Después de un día agotador, nada como un buen baño para relajarse. Pero ese ritual para aliviar el estrés puede tener un final desastroso si la toalla de baño utilizada está con mal olor o con señales de moho.

Además, las toallas mal cuidadas pueden ser la causa de una serie de problemas de salud. Por eso, es fundamental saber manejar las toallas de baño para evitar, entre otros problemas, la proliferación de gérmenes y bacterias y el contagio de enfermedades dermatológicas, además de aumentar la vida útil de ese ítem. Echa un vistazo a consejos y sugerencias higiene y el cuidado de la toalla de baño.

Lavar las toallas nuevas

Los primeros cuidados comienzan antes de usar la toalla de baño. Al comprar una toalla nueva es importante que nos recuerde lavarla antes de usarla, pues no sabemos por cuánto tiempo se quedó expuesta en la tienda y con qué entró en contacto.

En este primer lavado, es común que las rejillas suelten tinta y restos de fibras de tejido, por lo que no mezcle piezas de colores diferentes para no manchar las nuevas tolvas.

Una toalla para cada uno

El hábito de compartir una misma toalla entre varios miembros de la familia es muchos común, pero puede ser el responsable de la transmisión de una serie de enfermedades, incluyendo el VPH. Por eso, evite. Para facilitar la organización, un consejo es comprar toallas de colores diferentes para cada persona y establecer lugares específicos para que cada uno guarde su toalla.

Cada cosa en su lugar

Después del uso, procure extender las tolhas en lugares frescos y ventilados. Mantenerlas extendidas dentro del baño facilita el contacto de las toallas con coliformes fecales. Además, evite dejar toallas mojadas y amontonadas encima de la cama o dentro de la cesta de ropa sucia. Este hábito aumenta la proliferación de gérmenes y bacterias que en contacto con el cuerpo pueden causar enfermedades dermatológicas y problemas en el cuero cabelludo; además de disminuir su vida útil.

El ideal es a menudo extender las toallas en un ambiente externo para un baño de sol a fin de evitar el moho y el mal olor. Pero no exagere. El sol demasiado puede dejar la toalla áspera.

Cambie las toallas con frecuencia

Se sugiere también que las tolhas sean cambiadas y lavadas, en promedio, dos veces por semana.

Durante el lavado, evite mezclar varios tipos de tejido, ya que esto puede causar el desgaste de la toalla y ocasionar la formación de "bolitas", haciendo la pieza áspera. Para evitar la aspereza, no exagere en el suavizante, pues este producto cuando se utiliza en exceso, disminuye la capacidad de absorción de la toalla dejándola áspera.

Además, la toalla está fabricada con tejido felpudo, por lo que evita manipularla con objetos de pueden dañar el tejido, como los relojes y las pulseras.