El BLW o Baby-Led Weaning es un método de introducción alimentar un poco diferente a las tradicionales papillas y cada vez es más utilizado por madres y padres en el momento en que los bebés dejan de tener lactancia exclusiva y empiezan a consumir otros alimentos .

La traducción literal del nombre sería algo del tipo "destete que el bebé encabeza". Es decir, el propio bebé conduce su introducción alimentaria. A partir de los seis meses de edad comienza a recibir su alimentación a través de elementos sólidos, con trozos de alimentos cortados, para que pueda sostener y comer solo.

Aunque no es una práctica nueva, en Brasil solamente ahora viene ganando fuerza y ​​muchos padres están optando por esta forma de introducción alimentaria.

Beneficios del BLW

El youtuber Shirley Hilgert, del canal Macetes de Madre, explica mejor cómo funciona este método y cuáles son sus principales beneficios para el bebé.

Aceptar mejor los alimentos

El niño ya empieza a conocer los alimentos en sus texturas correctas y en el sabor correcto, ya que no están mezclados o amasados, lo que hace que se acostumbre más rápido y, a largo plazo, pase a consumir más .

Tener una experiencia sensorial

El niño no sólo se está alimentando, ella acaba desarrollando otros sentidos como la visión (tiene que mirar y elegir el alimento de formatos y colores diferentes), el tacto (toca el alimento y siente la textura), habilidad (porque puede caer y tiene que coger).

Aprovechar más las fibras

Por más que las papillas sólo aplanen los alimentos, es inevitable que las fibras se quebren. Con alimentos enteros esto no sucede y, por lo tanto, el bebé acaba ingeriendo la fibra, lo que es óptimo para la salud.

Estimular la autonomía

Los alimentos están disponibles delante del bebé para que elija, tome, sienta, lleve a la boca, pruebe, y decida lo que va a comer. Y ella quien conduce todo el proceso.

Desarrollar habilidades sociales

En el BLW el bebé se sienta a la mesa y come junto con la familia, los mismos alimentos que la familia está comiendo, de forma que se adapta más fácilmente a esa rutina.

Evitar la obesidad

Un estudio publicado en un periódico inglés apuntó que con esa introducción alimentaria hay una tendencia menor a la obesidad. Porque como es el propio bebé que conduce, él puede identificar el momento que está saciado, lo que no sucede con la papilla, porque va recibiendo y va comiendo, sin conseguir medir si está satisfecho.

¿Cuántos meses puedo iniciar el BLW?

La fase de introducción alimentaria debe iniciarse a los seis meses, cuando la lactancia materna deja de ser exclusiva. Pero es importante saber que cada niño tiene su tiempo y no se debe sostener la comida en la boca y ni forzar. Si el niño aún no consigue, es mejor esperar un poco.

Para empezar, coloque siempre al bebé en la mesa junto con adultos y, delante de él, los alimentos con el mínimo posible de utensilios, ni siquiera plateros o cosechados. Esto es para que no se quite el foco de los alimentos.

Opte siempre por alimentos que el niño pueda manejar y comer con seguridad, como brócoli cocido, palillos de zanahoria cocida, plátano, alimentos blandos que por no tener dientes ni experiencia, consiga morder y deglutir. Y lo ideal es que la familia esté presente, para que el bebé vea a los demás comiendo y pueda imitarlos.

Otra sugerencia es elegir un horario en que el niño esté descansado, que no esté irritado o con sueño. Pues, de lo contrario, la introducción alimentaria no tendrá éxito.

Y, sobre todo, nunca apresurar al niño para comer y respetar el tiempo de ella de tomar la comida, de jugar con cada alimento, dejar que se sienta cómodo para apretar, morder, sentir el gusto, ensuciarse ...

Hasta los 8 o 9 meses, el bebé va a comer poco, porque va más jugando que alimentarse. La tendencia es, en la medida en que se va acostumbrando, empieza a comer más. Pero al principio no es necesario asustarse y pensar que está comiendo poco, porque ese es un proceso natural y sucede de forma más lenta. La papilla tiene algunas desventajas, como el hecho de tener alimentos mezclados, imposibilitando que el niño sienta el real sabor de cada uno de ellos. Y, por estar amasados, acaban perdiendo algunas fibras. Otro punto que debe ser considerado es el hecho de que el BLW hace un poco de suciedad y desorden. Si usted no se siente bien con eso, es mejor no optar por el BLW.

Pero muchos padres todavía optan por la papila principalmente por miedo al riesgo de que el niño se engaje. De acuerdo con profesionales, no hay posibilidades de haber engaño serio, porque los pedazos que ella pone en la boca son pequeños. Como todavía están aprendiendo a comer, pueden tener un reflejo de engaño, pero es algo natural y, cuando el alimento llega a la garganta en tamaño más grande, luego tos y escupe.

Lo más importante es observar el comportamiento del niño y el gusto de cada una, porque puede no funcionar con todo el mundo. Hay las que prefieren alimentos cremosos y suaves y los que prefieren pedazos. No existe un método ideal y esto va a variar para cada caso.