernas.
5. Parivrtta Trikonasana - Postura del Triángulo con Rotación del Tronco
Permanecer sentada por largos períodos achata los discos entre las vértebras y puede llevar a una compresión en la espina. Para aliviar ese efecto, usted puede recurrir a la postura del triángulo con rotación de tronco, que promueve un hermoso estiramiento de la columna.
Comience con los dos pies unidos y lleve el pie derecho hacia atrás, en una distancia aproximada de 90 centímetros, girando el pie hacia fuera en un ángulo de 45 grados. Alinee sus talones para quedarse estable, inclínese hacia adelante y coloque su mano derecha en el suelo, en el exterior del pie izquierdo.
Levante su brazo izquierdo y comience a girar el tronco hacia arriba y hacia la izquierda, acompañando el brazo. Recuerde sincronizar el movimiento con su respiración, inspirando mientras usted se alarga y expirando al volver el cuerpo a la posición de relajación.