Si usted todavía no usa la miel en su alimentación, sepa que está perdiendo las diversas ventajas que este alimento ofrece para nuestra salud. Natural y completo, la miel es riquísimo en elementos nutritivos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, tiene más de 70 sustancias esenciales para el organismo. Contiene agua, fructosa, sacarosa, glucosa (carbohidratos), potasio, hierro, sodio, azufre, cobre, fósforo, zinc, selenio, cloro, calcio, magnesio, vitaminas del complejo B, vitaminas A, E, C y algunos tipos de aminoácidos (proteínas). Después de esta amplia lista de nutrientes, es fácil saber por qué el miel

debe constar en la dieta de todos, con excepción de las personas diabéticas. Los beneficios de la miel se conocen desde hace mucho tiempo y usted seguramente ha escuchado aquella receta casera infalible que lleva el ingrediente, pero vale la pena reforzar lo que este rico alimento puede hacer. Substituir el azúcar por la miel es una opción sana y más sabrosa. Una cucharada de azúcar provee cerca de 40 calorías, mientras que la misma medida de miel contiene 25 calorías. Sin embargo, lo ideal es consumir diariamente hasta dos cucharas (sopa) para aprovechar todos los beneficios de la miel para la salud. Con poder edulcorante dos veces mayor que el azúcar, se puede utilizar en combinación con frutas, leche, yogurt, panes y galletas, cereales e incluso bebidas, como jugos y cafés. Es también un gran complemento alimenticio. Además de ser un excelente edulcorante natural, la miel puede ayudar a tratar enfermedades como la gripe, el asma, la amigdalitis, la bronquitis, los problemas de circulación y los músculos. La sustancia producida por las abejas sigue siendo uno de los mejores y más eficaces remedios contra los efectos de la gripe y resfriados y prepara al cuerpo para defenderse de las infecciones. La miel también fortalece el sistema nervioso, ayuda a desintoxicar, facilita la digestión, es un excelente antiséptico y antibiótico. Y la lista no por ahí. Como efectos de la miel, podemos citar que protege de infartos y reduce el colesterol, previene la anemia, calma y combate el insomnio, cura las heridas y quemaduras.

Tipos de miel Conozca los tipos de miel

más encontrados en los estantes y sepa para que cada uno de ellos esté indicado. Miel de flor de eucalipto: es oscuro y tiene gusto fuerte. Indicado para aliviar tos y síntomas de resfriado, bronquitis, sinusitis y dolor de garganta.

Miel de flor de naranjo:

es uno de los más sabrosos. Claro y perfumado, es indicado para calmar, combatir el insomnio, regular el intestino y prevenir los calambres.

Miel de flor del campo (silvestre): El color y el gusto varían de acuerdo con la variedad de las plantas que lo originaron. Excelente para soltar el intestino y eliminar las toxinas del organismo.