La obesidad infantil preocupa cada vez más a padres y pediatras. Y no es para menos. Los números de investigación muestran que la obesidad infantil ha aumentado en los últimos tiempos. Los niños por encima del peso representan alrededor del 34,8% del total de la población infantil.

Según la Presidenta del Departamento Científico de Nutrología de la Sociedad Brasileña de Pediatría (SBP), Virginia Weffort, el problema de obesidad está dividido en dos situaciones: mala alimentación y sedentarismo. "Los niños y adolescentes se quedan la mayor parte del tiempo sentados o acostados, frente a las pantallas de TV, computadora, celular y otras, no hacen actividad física, a veces ni en las escuelas", dice la pediatra.

Es necesario incentivar una vida sana desde temprano, con ejemplos y con estímulos. A partir del momento en que empieza a insertar alimentos en la rutina del bebé, la madre debe tomar el cuidado de ofrecer una variedad de nutrientes. "Si el niño no conoce todos los tipos de alimentos saludables, hasta los 2 años, después de eso será más difícil que tenga un hábito alimenticio adecuado", alerta la profesional.

Además, hay que preocuparse también por la alimentación de la madre mientras está amamantando. "Cuando la mujer tiene una alimentación con mucha grasa, ella puede pasarla al niño a través de la leche materna", subraya.

Estimule a su hijo en todas las edades de su crecimiento. Le ofrece verduras y verduras, tubérculos y cereales, además de frutas y leche. Evite que el niño consuma refrigerante y productos industrializados.

Un niño por encima del peso ideal puede tener problemas de salud en el presente y también en el futuro. Muchas de ellas pueden tener el crecimiento comprometido, la diabetes, el aumento del colesterol y, también, presentarse jóvenes, hipertensión arterial, alteración en el ciclo menstrual y accidente cerebrovascular.

La pediatra advierte que la prevención es el mejor remedio para la obesidad, es decir, cuide antes de que los números en la balanza queden altos. "Pero si el cuadro ya está instalado, se debe hacer una reeducación alimentar y estimular la práctica de actividad física", explica.

La pediatra orienta que los padres deben estimular el gasto energético de los niños. "La práctica diaria de actividad física moderada o vigorosa durante al menos 60 minutos, es suficiente para una vida menos sedentaria", explica.

Sugeridos por Virginia, compruebe los pequeños hábitos que pueden disminuir el sedentarismo infantil y hacer la rutina diaria de los pequeños más activos:

  • Utilizar las escaleras en lugar del ascensor; • Incentivar al niño a ayudar en las tareas domésticas que requieren actividad física, tales como: jardinería, lavar la vajilla, guardar la cama y organizar juguetes;
  • Incentivarla a hacer intervalos de cinco minutos para alargar cada 30 minutos que pasen paradas, como delante de la televisión, del ordenador o incluso haciendo el deber de casa;
  • Caminar o andar en bicicleta pequeñas distancias;
  • Incentivar y participar junto con el niño de juegos recreativos.