Perdonar una traición es una tarea muy difícil, al final la confianza se ha sacudido y muchos cuestionamientos vienen a la superficie: ¿qué hice para ser traicionada? ¿Qué tiene que no tengo? ¿No soy amada?
Creo que la primera etapa post-traición es deshacerse de la culpa, muchas mujeres sienten que no fueron "buenas" lo suficiente y que por ese "falla" el marido fue a buscar otra "mejor". Bueno, entonces ¿de quién es la culpa?
Podemos decir que existen dos tipos de traición, cuando la relación se enfrenta a la tendencia es buscar algo que nos olvida, es muy común post-matrimonio no hay más romanticismo, erotismo y vanidad para arreglarse el uno al otro incluso estando dentro de casa. En estos casos, aun existiendo el amor entre los dos, existe la necesidad de otra persona para satisfacer nuestros deseos. Por eso es importante recordar que a pesar de ser seres racionales tenemos instintos y la seducción y el sexo forman parte de nuestras vidas.
Hay muchas parejas en la franja de los 20 y 30 años que no tienen una vida sexual activa, por el trabajo, estudios, quehaceres domésticos, hijos, etc. Reservar un momento sólo para la pareja, tratando de mantener el diálogo y tratando de reascender la llama del deseo pueden evitar una traición. Sin embargo, si sucedió, es importante que la pareja reevalúe la relación y si deciden continuar con la relación hay que reparar lo que ha sido deficiente. Vean, es un trabajo continuo, laborioso y en doble, no sirve el esfuerzo sólo de uno. Muchas parejas logran "sobrevivir" a una traición, la mayoría de las veces sirviendo para que la relación tenga más calidad. De la misma forma, existe otro tipo de traición, donde el traidor tiene necesidad de autoafirmación y estar en una relación no basta. ¿Sabe esa persona que tiene compulsión alimentaria y no se satisface sólo con un bombón? Pues bien, el traidor compulsivo tiene necesidad de sentirse amado y va en busca de ello a toda costa. Son personas que la mayoría de las veces no tuvieron una buena estructura familiar y que no recibieron en la infancia amor y cariño suficientes para crecer y convertirse en adultos más confiados.
Como existe una falta, la persona siempre va a buscar algo que "quita ese agujero", sea en las relaciones amorosas, en la comida, juegos, drogas, etc. En estos casos, la única persona que puede ayudarla es ella misma. No parece que la relación es especial y que la persona cambiará, necesita ayuda profesional.
Como hemos visto hay dos situaciones muy diferentes, donde en la primera es posible repensar la relación, perdonar las fallas y crear una estructura basada en el diálogo. En el otro caso, nos encontramos con una situación individual en la que la persona no logra mantener el vínculo y, por lo tanto, aceptar mantener una relación de esa forma es ante todo aceptar la traición como parte de la relación.
Lo más importante e inaceptable es traicionarnos a nosotros mismos, escondiéndonos en malas relaciones por miedo a la soledad. Por eso, si es para perdonar, que sea para ser feliz.