La dieta cetogénica es un programa alimentario generalmente seguido por atletas que se parece a la dieta low carb pero con una reducción aún más drástica del consumo de carbohidratos.

En la baja carb, la ingesta de carbohidratos se sitúa entre 50 y 150 gramos por día, y ese grupo alimenticio proporciona un máximo del 40% de la energía que el organismo necesita. En la dieta cetogénica, el consumo diario de carbohidratos se sitúa entre 30 a 50 gramos o el 10% de las necesidades energéticas del cuerpo.

Nuestro organismo obtiene energía principalmente de los carbohidratos. Pero cuando faltan, el cuerpo entra en cetosis y pasa a utilizar la grasa almacenada. Para ello, la grasa es metabolizada por el hígado, dando origen a las cetonas.

Cuando el nivel de las cetonas sube mucho en la sangre, el cuerpo entra en el estado cetogénico y puede presentar algunos cambios. En su dieta normal, el nivel de insulina en la sangre sube luego de comer alimentos ricos en carbohidratos. Sin embargo, cuando seguimos una dieta cetogénica, este efecto no sucede, pues no hay tanto azúcar en el torrente sanguíneo a ser almacenado.

Con la caída de la insulina, se cree que los ácidos grasos son liberados más rápidamente por el tejido adiposo, quedando disponibles para ser usados ​​como combustible por el cuerpo. Es decir, usted va a usar más grasa para obtener energía, lo que favorece la pérdida de peso.

2. Usted siente menos hambre durante el día

La reducción de la sensación de hambre ocurre por dos motivos relacionados a la dieta cetogénica. El primero de ellos es que, en esa dieta, hay un aumento en el consumo de proteínas, que prologan la saciedad. El segundo motivo es que el cuerpo entiende esta dieta como un ayuno y se adapta para consumir grasa como fuente de combustible, liberando las cetonas en la sangre. Estas cetonas, a su vez, ejercen un efecto de supresión del centro de hambre en el cerebro, reduciendo el apetito (1).

3. Usted puede tener un malestar parecido a la gripe

Aunque una dieta cetogénica no causa estragos ni congestión de la nariz, puede hacerle tener dolor de cabeza, náusea, mareos, calambres musculares y cansancio extremo. Estos síntomas se conocen como "gripe de bajo carbón".

Algunas veces, estos efectos negativos pueden impedir que la persona continúe con la dieta, por lo que es importante tener el acompañamiento de una nutricionista.

4. Su aliento puede ser diferente

Algunas personas sufren un cambio de aliento cuando siguen una dieta cetogénica. Esto ocurre debido a la metabolización de las cetonas por el hígado, que produce moléculas de acetona - la misma del líquido utilizado para remover el esmalte.

Estas moléculas de acetona tienen un olor bastante característico y pueden ser exhaladas por el aliento de la persona. Afortunadamente, no es todo el mundo que presenta ese efecto.

5. Usted puede quedarse con el intestino preso

Es común que las personas que siguen la dieta cetogénica se concentren mucho en las proteínas y acaben dejando la ingestión de fibras un poco de lado. El problema es que esto conduce a un efecto de constipación intestinal.

Lo ideal es siempre seguir un programa alimentario que incluya la ingestión de alimentos ricos en fibra, sin embargo, si esto no es posible, puede ser necesario utilizar un suplemento. 6. Su cuerpo puede quedar más lento al principio.

Un efecto común es que el inicio de una dieta cetogénica es sentir cierta lentitud en el cuerpo, como si no respondiera de la misma forma a los ejercicios y se cansara con más facilidad.

Sin embargo, después del período de adaptación del organismo a la cetosis, el rendimiento durante los entrenamientos vuelve a la normalidad y puede incluso mejorar.

¿Voy a tener todo esto si hace una dieta cetogénica?

No necesariamente. Cada organismo reacciona de una manera diferente a la reducción drástica de la ingesta de carbohidratos, por lo que los efectos de la dieta varían de persona a persona.

De todos modos, el más recomendado es siempre tener el acompañamiento de un profesional de nutrición para garantizar que la dieta tendrá los resultados esperados con el mínimo de efectos secundarios.