Saber cuál es su tipo de piel es esencial al elegir el producto producto ideal para mantenerla bien hidratada. Para utilizar el producto adecuado, es necesario tener en cuenta los efectos de cada uno, ya que los diferentes tipos de piel requieren cuidados específicos. La variedad en opciones en los estantes de las tiendas de cosméticos puede causar confusión a la hora de la compra. Para ayudar, vamos a explicar las diferencias entre los principales tipos de productos para hidratar la piel.

Crema

La crema hidratante es el gran comodín entre los productos para la piel. Cualquier persona, con cualquier tipo de piel, puede usarlo cuando perciba señales de resecamiento. Una de las ventajas de la crema es que restablece el agua y la grasa que la piel pierde normalmente. Lo ideal es usar este tipo de producto en días más fríos, cuando la tendencia es sudar menos. Para potenciar los efectos de la crema, un consejo es aplicar el producto diariamente después del baño.

Loción

La loción generalmente es menos encorpada que la crema hidratante. Sirve para todo tipo de piel, principalmente la seca, porque consigue retener el agua evitando que la piel quede aún más reseca y suministra oleosidad al mismo tiempo. Por ser más ligera que la crema, la loción es el producto ideal para ser usado en días de calor intenso, pues proporciona una piel suave sin dejarla toda "pegajosa".

Aceite

El aceite por sí solo no hidrata, pero evita la pérdida de agua y sirve para suavizar y ablandar la piel. Es el tipo de producto más indicado para ser utilizado durante el baño, especialmente en invierno, cuando la temperatura del agua suele ser muy elevada. En días calientes, se recomienda evitar los aceites para la piel, ya que el sudor intenso mezclado al producto puede causar cierta incomodidad. Debe ser evitado por quien ya tiene la piel aceitosa.