Si usted ya se ha embarazado, es muy posible que usted haya pasado muchas ganas de tomar una copa de espumante o vino, pero acabó contentándose con un jugo de frutas para no perjudicar al bebé.

De hecho, no es de hoy que se sabe que las bebidas alcohólicas son perjudiciales para el bebé, pero aún así algunas mamás acaban abriendo excepciones en fechas especiales - muchas veces, el propio obstetra es de la opinión de que un golito no hará mal. Es evidente que la mayor parte de las gestantes que tomaron sólo unos pocos goles de bebida alcohólica no presentan problemas graves a causa de eso, pero un nuevo estudio realizado en Australia trae otro motivo para evitar el alcohol en la gestación.

De acuerdo con la investigación publicada en el periódico JAMA Network a principios de mes, el consumo de bebidas alcohólicas durante el embarazo, incluso en pequeñas cantidades, puede provocar cambios craneofaciales en el bebé.

Como se realizó el estudio

Realizado por un equipo de investigadores australianos de diferentes universidades e institutos de investigación en salud infantil, el estudio buscaba determinar si habría alguna relación entre el formato del rostro y del cráneo del bebé y el consumo de alcohol durante la campaña el embarazo. Para ello, los científicos reclutaron a más de 1.500 madres que estaban en el primer trimestre de gestaciones de bajo riesgo entre el período de enero de 2011 a diciembre de 2014. Las madres fueron acompañadas en relación a su consumo de alcohol tanto durante el primer trimestre cuando en los otros dos. Después de los nacimientos, los investigadores analizaron el perfil craneofacial de 415 niños de 12 meses de edad con el auxilio de supercámaras que posibilitan crear modelos tridimensionales de la cara de los bebés.

Las alteraciones que el alcohol causa en la cara del bebé

El análisis de los modelos producidos a partir de la cara y del cráneo de los niños mostró que puede existir una relación entre la exposición prenatal a las bebidas alcohólicas y el formato craneofacial del bebé, incluso cuando la madre consumió dosis mínimas de alcohol. Las diferencias fueron encontradas principalmente en el tercio medio de la cara, la nariz, los labios y los ojos, en general, las alteraciones se debían a una retracción del tercio medio de la cara, lo que causa un acortamiento de la nariz y deja la puntita más arrebatada .

¿Cuál es la intensidad de estos cambios?

Es necesario resaltar que esos cambios en la cara de los bebés son imperceptibles a simple vista y que fueron identificados por el algoritmo del software que analizó los modelos en 3D. Es decir, estos cambios pasan lejos de causar deformaciones en la cara de los niños. Los científicos afirman que las alteraciones son sólo estéticas y no afectan el desarrollo físico o cognitivo de los bebés. Además, destacan que aún no saben si estos cambios son permanentes, pues el rostro de un niño cambia mucho en sus primeros años de vida.

Una certeza en medio de resultados inconclusos

A pesar de haber llegado a la conclusión de que la exposición al alcohol en cualquier nivel puede influenciar el desarrollo craneofacial de los bebés, los investigadores todavía no saben lo que estos cambios significan clínicamente hablando. Sin embargo, incluso en medio de las investigaciones aún en curso, apunta a una certeza: si usted está tratando de quedar embarazada o cree que puede estar embarazada, la opción más segura es evitar totalmente el alcohol.