Cuando se habla de alimentos antioxidantes, luego asociamos el beneficio que éstos tienen en, al combatir los radicales libres, retardar el proceso de envejecimiento. Pero las investigaciones muestran que la acción de los antioxidantes colabora también en la prevención de enfermedades graves como problemas cardiovasculares.

A pesar de siempre llevar la fama de villanos, los radicales libres son útiles al organismo, pues son importantes aliados de nuestro sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones. El problema ocurre cuando hay un desequilibrio entre la producción de radicales libres y los mecanismos de defensa antioxidante, el estrés oxidativo.

El estrés oxidativo ocurre por procesos internos de nuestro organismo y por exposición a la contaminación, hábito de fumar, ingestión de bebidas alcohólicas y nutrición inadecuada.

El Instituto sueco Karolinska ha publicado recientemente en la revista estadounidense Journal of Medicine un estudio que demuestra que combatir el estrés oxidativo a través de una buena alimentación puede disminuir el riesgo de ataque al corazón en las mujeres. De acuerdo con este estudio, las mujeres que consumen una dieta rica en antioxidantes, principalmente a partir de granos integrales, frutas y vegetales, señalaron estadísticamente una reducción significativa en el riesgo de infarto agudo de miocardio. Los investigadores del Instituto Karolinska, analizaron el consumo de alimentos y bebidas durante el período de un año, a partir de un cuestionario de frecuencia de alimentos aplicado a un grupo de mujeres en el grupo de edad de 49 a 83 años. Este grupo fue dividido por la cantidad de porciones diarias ingeridas de los alimentos estudiados.

Los resultados mostraron una reducción del 20% en el riesgo de desarrollar el infarto en el grupo de mujeres que consumió siete porciones diarias de alimentos ricos en antioxidantes entre ellos: cereales integrales, frutas y verduras; en relación al otro grupo que presentó una media de consumo de dos porciones y media diarias de estos alimentos. Los investigadores descubrieron que las mujeres sin antecedentes de enfermedad cardiovascular que ingerieron mayor cantidad de antioxidantes en sus dietas (provenientes principalmente de frutas y vegetales) tuvieron un riesgo 17% menor de derrame.

Y entre las mujeres que tenían alguna historia de enfermedad cardiovascular en la familia, aquellas cuya dieta incluía un alto nivel de antioxidantes tenían un 46% a un 57% menos riesgo de derrame hemorrágico. De acuerdo con Susanne Rautiainen, una de las autoras del estudio, otros factores de la salud pueden haber desempeñado un papel importante en la disminución de las tasas de derrame entre las participantes: "Las mujeres con alta ingestión de antioxidantes pueden ser más conscientes de su salud, y tener el tipo de comportamiento sano que puede haber influenciado los resultados ".

Pero el descubrimiento de que mujeres con cantidades elevadas de antioxidantes tenían menor riesgo de derrame se mantuvo incluso después de que los investigadores ajustar los resultados para comportamientos relacionados con la salud como actividad física, tabaquismo y educación.

Tales resultados apuntan, por lo tanto, que la capacidad antioxidante total de la dieta es relevante en la prevención de infarto de miocardio y, por lo tanto, deben formar parte del menú diario.

Alimentos más ricos en antioxidantes

Condimentos y hierbas: aceite de oliva extra virgen, clavo de oliva, menta, pimienta de jamaica, orégano, tomillo, romero, azafrán y salvia;

Frutas rojas y bayas silvestres: el arándano, el Zereshk (un tipo de baya roja), ciruela seca, fresa y granada;

Nueces y semillas: nueces, nuez-pecana, semilla de girasol, castañas, cacahuetes, avellanas y almendras, siempre con cáscara;

Frutas, jugos naturales: naranja, papaya, cacao, tomate, manzana (natural o deshidratada), albaricoque seco, mango deshidratado, jugo de uva, jugo de ciruela, jugo de arándano, jugo de granada, jugo de naranja, jugo de naranja, jugo de naranja cacao;

  • En el caso de que se produzca un cambio en la calidad de vida de la población,
  • Bebidas en general: té verde, té negro (hojas de tés sin procesar), café y vino tinto;
  • Chocolates: la presencia del cacao es que determina el contenido de antioxidante del chocolate. Por eso, los chocolates amargos, con más cacao, son mejores para la salud.
  • Quien, en busca de una solución rápida, recurra a suplementos vitamínicos, no conseguirá encontrar el efecto preventivo semejante al de la ingestión por diferentes fuentes de alimentos, pues además de los suplementos tienen una digestión rápida demasiado para tener efecto significativo, la variedad de donde provienen los antioxidantes son los que ayudan en la protección de la salud.
  • Además, los antioxidantes sintéticos si están mal administrados pueden tener un efecto contrario, aumentando la oxidación, lo que puede ser peligroso, ya que puede haber hemorragia interna. Lo ideal es adquirir como hábito una alimentación sana y equilibrada.
  • Vale la pena hablar con su nutricionista acerca del tema para que él pueda indicarle el menú ideal.