Comer de manera sana es importante para mantener la salud al día. El primer paso es incluir en el menú frutas, verduras y legumbres preparadas de las más diversas formas. El consumo de este tipo de alimentos reorganiza las funciones del organismo, que pasa a funcionar mejor a lo largo del día, disminuyendo los problemas de salud y la sensación de malestar provocada por los excesos alimentarios.
Sin embargo, hoy en día, encontrar alimentos que son de hecho sanos no siempre es tarea fácil. A menos que usted viva en la zona rural o posea una huerta en el patio de casa, estará muy propensa a consumir productos de origen vegetal impregnados de agrotóxicos, tan perjudiciales para la salud humana.
Los agrotóxicos, necesarios durante la plantación y cultivo a gran escala porque ayudan a controlar las plagas que pueden atacar la cosecha, son usados por la mayoría de los agricultores para aumentar los beneficios obtenidos a cada cosecha. Estas sustancias, además de perjudicar las funciones orgánicas de quienes consume los alimentos a ellas sometidos, todavía agreden el medio ambiente.
Todo esto forma parte de un abanico de informaciones que recibimos aún en la Enseñanza Fundamental, en las primeras clases de ciencias. Lo que poca gente sabe es que los agrotóxicos también son apuntados como responsables por la ocurrencia de enfermedades del aparato digestivo, algunos tipos de cáncer, infertilidad, enfermedades neurológicas y degenerativas, como el mal de Parkinson e incluso el Alzheimer.
De acuerdo con un estudio realizado por Anvisa, los alimentos más contaminados por agrotóxicos son el pimiento (92%), la fresa (64%), el pepino (58%), la lechuga (54%), la piña (33%), la coliflor %), papaya (30%) y tomate (16%).
Para huir de este problema una buena solución es optar por los llamados "alimentos orgánicos". Producidos sin el uso de abonos sintéticos, estos alimentos normalmente se cultivan en suelos equilibrados y ricos en nutrientes.
¿Y los hidropónicos?
Los alimentos hidropónicos se cultivan en invernaderos, y reciben abonos sintéticos diluidos en el agua, principalmente nitritos. Estos abonos contaminan el agua y aumentan el riesgo de cáncer para quien consume los vegetales.
Brasil tiene una legislación específica para mostrar al consumidor si el producto que está llevando a casa es incluso orgánico, popularmente esa ley fue conocida como Ley de los Orgánicos. Todo alimento orgánico de verdad lleva un sello proporcionado por el Ministerio de Agricultura.
No se engañe: no todo alimento producido sin agrotóxicos es orgánico. Si se utiliza un abono sintético, el sello no se puede utilizar. Además, el productor que desea cultivar alimentos orgánicos también necesita seguir diversas reglas de respeto al medio ambiente ya los trabajadores involucrados en la producción.